La T4 de Rajoy
El presidente sigue empe?ado en convencernos de que hemos superado la crisis, a pesar de que los datos indican lo contrario
La cara del expresidente Zapatero cuando le anunciaron que ETA hab¨ªa hecho estallar una bomba en la terminal 4 del aeropuerto de Barajas fue una expresi¨®n paradigm¨¢tica de lo que puede ocurrirle a un dirigente pol¨ªtico cuando vende la piel del zorro antes de haberlo cazado. Sus planes se chafaron y su credibilidad se vino abajo, quiz¨¢ ya casi sin remedio y para siempre, a partir de entonces. Ahora, mucho me temo que algo parecido va a ocurrirle a Rajoy aunque sea por razones diferentes.
El presidente sigue empe?ado en convencernos, como en el reciente debate sobre el Estado de la Naci¨®n, de que ya hemos superado satisfactoriamente la crisis, a pesar de que los datos no solo no lo confirman sino que indican lo contrario.
Es dif¨ªcil saber si cuando dijo eso Rajoy ten¨ªa ya en sus manos los datos del Instituto Nacional de Estad¨ªstica que muestran que el PIB del cuarto trimestre de 2013 creci¨® solo un min¨²sculo 0,17%, casi nada, y la mitad del crecimiento anunciado d¨ªas antes por su Ministro de Econom¨ªa. Pero si no sab¨ªa ese dato concreto (lo que me parece improbable) el presidente s¨ª tendr¨ªa que saber que el recorte de gasto p¨²blico realizado por su ministro de Hacienda hab¨ªa sido especialmente fuerte en ese periodo (un 3,9%) y que eso inevitablemente iba a repercutir muy negativamente en la evoluci¨®n global del PIB, puesto que el gasto del sector p¨²blico en su conjunto representa m¨¢s o menos un euro de cada cinco de su volumen total.
Por tanto, Rajoy, como cualquiera que simplemente coteje la evoluci¨®n de los diferentes componentes del PIB (consumo familiar, inversi¨®n empresarial, gasto p¨²blico y saldo exterior), pod¨ªa saber que su ya de por s¨ª lev¨ªsima mejor¨ªa anterior se hab¨ªa logrado gracias al gasto p¨²blico, porque las dem¨¢s o hab¨ªan registrado valores negativos o insuficientes para lograr aumentos mayores en su tasa de crecimiento. Como tambi¨¦n deb¨ªa conocer la nueva ca¨ªda de la industria, el significativo par¨®n de los servicios o que el IPC en este sector fuese negativo por primera vez en 50 a?os. Por tanto, seguir afirmando, como hac¨ªa Guindos y como repet¨ªa el presidente, que la actividad econ¨®mica estaba mejorando era, m¨¢s que aventurado, un desaf¨ªo consciente a la verdad, un farol.
No se puede negar que la econom¨ªa espa?ola ha recobrado cierto nivel de actividad en algunos ¨¢mbitos y que la confabulaci¨®n de los banqueros y grandes directivos y empresarios para decir que todo va mejor ha tenido cierto efecto galvanizador. Pero los datos indican claramente que es muy insuficiente, estad¨ªsticamente casi no significativa, que solo se produce en actividades que no son capaces de actuar como motores de toda la econom¨ªa y que, para colmo, pr¨¢cticamente no comporta creaci¨®n alguna de empleo sino, por el contrario, un aumento de la desigualdad muy grande y perjudicial para el consumo y, por tanto, para la recuperaci¨®n de la actividad empresarial.
El empe?o de Rajoy resulta por eso muy peligroso y nos va a costar muy caro a todos. No solo por los costes sociales y pol¨ªticos que se generan cuando, antes o despu¨¦s, la poblaci¨®n descubre que ha sido enga?ada sino, sobre todo, por el riesgo que supone conducir por una endiablada carretera de monta?a convencido y tratando de convencer a los dem¨¢s de que no hay curvas por delante.
Me gustar¨ªa equivocarme, pero si Rajoy sigue conduciendo una depresi¨®n econ¨®mica como si se encontrase en una fase de recuperaci¨®n se va a encontrar con otra bomba en la T4. En el mejor de los casos, va a lastrar para muchos a?os la posibilidad de volver a crear empleo y de recuperar la actividad de las miles de empresas que est¨¢n desapareciendo. El peor es la debacle que se producir¨¢ si la demanda exterior sigue deterior¨¢ndose, como se espera, si la insolvencia generalizada de los bancos provoca otro latigazo de crisis financiera, como es pr¨¢cticamente seguro que ocurra o, simplemente, si comienzan a subir los tipos de inter¨¦s, como se vaticina.
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