¡°Eres uno de nuestros mejores clientes y tengo algo para que ganes unos euros¡±
Un empresario de Vitoria narra el conflicto en que se vio envuelto con el banco que le vendi¨® un producto financiero, hasta que el Supremo le dio la raz¨®n
¡°Eres uno de nuestros mejores clientes y tengo algo para que ganes unos euros¡± Su empresa iba bien. La crisis le estaba apretando, pero segu¨ªa con una buena cartera de pedidos. Los ajustes resultaban necesarios porque los m¨¢rgenes se estaban estrechando, pero sin tener que llegar a extremos traum¨¢ticos.
En ese contexto, un empresario de Vitoria que prefiere no hacer p¨²blico su nombre, pese a que el Tribunal Supremo le ha dado la raz¨®n y ha anulado los productos financieros que ten¨ªa contratados con su banco, recibi¨® una llamada del director de su entidad ¡ª¡°casi mi confesor¡±, dice para describir la relaci¨®n que manten¨ªa con ¨¦l¡ª. ¡°Me dijo por telefono que ten¨ªa un producto para sus mejores clientes y que, como yo era uno de ellos, me pasara por la oficina¡±, recuerda. ¡°En mi caso, el swap no estaba referenciado a ning¨²n credito, aunque s¨ª al eur¨ªbor¡±. Aunque no iba a ganar mucho dinero, al final de a?o le iba a dejar de r¨¦dito ¡°unos euros¡±.
Los productos se llamaban Swap in arrears 3x12 plus y Swap bonificado escalonado con barrera Knock in arrears. ¡°?Qu¨¦ significa eso? Pues no tengo ni remota idea. Luego me enter¨¦ que el nominal de ese producto era un mill¨®n de euros en cada caso¡±, explica este afectado.
El empresario rememora que firm¨® en una hoja una autorizaci¨®n para que su banco operase, pero sin m¨¢s literatura. ¡°Era el director de mi entidad, con el que llevaba toda la vida. ?C¨®mo no me iba a fiar?¡±, asume.
Este empresario comprob¨® que, despu¨¦s de varios ingresos y cargos en sus cuentas, obten¨ªa un saldo positivo de entre 100 y 150 euros al a?o, m¨¢s o menos, en alg¨²n caso algo m¨¢s. Hasta que de repente vio un cargo de 14.000 euros y despu¨¦s otro por la misma cantidad. ¡°28.000 euros, pero qu¨¦ es esto¡±, pens¨® cuando se los descontaron.
Era el director de mi banco. Llevaba con ¨¦l toda la vida. ?C¨®mo no fiarme?¡±
En el momento en que precipit¨® una reuni¨®n con el nuevo responsable del banco, las cosas empezaron a alejarse de los par¨¢metros de la relaci¨®n entre director amigo y buen cliente, y se adentraron en otros radicalmente diferentes. ¡°Esto es lo que hay. Ese dinero lo tienes que pagar, y esto es lo que firmaste¡±, le dijeron, tras mostrarle dos contratos de m¨¢s de medio centenar de folios cada uno.
¡°No daba cr¨¦dito. Yo no hab¨ªa firmado aquello, solo la ¨²ltima hoja de todo aquello y, de repente, ya no era uno de sus mejores clientes, sino uno de sus mejores morosos¡±, apunta.
El empresario explic¨® al nuevo director de su banco que, cuando firm¨® la autorizaci¨®n, estaba convencido de que suscrib¨ªa un producto sin riesgo, ¡°del que te pod¨ªas salir cuando quisieras y que, adem¨¢s, no ten¨ªa ning¨²n tipo de cl¨¢usula gravosa de cancelaci¨®n¡±.
En aquella reuni¨®n con el responsable de su entidad, este afectado se enter¨® de que sus swaps estaban relacionados al eur¨ªbor y que todo lo que ese ¨ªndice, el m¨¢s habitual para referenciar los cr¨¦ditos, cayese por debajo de 3,5% le iba a suponer un coste. ¡°Y me enter¨¦ de que cancelarlos me iba a costar 228.000 euros¡±.
En 2009, demand¨® a su entidad y, pese a perder en primera instancia, gan¨® en segunda y finalmente el Tribunal Supremo le dio la raz¨®n, ratificando los criterios que est¨¢n marcando jurisprudencia en la resoluci¨®n de casos relativos a este tipo de productos financieros.
Si el cliente puede demostrar que no se le explic¨® bien el producto y no se le traslad¨® de forma meridiana que pod¨ªa perder importantes cantidades de dinero, incluso toda su inversi¨®n, lo m¨¢s corriente, si no es un financiero familiarizado con ese tipo de operaciones, es que los jueces fallen en contra de los bancos.
El tr¨¢nsito judicial le ha supuesto varios a?os a este empresario vitoriano, pero al final ha logrado que le devuelvan las cantidades y revocar los contratos. El banco que le vendi¨® los dos swaps a¨²n no le ha sacado de la lista de morosos. La entidad le carg¨® como deuda en 2009, en una cuenta que el empresario dej¨® deliberadamente a cero, una liquidaci¨®n cercana a 15.000 euros por uno de los productos. ¡°En 2013, ya supon¨ªan m¨¢s de 150.000 euros, una aut¨¦ntica verg¨¹enza¡±, concluye.
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