Mal de amores con caf¨¦
Desde hace un a?o, un grupo de entre 15 y 20 personas se re¨²ne en un local de Montera para intercambiar desventuras de pareja. Una mediadora gu¨ªa los encuentros y hace fluir la charla
Luis es de los que repite. La ¨²ltima vez le reprocharon que monopolizaba la conversaci¨®n, y ah¨ª est¨¢, haci¨¦ndolo otra vez. Hasta que llega esa gran pregunta que a todos nos han hecho en alguna ocasi¨®n: ¡°?Qu¨¦ buscas en una pareja?¡±. El joven no se lo piensa un segundo y suelta la perla: ¡°Que est¨¦ buena¡±. Cuando de las 14 personas que te acompa?an la mitad son mujeres, puede que esa no sea la mejor de las respuestas. Luis se percata e intenta resarcirse: ¡°Ahora en serio, una chica natural, divertida, con quien poder hablar de todo¡±. La controversia est¨¢ servida en la cafeter¨ªa Priorit¨¦, en el 42 de la calle de la Montera, donde desde hace un a?o un grupo de entre 15 y 20 personas se re¨²ne dos veces al mes para compartir sus peripecias amorosas.
La din¨¢mica es sencilla: pagas tres euros ¡ªel precio incluye una consumici¨®n¡ª y durante dos horas te dedicas a contar tus periplos y a escuchar los de los dem¨¢s. A partir de ah¨ª, no hay guiones ni tab¨²es. Puede que un individuo se plante en medio de todos y revele, con evidentes signos de verg¨¹enza, que su mujer le ha puesto los cuernos. Puede que una divorciada relate su fallida experiencia en una cena de solteros. Puede que esa misma se?ora cuente que, tras abandonar la cena, acab¨® conociendo y compartiendo coche con un campesino de Burgos con el que result¨® tener muchas cosas en com¨²n. ¡°Hay historias muy curiosas¡±, comenta Mar¨ªa ?ngeles, la m¨¢s veterana del grupo con seis reuniones a la espalda. La mujer de 38 a?os es la ¨²nica que tiene pareja. ¡°La primera vez que vine estaba soltera. Ahora tengo chico, pero no por eso he dejado de venir. Me enriquecen mucho las opiniones de los dem¨¢s¡±.
Aunque nadie est¨¢ obligado a hablar, al final hasta los m¨¢s t¨ªmidos se animan a contar su experiencia. Con el fin de guardar los turnos y plantear preguntas a los asistentes, las reuniones son conducidas por una mediadora, Luc¨ªa Jim¨¦nez, quien, adem¨¢s, es la impulsora de la idea. ¡°Poder hablar de tus relaciones personales, sentirte comprendido, recibir el feedback de gente que ha pasado por algo similar¡ Todo eso es muy beneficioso, casi terap¨¦utico¡±, opina la mujer de 39 a?os. Antes de dedicarse a arbitrar entre corazones rotos, esta madre de dos hijos trabajaba en una agencia de viajes. Un d¨ªa se percat¨® de que en sus estanter¨ªas hab¨ªa m¨¢s libros de psicolog¨ªa del comportamiento que de pa¨ªses ex¨®ticos. Su may¨²sculo inter¨¦s por las tertulias y un diploma en Coaching PNL (comunicaci¨®n interpersonal) hicieron el resto. ¡°No soy una experta, de esos ya hay demasiados en la televisi¨®n¡±, confiesa. ¡°Es m¨¢s pr¨¢ctico escuchar a quien tiene el problema¡±.
Tal vez ah¨ª resida la clave para que un grupo de gente, la mayor¨ªa desconocidos entre s¨ª, expongan sus (des)venturas amorosas sin tapujos. Tal vez hay quien, como la atormentada protagonista de Un tranv¨ªa llamado deseo, prefiere depender de la amabilidad de los extra?os. Tal vez algunos no tienen con qui¨¦n desahogarse y buscan la m¨¢s m¨ªnima oportunidad para hacerlo. ¡°La iniciativa funciona porque uno sale de la tertulia con la impresi¨®n de conocer un poco mejor c¨®mo funciona el ser humano: sus miedos, sus impresiones en el amor, la relaci¨®n entre hombres y mujeres¡±, opina Jos¨¦ Manuel, de 53 a?os. Es la primera vez que asiste a una reuni¨®n. Al igual que Luis, piensa repetir.
Las pr¨®ximas reuniones est¨¢n previstas para el 18 y 25 de marzo y 15 y 22 de abril. Necesaria inscripci¨®n previa en www.ytuquequieres.es
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