Que Tit¨ªn III nunca se jubile
Su victoria ante Irujo en un partido memorable le acerca a las semifinales por m¨¦ritos propios
Por el bien de la pelota, por su espect¨¢culo, por el aprendizaje de las nuevas generaciones: que Tit¨ªn III nunca se jubile. Que cunda, al menos, la reivindicaci¨®n aunque sea imposible porque est¨¢ abocada al fracaso por culpa del calendario cruel que marca la edad. Pero tardar¨¢n las empresas pelotazales en encontrar un reclamo suficiente para la grada como este honesto delantero riojano, generoso en el esfuerzo y en sus manos curtidas de pelotazos intencionados.
Este domingo, ante los suyos, respaldado por un tit¨¢nico Merino II, el veterano pelotari de Tricio ha dado un paso adelante para amarrar una de las dos plazas de semifinales del campeonato de mano por parejas que siguen en el aire (22-19) y del que se despide. No lo ten¨ªa nada f¨¢cil, con Irujo haciendo la sombra habitual cada vez que sale a jugar y Barriola barriendo por detr¨¢s. Pero ha sido posiblemente uno de los encuentros m¨¢s encarnizados de esta fase, con tantos de desgaste insufrible, con una viveza propia del espect¨¢culo m¨¢s agradecido. Para volver a verlo.
En el Adarraga se ha vivido, desde luego, una fiesta dentro y fuera de la cancha. A la l¨®gica emoci¨®n de los incansables seguidores locales se ha unido la pelea sin complejos, sin reservarse una gota de sudor de cada uno de los cuatro pelotaris. La igualdad se ha apoderado de la situaci¨®n,? en un partido con intereses muy superiores a la pelea entre parejas de la misma empresa, provocando irremediablemente el instinto vencedor en cada tanto.
Se han sucedido los empates porque no pod¨ªa ser de otra manera. Era la fotograf¨ªa precisa de las fuerzas niveladas, de los resortes equilibrados como si fuera un duelo a vida o muerte. Para los roiojanos estaba en juego acercarse a las semifinales que te llevan al prestigio; para los azules, el orgullo de mantenerse l¨ªderes, que alargar una racha de juego que no pasar¨¢ desapercibida cuando empiezan a otearse los compromisos m¨¢s arriesgados.
El Adarraga ha acogido uno de los partidos de mayor viveza, de mayor espect¨¢culo
Ninguna de las dos parejas, en sus respectivas ventajas, ha conseguido sacar cuerpos de ventaja. Era imposible, sobre todo para Irujo-Barriola que han empezado mandando. Nadie estaba dispuesto a arrojar la toalla, a bajarse del tren del esfuerzo. De aqu¨ª que se haya transitado por abrazos eternos a cinco, a seis, a nueve y hasta el 10-9 que significaba el paso adelante de los locales. Ah¨ª se ha calentado el toma y daca con tantos para recrearse como el 11-10 con aquel zambonbazo de Merino II por encima de la cabeza de Barriola.
Todav¨ªa quedaba mucho m¨¢s repertorio, aunque Tit¨ªn III y su compa?ero no han soltado las riendas. Es verdad que les ha salido todo bien, pero igual de cierto que se han restregado por el suelo para sacar petr¨®leo en los momentos dif¨ªciles. Vaya, que han sacado de sus casillas a Irujo, enfadado cuando ha visto con el 18-15 que se torc¨ªa el rumbo.
Era un espejismo. El delantero navarro muerde cuando tiene rabia. As¨ª se puede explicar el expectante empate a 19, que ser¨ªa la ¨²ltima igualada pero tambi¨¦n el definitivo arre¨®n para probar fortuna. Tit¨ªn III y Cecilio, envalentados, a favor de corriente con el bullicio ambiental, han cortado por lo sano y con tres tantos seguidos se han plantado a las puertas de las semifinales. Era la despedida gloria a un espect¨¢culo que revaloriza un deporte.
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