Ya est¨¢n aqu¨ª
Las Fallas y las primarias socialistas han coincidido y anuncian primaveras
Pese a que no est¨¢ claro a santo de qu¨¦ las primarias socialistas han coincidido con las v¨ªsperas de las Fallas, lo cierto es que ambos acontecimientos anuncian primaveras tal vez algo distintas, pero igualmente risue?as. Es curioso observar c¨®mo aqu¨ª todo el mundo sonr¨ªe: los borrachos en los baretos nocturnos ante sus vasos de vino cuando creen que nadie los observa, los lun¨¢ticos abandonados por sus parejas, los cr¨ªos (con mayor raz¨®n) invitados por sus padres a recrearse con una pizza a deshoras, los traficantes al menudeo pegados al m¨®vil a la espera del cliente, y esos estudiantes que desde?an en los bares de fin de semana los arrebatos de ternura de esas compa?eras a las que no desean. Pero solo las falleras mayores y menores y sus comparsas ampl¨ªan su alegre m¨¢scara riendo abiertamente ante la c¨¢mara como si les hubiera tocado la loter¨ªa (que a lo mejor s¨ª) con una pose de reposter¨ªa que parece en todo copiada de los anuncios televisivos de las grandes marcas de dent¨ªfricos curalotodo, mientras que las y los modelos de pasarela desfilan alardeando de esa ausencia rob¨®tica que sugiere una posible agresi¨®n inmediata en caso de disgusto, y ning¨²n pol¨ªtico se atrever¨ªa a desfilar de esa manera entre distante y provocativa ante la atenta mirada de sus posibles clientes o compradores.
Los pol¨ªticos desfilan de otra manera, y hay que distinguir entre sus caretos cariacontecidos cuando deambulan entre pasillos de las Cortes y la alegr¨ªa injustificada cuando las c¨¢maras los toman en alguna celebraci¨®n de su partido o agrupaci¨®n donde nadie deja de mostrarse angelical: brazos ca¨ªdos hasta la cintura, barriga encogida, hombros alzados, cierto aire de atenta despreocupaci¨®n, sonrisa abierta que a nadie se dirige cuando pretende dirigirse a todos. Estos d¨ªas hemos visto a un Ximo Puig una y mil veces posando entre la sonrisa y la carcajada (y no sin razones de peso) al lado de un Toni Gaspar algo m¨¢s estirado (se ve que igual carece del h¨¢bito de fingir en p¨²blico, mala cosa para un pol¨ªtico con serias aspiraciones) que ofreci¨® desde el principio la imagen del perdedor, del que no vende sonrisas alentadoras as¨ª como as¨ª. As¨ª que como en su imagen p¨²blica se ofreci¨® como un invitado m¨¢s, acaso sin reparar en que era el contrincante amigo, ha quedado como ha quedado. Ni bien ni mal pero probablemente sin ganas de repetir una exposici¨®n semejante. Que Ximo Puig se alzara con la victoria era algo cantado, aunque tal vez no por tanta diferencia. Pero lo m¨¢s interesante de este acontecimiento hist¨®rico en nuestro socialismo, es que vot¨® el 83 % de los votantes previstos. Es lo m¨¢s alentador de estos comicios a la valenciana.
Por lo dem¨¢s, tanto pol¨ªticos como falleras, que sin duda no se pasan el d¨ªa entero sonriendo, se enfrentan a grandes pruebas de resistencia de las que no todo el mundo sale bien librado. Esperemos que por una vez las carpas festivas dejen paso a las ambulancias a fin de que no vayan a ciegas y que al vencedor de las primarias socialistas le acompa?e por muchos a?os su bonachona sonrisa.
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