Y Alaya investiga...
La juez ha hecho una instrucci¨®n excesivamente personalista
El fraude de los ERE es un caso de corrupci¨®n de libro cuya complejidad ha dado lugar a una macrocausa que por momentos parece ingobernable. Es dif¨ªcil saber a ciencia cierta las l¨ªneas de investigaci¨®n que tiene abiertas la juez Mercedes Alaya, as¨ª como las instituciones p¨²blicas o privadas y las personas afectadas por las pesquisas (s¨ª se conoce que hay m¨¢s de 140 imputados y casi una decena de aforados se?alados).
El origen del caso ERE son los famosos intrusos, personas que cobraron una prejubilaci¨®n por una empresa en la que nunca trabajaron, un aspecto que tras m¨¢s de tres a?os de instrucci¨®n parece menor en la causa. Despu¨¦s han venido las investigaciones sobre las comisiones excesivas por la tramitaci¨®n de los ERE, las ayudas directas a empresas, el cuestionamiento de la legalidad del procedimiento con el que se daban las ayudas, las modificaciones del Presupuesto auton¨®mico que la juez criminaliza¡ Y los actores bajo sospecha se han multiplicado: el Consejo de Gobierno durante una d¨¦cada (incluyendo dos expresidentes); varias consejer¨ªas; el Parlamento andaluz; la C¨¢mara de Cuentas; la Intervenci¨®n General de la Junta de Andaluc¨ªa; los servicios jur¨ªdicos de la Administraci¨®n andaluza; funcionarios de distintas categor¨ªas; dirigentes del PSOE y al menos uno de IU (la sorprendente v¨ªa que salpica a Diego Valderas); los sindicatos Comisiones Obreras y UGT en distintas autonom¨ªas; Ayuntamientos; bufetes de abogados; decenas de empresas y empresarios; la Universidad de Sevilla; entidades financieras, consultoras, aseguradoras¡
?D¨®nde est¨¢ el informe de la Guardia Civil sobre el papel de Viera?
A estas alturas, la juez Alaya no deja indiferente a casi nadie. Para muchos es una hero¨ªna que ha hecho m¨¢s por desmontar la estructura de poder del PSOE en la comunidad que la oposici¨®n en m¨¢s de 30 a?os de autonom¨ªa (lo cual, por cierto, dice muy poco de la derecha andaluza). Para otros muchos no es m¨¢s que una inquisidora que ha abierto una causa general contra la Junta de Andaluc¨ªa y cuyas decisiones rozan a menudo la prevaricaci¨®n. Y la virtud, como ocurre a menudo, probablemente est¨¦ en el medio.
La instrucci¨®n de Alaya ha permitido destapar un abuso del dinero p¨²blico durante una d¨¦cada en la Consejer¨ªa de Empleo, un agujero vergonzoso que permiti¨® lucrarse a aprovechados sin que se le pusiera remedio. He aqu¨ª el principal pecado de los m¨¢ximos responsables pol¨ªticos de la Junta de Andaluc¨ªa entre 2001 y 2010. Nadie, absolutamente nadie, hizo nada para frenar lo que ocurr¨ªa en este departamento. Limitar la responsabilidad al principal imputado, el ex director general de Trabajo Javier Guerrero, no deja de ser una broma de mal gusto. Todav¨ªa hoy, cuando a los principales responsables de la Junta en esa etapa se les pregunta c¨®mo pudo Guerrero dar ayudas a su antojo durante una d¨¦cada, la respuesta es el silencio.
Siendo esto as¨ª, hay numerosos elementos de la instrucci¨®n de Alaya que son m¨¢s que discutibles. M¨¢s all¨¢ de las llamativas coincidencias de decisiones judiciales con momentos pol¨ªticos clave para la comunidad (quiz¨¢ el m¨¢s relevante de todos fue el encarcelamiento de Guerrero el d¨ªa que comenzaba la campa?a electoral de las auton¨®micas de 2012 en la que el PP part¨ªa como claro favorito), la magistrada ha diversificado de tal manera la instrucci¨®n que resulta dif¨ªcil encontrar ahora un hilo conductor, una justificaci¨®n l¨®gica a sus decisiones y un l¨ªmite a una investigaci¨®n que en numerosos casos est¨¢ bordeando la prescripci¨®n (el fondo empez¨® a funcionar hace 13 a?os).
No cabe duda de que la juez tiene total libertad para dirigir las pesquisas, aunque esto haya dado lugar a controversias (Alaya interrog¨® a un imputado por elementos que no estaban incorporados a la causa, lo que da idea de que maneja a su antojo las pruebas que acumula la Guardia Civil, hecho este que caus¨® malestar en la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n). Este uso de los tiempos ocasiona, sin embargo, una instrucci¨®n excesivamente personalista. ?D¨®nde est¨¢ el inminente informe que la Guardia Civil ten¨ªa previsto presentar hace m¨¢s de dos a?os sobre la Sierra Norte de Sevilla y que iba a destapar el ¡°papel esencial¡± del diputado socialista y exconsejero Jos¨¦ Antonio Viera en los ERE? ?Por qu¨¦ no est¨¢ ya en el Supremo la parte del caso relativa a la utilizaci¨®n de las transferencias de financiaci¨®n cuando tras el informe de la Intervenci¨®n General del Estado no es previsible que haya m¨¢s novedades en este punto, que es el que tiene en la picota a siete aforados y a una veintena de ex altos cargos de la Junta? ?Hay un horizonte temporal razonable para la causa o las pesquisas son ad infin¨ªtum? Es indiscutible que la investigaci¨®n del caso ERE es tit¨¢nica y que Alaya ha demostrado arrojo y esfuerzo en estos tres a?os. Pero pasado este tiempo quiz¨¢ sea el momento de parar, pensar e introducir mesura, templanza, sentido com¨²n...
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