D¨ªas de luto por la democracia
Lo ocurrido en los dos d¨ªas posteriores al 11M fue una derrota para la democracia a causa de la divisi¨®n pol¨ªtica
Tras la dictadura de Franco, la democracia espa?ola ha sido puesta a prueba varias veces pero nunca ha sido destruida, s¨®lo maltrecha. En sus primeros a?os, el mayor desaf¨ªo fue el terrorismo, despu¨¦s la amenaza militar. Un tiempo m¨¢s tarde, de forma m¨¢s difusa, la corrupci¨®n, caldo de cultivo que genera desconfianza en los partidos y en los pol¨ªticos, con la democracia al fondo. Probablemente este sea ahora el mayor peligro. Quiz¨¢s hay dos momentos cr¨ªticos que sobresalen: el 23-F de 1981 y el 11-M de 2004. Aqu¨ª trataremos del segundo, al que a?adiremos los dos d¨ªas posteriores, d¨ªas de luto para las v¨ªctimas directas pero tambi¨¦n d¨ªas de luto para nuestra democracia. Recordar¨¦ mi experiencia de aquellos funestos 11, 12 y 13 de marzo. Al final del art¨ªculo, lo comparar¨¦ con el 23-F.
Nos sobresaltamos a primeras horas de la ma?ana del jueves con la noticia de la tragedia. En las horas siguientes fuimos comprobando su espeluznante magnitud: los muertos por la acci¨®n terrorista no cesaban de aumentar hasta cifras insospechadas. Poco m¨¢s tarde, las primeras reacciones institucionales. Recuerdo una solemne declaraci¨®n de Ibarretxe condenando a ETA, asimismo una similar de Carod-Rovira, entonces vicepresidente de la Generalitat. Tambi¨¦n un significativo comentario de Otegui en el mismo sentido. El Gobierno de Aznar, por supuesto, en posici¨®n id¨¦ntica.
A las doce del mediod¨ªa ten¨ªa el compromiso de pronunciar una conferencia en una universidad barcelonesa. Tras unas palabras de condena y de solidaridad con las v¨ªctimas, todo transcurri¨® con normalidad. En la comida con los organizadores nadie dudaba que el autor de la masacre era ETA, pocos d¨ªas antes la polic¨ªa hab¨ªa encontrado un alijo de dinamita capaz de ocasionar un atentado como el de Atocha.
Llego a casa y encuentro una llamada de La Vanguardia para que escriba un breve comentario a entregar antes de las ocho de la tarde. Doy las culpas a ETA y lo env¨ªo. Me telefonean m¨¢s tarde diciendo que cobra fuerza la hip¨®tesis islamista: introduzco, con escepticismo, unos peque?os cambios. Me vuelven a llamar dici¨¦ndome que el ministro Acebes ha dado la noticia del hallazgo de un ejemplar del Cor¨¢n en ¨¢rabe en el interior de una sospechosa camioneta Kangoo. Introduzco esta vez correcciones sustanciales y contemplo las dos posibilidades: terrorismo etarra y terrorismo isl¨¢mico. El art¨ªculo m¨¢s modificado de toda mi vida.
El viernes la confusi¨®n aumenta, el Gobierno ya contempla las dos hip¨®tesis pero la islamista cobra cada vez m¨¢s fuerza. En la manifestaci¨®n convocada en Barcelona se pide que el Gobierno confiese la verdad ¡ª?la sab¨ªa?¡ª- y se acusa a Aznar de ser el responsable indirecto de la matanza por la participaci¨®n de Espa?a en la guerra de Irak. Dos ministros - Piqu¨¦ y Rato - deben huir del acoso de la multitud por un parking subterr¨¢neo, siendo abandonados por el resto de pol¨ªticos asistentes: mal van las cosas.
Al d¨ªa siguiente, s¨¢bado, jornada de reflexi¨®n electoral, el candidato Mariano Rajoy, hace declaraciones pol¨ªticas. Las cosas van a peor: eso no es propio de un d¨ªa de reflexi¨®n. Al mediod¨ªa, el ministro Acebes informa que la polic¨ªa ha detenido a cinco islamistas sospechosos de cometer el atentado. El Gobierno parece admitir su error inicial, todo parece mejorar. Pero no es as¨ª. A ¨²ltima horas de la tarde, se producen concentraciones de protesta ante las sedes del PP. Mi mujer y yo, desolados por el transcurso de esta an¨®mala jornada de reflexi¨®n, esperamos una anunciada declaraci¨®n de Rubalcaba, portavoz del PSOE, con la convicci¨®n de que condenar¨¢ el acoso a las sedes del partido del Gobierno. Nos defrauda profundamente: les incita a seguir ah¨ª. A pesar de las detenciones recientes, considera que el Gobierno miente. A la ma?ana siguiente elecciones.
Fueron d¨ªas de luto por la tragedia, todos sentimos una pena infinita por las v¨ªctimas, muertos y heridos, familiares y amigos. Pero fueron tambi¨¦n d¨ªas de luto por la democracia. El grave error de Aznar fue no convocar la misma ma?ana del jueves 11 a los dem¨¢s partidos para adoptar hasta el d¨ªa electoral una posici¨®n conjunta: hay que hacer frente al terrorismo como un problema de todos, sin fisuras, no un instrumento de lucha pol¨ªtica.
Algunos ministros ¡ªentre ellos Rajoy¡ª se lo aconsejaron y Aznar no hizo caso. El error del PSOE y de su entorno medi¨¢tico fue aprovechar la ocasi¨®n para echar al Gobierno la culpa del atentado a causa de la colaboraci¨®n de Espa?a en la guerra de Irak, algo que despu¨¦s se ha comprobado que es falso, y no instar su portavoz la retirada de los concentrados en los aleda?os de las sedes populares horas antes de que se abrieran las urnas.
La democracia perdi¨® las elecciones. Diez a?os despu¨¦s todos deber¨ªan admitir sus errores. Lamentablemente no creo que as¨ª sea. El 23-F constituy¨® un triunfo de los dem¨®cratas frente a quienes pretend¨ªan derrocar la democracia. El 11-M y los dos d¨ªas siguientes significaron la derrota de los dem¨®cratas a causa de su divisi¨®n.
Francesc de Carreras es profesor de Derecho Constitucional.
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