Industrias culturales
La cultura es un potent¨ªsimo motor econ¨®mico que tiene una alta tasa de retorno
El Consell Valenci¨¤ de Cultura acaba de celebrar una mesa redonda en torno a las industrias culturales, que ha tenido una considerable aceptaci¨®n, si as¨ª se puede medir por la concurrencia de gentes implicadas en los diversos sectores. Libreros, editores, productores audiovisuales, gentes del teatro, gestores, todos han escuchado las intervenciones de algunos representantes que han alcanzado momentos de gran tristeza al constatar la profunda sima a que las medidas de gobierno para la superaci¨®n de la crisis econ¨®mica han conducido al sector de las llamadas industrias culturales. Sobre la sesi¨®n pesaba el efecto laminador que ha tenido el cierre de la televisi¨®n valenciana, el aumento del IVA y la digitalizaci¨®n de tan dif¨ªcil regulaci¨®n.
La expresi¨®n m¨¢s generalizada de tal abatimiento es, al decir de algunos, la alternativa exilio o muerte, referida a aquellos que no pueden ejercer su papel profesional y optan por hacerlo m¨¢s all¨¢ de nuestras tierras o simplemente cambian de oficio. Doom and gloom, dicen los ingleses de una situaci¨®n as¨ª. Da?o y desolaci¨®n, es lo que se respiraba en la sesi¨®n, tan vibrante, tan dolorosa.
Nadie quiere, sin embargo, abandonar del todo, todos aspiran a tener otra oportunidad, a que los poderes p¨²blicos atiendan sus empe?os, sus demandas, pero se ven enfrentados a quienes los consideran simples amantes de la subvenci¨®n, del compadreo institucional. Se ha citado a V¨ªctor Hugo que en debate presupuestario en 1848 se?al¨®, a la vista de los recortes en materia cultural que el Gobierno propon¨ªa, que eran irrelevantes como partida presupuestaria pero altamente nocivos para la salud de los ciudadanos. Exactamente como ahora ocurre.
Pero inevitablemente surge el reproche ancestral del pensamiento conservador que achaca a la cultura una aversi¨®n al riesgo, la considera incapaz de ser aut¨®noma, la ve siempre dependiente, subsidiada. Es un gran error, un inmenso error. Porque la cultura es un potent¨ªsimo motor econ¨®mico que tiene una alta tasa de retorno, como ha medido y demostrado, entre nosotros, el informe Rausell de la Universitat de Val¨¨ncia. Porque forma, junto con la educaci¨®n, un par de fuerzas insustituible e inseparable para la formaci¨®n de los ciudadanos, que debe ser estimulado y protegido por el Estado, y defendido de la voracidad y banalizaci¨®n del mercado. Para todo lo cual adem¨¢s debe constituirse como excepci¨®n cultural en la fiscalidad de las arcas p¨²blicas.
Los actores de la cultura, gestores o creadores, deseosos de unas l¨ªneas de acci¨®n para un futuro razonable, sin h¨¦roes, tal vez puedan encontrar en estas propuestas unas opciones con sentido, una utop¨ªa concreta.
?Vicente Gonz¨¢lez M¨®stoles es arquitecto y miembro del Consell Valenci¨¤ de Cultura
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