Una estrategia irracional
La reforma de la regulaci¨®n de la IVE ocupa un lugar muy bajo en la percepci¨®n de los problemas que tiene el conjunto del electorado
La que est¨¢ desarrollando el PSOE de cara a las elecciones europeas otorgando centralidad al anteproyecto de ley del aborto. Para que esa estrategia fuere racional ser¨ªa necesario, en primer lugar, que la cuesti¨®n ocupara una posici¨®n relevante en el conjunto de los problemas que aquejan a los espa?oles; en segundo lugar, que el mismo ocupara un lugar destacado entre las preferencias y preocupaciones del electorado propio, del territorio de caza para entendernos, al efecto de facilitar su movilizaci¨®n; en tercer lugar que el an¨¢lisis subyacente a la legislaci¨®n existente que se trata de modificar fuere correcto, y, finalmente, que la propuesta engranara bien con el resto de las propuestas, actuales o potenciales, de la socialdemocracia. Nada de esto sucede. Veamos.
Por de pronto, hay que anotar que la reforma de la regulaci¨®n de la IVE ocupa un lugar muy bajo en la percepci¨®n de los problemas que tiene el conjunto del electorado. En el reciente bar¨®metro de enero del CIS la ley del aborto ocupa el puesto 27, preocupando al 0,2% de los encuestados (a groso modo unas 90.000 personas). Lo que supone el 0,2% de quienes recuerdan haber votado PP, al 0,4% de quienes recuerdan haber votado PSOE y al 0,7 de quienes recuerdan haber votado IU/ICV, del resto nada. Si pasamos a considerar no los problemas que preocupan, sino los que personalmente afectan la cuesti¨®n ocupa el lugar veintitr¨¦s, con el 0,5 de las respuestas, que corresponden a un 0,3% del recuerdo de voto del PP y un 0,2% del recuerdo de voto del PSOE. Una preocupaci¨®n masiva como se ve.
Si contemplamos el problema en t¨¦rminos de clase, toda vez que el PSOE es una formaci¨®n pol¨ªtica que trae causa del conflicto de clases, lo que permite entender porqu¨¦ su castillo roquero electoral viene determinado por los trabajadores por cuenta ajena que se mueven en la esfera de influencia de los sindicatos, las cosas no son muy diferentes: la cuesti¨®n del aborto es relevante para el 0,4% de los miembros de clase alta/media alta y el 0,5% de los de las nuevas clases media, no existiendo para los dem¨¢s.
Si de la percepci¨®n del problema pasamos a la afectaci¨®n personal el resultado es como sigue: clase alta/media alta 1,1%, nuevas clases medias 0,5%, viejas clases medias 0,3%; obreros cualificados 0,4% y no cualificados: 0%. Lo que no debe extra?ar: se ajusta como un guante hecho a medida a los datos de autoidentificaci¨®n religiosa cuando estos se desagregan por clase social. Como puede verse una demanda fuertemente enraizada en el territorio de caza del partido socialdem¨®crata.
Como la estrategia en cuesti¨®n est¨¢ orientada a la defensa de la ley en vigor, la ley A¨ªdo, reposa sobre la adecuaci¨®n y correcci¨®n del an¨¢lisis que a esta subyace y la fortuna de su redacci¨®n. Basta la mera lectura de la ley en vigor para constatar que la misma presupone que el aborto no es un problema cuantitativamente importante, que afecta primariamente a las mujeres j¨®venes y adolescentes, raz¨®n por la cual casi la ¨²nica pol¨ªtica p¨²blica de protecci¨®n que contempla gira en torno a la educaci¨®n sexual.
Pues bien, el mundo no es as¨ª: la tasa de abortos sobre embarazos se sit¨²a en el entorno del 24/25%, de tal modo que de cada cinco embarazos uno finaliza mediante IVE (el 22,00 en 2007 y el 24,78 en 2012, ¨²ltimo a?o con datos), el aborto juvenil (mujeres de hasta 20 a?os) que era 13,65 del total en 2007 ha ca¨ªdo al 12,15 en 2012, siguiendo una pauta descendente que se remonta cuanto menos a 1998, y lo que los datos muestran es un lento deslizamiento hacia las cohortes de mayor edad, desde 2011 la m¨¢s numerosa es la de las mujeres de 25 a 29 a?os, y en 2012 las mayores de treinta a?os suponen ya m¨¢s de un tercio del total, siendo el ¨²nico grupo en el que el recurso a la IVE es creciente.
No nos debe extra?ar: desde una perspectiva de clase el aborto es asunto de mujeres trabajadoras por cuenta ajena o en paro (el 73,63 en 2012), con educaci¨®n ESO o inferior (58,72), que tienen al menos un hijo vivo (54,67), que han tenido alguna IVE previa (36,17) y que son inmigrantes (37,56), dato este ¨²ltimo ilustrativo toda vez que en 2012 el porcentaje de mujeres inmigrantes hab¨ªa ca¨ªdo bien por debajo del 10%. En pocas palabras: en Espa?a el recurso a la IVE es un instrumento para regular la fertilidad al que se recurre prioritariamente por mujeres de clase trabajadora como salida a una situaci¨®n de precariedad econ¨®mica y desamparo social. Por eso la ley en vigor, sabia y prudente, no articula al respecto medida de apoyo alguna.
De la correcci¨®n t¨¦cnica de la ley, mejor no hablar, como para muestra un bot¨®n, basta quede el siguiente: la ley despenaliza el aborto durante las primeras 14 semanas del embarazo sin necesidad de causa (por cierto, no es cierto que reconozca un derecho subjetivo a la IVE), pero sabia y prudente como es no dice como se cuentan, habiendo en presencia cuanto menos tres criterios m¨¦dicos cuya aplicaci¨®n puede producir que, de hecho, el plazo caiga a las 10 semanas o se extienda a las dieciocho. Seguridad jur¨ªdica se llama eso.
Visto lo visto, si la vocaci¨®n de la versi¨®n socialdem¨®crata del Estado de bienestar es la procura de la igualdad no parece que la disciplina legal vigente engrane muy bien con aquella.
Si en lo dicho llevo raz¨®n, cosa que obviamente creo, no cuesta nada entender por qu¨¦ despu¨¦s de dos meses de debate p¨²blico y aparici¨®n a la luz p¨²blica de las ocultas fracturas que la IVE causa en el partido conservador que gloriosamente nos rige, el recurso al tema no haya tenido por consecuencia el m¨¢s m¨ªnimo progreso de los apoyos electorales del PSOE.
Lo dicho. Una estrategia irracional.
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