Yo a Boston, t¨² a Las Vegas
La universidad y la investigaci¨®n deb¨ªan ser la clave del modelo bostoniano, pero con este gobierno no han hecho sino empeorar
Hace un par de a?os, el President Mas nos anunciaba que Catalu?a quer¨ªa ser la Massachusetts del Mediterr¨¢neo. Barcelona ser¨ªa como Boston y nuestra econom¨ªa se basar¨ªa en el valor a?adido y en el I+D+I a gran escala. La excelencia de Harvard y del MIT inspirar¨ªa nuestro sistema universitario y la sociedad catalana ser¨ªa culta, liberal, progresista, como si todos vivi¨¦semos en Beacon Hill y tuvi¨¦semos una segunda residencia en Martha's Vineyard.
Hay que reconocer que como programa no estaba nada mal, y que puestos a buscar una meta, esa no ser¨ªa de las peores. Lo malo es que, como tantas otras veces en estos ¨²ltimos a?os, lo que se vend¨ªa con esa propuesta era solo un espejismo, una enso?aci¨®n, una ventana que permit¨ªa mirar un paisaje hermoso al que, sin embargo, no ¨ªbamos a poder llegar. En este caso, no solo por imposibilidad material, sino, sobre todo, por falta de voluntad pol¨ªtica.
En el modelo bostoniano que se nos propon¨ªa, la universidad y la investigaci¨®n eran la clave de b¨®veda. No obstante, en los algo m¨¢s de tres a?os que llevamos bajo el gobierno de los mejores, el deterioro de una y otra no ha hecho m¨¢s que aumentar. Es la crisis, por supuesto. Pero es, mucho m¨¢s, la decisi¨®n del Govern a la hora de establecer las prioridades del gasto. Y es, mucho m¨¢s a¨²n, el desarrollo de una determinada idea de universidad que aspira m¨¢s al negocio que al est¨ªmulo de la ciencia b¨¢sica y el pensamiento cr¨ªtico.
La asfixia econ¨®mica que padecen nuestras universidades tiene que ver con una brutal disminuci¨®n de las transferencias que reciben de la Generalitat, y que empez¨®, justo es recordarlo, siendo responsable de universidades Josep Huguet, del ala bussines friendly de ERC. Algunos de esos recortes se hicieron, adem¨¢s, sobre compromisos previamente adquiridos y que hab¨ªan llevado a las universidades a realizar inversiones que aquellos compromisos respaldaban, dej¨¢ndolas atrapadas en una deuda de casi imposible asunci¨®n.
En los dos ¨²ltimos a?os, la reducci¨®n adicional de un 20% en las aportaciones de la Generalitat ha agravado m¨¢s si cabe la situaci¨®n y ha colocado a las universidades cerca de la quiebra t¨¦cnica
En los dos ¨²ltimos a?os, la reducci¨®n adicional de un 20% en las aportaciones de la Generalitat ha agravado m¨¢s si cabe la situaci¨®n y ha colocado a las universidades cerca de la quiebra t¨¦cnica. Para evitarla se ha procedido a una sistem¨¢tica pol¨ªtica de externalizaci¨®n de servicios (cuando no a su simple eliminaci¨®n), subida de tasas universitarias (que supone para muchos j¨®venes la imposibilidad de acceder a esos estudios), y ajustes de plantillas por la v¨ªa de no cubrir las numerosas jubilaciones que se est¨¢n produciendo estos a?os, la no renovaci¨®n de profesores asociados que en muchos casos llevaban a?os impartiendo clases, y la cancelaci¨®n de cualquier perspectiva de consolidaci¨®n para el profesorado contratado que est¨¢ en pleno desarrollo de su carrera acad¨¦mica.
El resultado de todo ello ha sido un claro deterioro de las condiciones en que se ejerce la docencia y la investigaci¨®n. Se explota al profesorado asociado con condiciones laborales y salarios que provocan sonrojo. Se aumenta la ratio de alumnos por grupo hasta l¨ªmites que convierten en quim¨¦rica la apuesta por la renovaci¨®n did¨¢ctica que deb¨ªa acompa?ar al llamado proceso de Bolonia. Se suprimen m¨¢sters p¨²blicos alegando la falta de matr¨ªcula mientras se potencian los llamados m¨¢sters propios, impartidos en instalaciones universitarias p¨²blicas pero a precios privados y vinculados no pocas veces a intereses que nada tienen que ver con la funci¨®n social de la educaci¨®n superior. Se impulsan las empresas spin-off en las que se hace negocio particular con los resultados de la investigaci¨®n financiada con fondos p¨²blicos. Y dejo inconclusa la lista porque se me acaba el espacio.
La situaci¨®n econ¨®mica es ciertamente angustiosa y los problemas de financiaci¨®n de la Generalitat evidentes. Con todo, nada de lo descrito era inevitable. Responde, por el contrario, a una opci¨®n ideol¨®gica concreta, a un modelo de sociedad que menosprecia lo p¨²blico y exalta lo privado, que genera desigualdad social, que regatea fondos a las universidades p¨²blicas mientras financia generosamente fundaciones que imparten programas de posgrado propios en abierta competencia con los oficiales.
Un modelo que apuesta por f¨®rmulas de gobierno de las universidades de car¨¢cter jer¨¢rquico y crecientemente autoritario, en las que los ¨®rganos de representaci¨®n cada vez tienen menos peso, mientras se insin¨²an en el horizonte sistemas de gobernanza que nada tienen que ver con la tradici¨®n de una universidad organizada democr¨¢ticamente.
Visto lo cual, no es dif¨ªcil imaginar qu¨¦ ?taca es la que nos organizar¨ªan quienes a d¨ªa de hoy dirigen el proceso que debe redimirnos de la esclavitud en la que vivimos. De momento, y con estos mimbres, Boston queda cada vez m¨¢s lejos, aunque la ilusi¨®n no falta: si no podemos ser Massachusetts, seremos Nevada. A falta de Harvard, construiremos Barcelona World. Si no puede ser Boston, ser¨¢ Las Vegas.
Francisco Morente es profesor de Historia Contempor¨¢nea en la UAB
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.