Cortos de vista
Los pont¨ªfices de los recortes son los que m¨¢s se equivocan en las predicciones econ¨®micas
La escuela de negocios Esade eval¨²a desde hace tiempo las predicciones sobre la situaci¨®n econ¨®mica general y sobre el paro de diversas instituciones y a partir de ellas presenta una ¡°diana¡± en la que se puede comprobar qui¨¦n se aleja m¨¢s o menos de la realidad.
Hace poco se public¨® la de 2013 que una vez m¨¢s muestra que las instituciones que m¨¢s se equivocan son, precisamente, las que suelen presentarse como due?as de la verdad y como las que saben mejor que nadie lo que conviene hacer con la econom¨ªa.
As¨ª, quien menos acert¨® sobre la evoluci¨®n del PIB espa?ol en 2013 fue el Gobierno de Mariano Rajoy, despu¨¦s el Banco de Espa?a y en tercer lugar la Uni¨®n Europea.
Es bien significativo. El Gobierno central y la Uni¨®n Europea son quienes insisten en que es inexcusable aplicar las pol¨ªticas que llevan a cabo porque son las ¨²nicas adecuadas para generar crecimiento de la actividad pero resulta que sus estimaciones sobre lo que va a crecer o no la actividad econ¨®mica son completamente erradas y que se equivocan m¨¢s que nadie a la hora de percibir lo que ocurre en la realidad.
La diana del paro tambi¨¦n muestra lo mismo. El Gobierno vuelve a encabezar el desacierto, aunque en este caso le siguen la OCDE y el Banco de Espa?a.
La OCDE es el organismo que continuamente nos est¨¢ diciendo qu¨¦ debemos hacer con el mercado de trabajo pero resulta que se equivoca casi m¨¢s que ninguno a la hora de estimar qu¨¦ evoluci¨®n tendr¨¢ el paro, lo que significa que sabe casi menos que nadie sobre los factores que realmente lo producen y sobre los que pueden disminuirlo.
Y caso especial es el del Banco de Espa?a. All¨ª est¨¢n los economistas que a s¨ª mismos se consideran los mejores y m¨¢s preparados, los que cuentan con mayores privilegios, con sueldos de lujo y prebendas de todo tipo, desde cr¨¦ditos de regalo hasta casas de vacaciones o pensiones varias veces superiores a las de la gente corriente que siempre dicen que hay que recortar. Tienen plena autonom¨ªa para que nadie pueda interferir en su trabajo y cuentan con toda la informaci¨®n que necesiten y con todo tipo de recursos. Pero resulta que aparecen casi siempre entre los dos o tres que m¨¢s se equivocan a la hora de hacer predicciones.
?Qu¨¦ casualidad! Los pont¨ªfices de los recortes, los que permanentemente est¨¢n exigiendo reducci¨®n de salarios y pensiones, disminuci¨®n de los gastos sociales y desaparici¨®n de los servicios p¨²blicos argumentando que conocen perfectamente lo que pasa en la econom¨ªa y que eso es lo mejor para que funcione bien, resulta que son los que m¨¢s se equivocan, los que nunca aciertan en sus previsiones, los que manifiestan desconocer como nadie lo que pasa de verdad en la realidad econ¨®mica.
Se trata de un fen¨®meno que pone de manifiesto no solo la Diana Esade. Para comprobar en qu¨¦ gran medida se equivocan basta ver a toro pasado lo que dijeron esas instituciones y sus directivos antes de la crisis, cuando negaban todo lo que luego iba a suceder; o repasar los estudios de los economistas que defienden en Espa?a la insostenibilidad del sistema p¨²blico de pensiones: ni uno solo ha acertado en alguna ocasi¨®n en sus predicciones catastrofistas, tal y como es f¨¢cil verificar a posteriori.
No hay una prueba m¨¢s evidente de que las propuestas de estos organismos, presentadas siempre como verdades cient¨ªficas de t¨¦cnicos de alta cualificaci¨®n y sin contaminaci¨®n pol¨ªtica son, en realidad, el resultado de una ceguera profunda. Una ceguera provocada por sus convicciones ideol¨®gicas y por su servidumbre hacia intereses muy poderosos que los mantienen a su servicio no por lo que saben sino precisamente porque no les importa protagonizar esta farsa. A cambio, eso s¨ª, de honores, altos sueldos y regal¨ªas de todo tipo. El gran economista John K. Galbraith defini¨® todo esto como un fraude intelectual, que tendr¨ªamos que combatir con mucha mayor firmeza porque hace un da?o terrible a los m¨¢s d¨¦biles.
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