El caso del cantautor callejero y feliz
El ambivalente Ram¨®n Mirabet estrena ¡®Happy days¡¯ El disco ha sido grabado despu¨¦s de tocar en la v¨ªa p¨²blica por toda Europa
Hay algo de ambivalente en la figura de Ram¨®n Mirabet, un tipo sonriente y vitalista de 29 a?os que no para de pensar en la muerte, un rubiales manifiestamente guaperas para el que la felicidad comienza por aceptarse tal y como uno es, un cul¨¦ de cuarta generaci¨®n que ama la senyera pero no se siente catalanista ni independentista. Tan delicioso resulta en sus paradojas que ejerce como cantautor optimista en una generaci¨®n de trovadores manifiestamente melanc¨®licos y debuta con un ¨¢lbum tan radiante como para titularlo Happy days (D¨ªas felices). ¡°Aunque yo lo traducir¨ªa casi como ¡®Esto es vida¡¯. Lo dec¨ªa mucho un amigo de Tasmania con el que compart¨ª casa frente al mar¡±, desvela este trotamundos reci¨¦n llegado a Atocha con lo puesto, una guitarra y una mochila, para estrenarse ma?ana domingo en El B¨²ho Real.
Estrenarse en sentido cl¨¢sico, aclaremos: en una sala equipada para la m¨²sica en vivo y con entradas a la venta. Porque Mirabet ha tocado varias veces en Madrid y por todo el continente europeo, pero siempre en lo ancho de la calle. Quiz¨¢ le hayan escuchado en la Plaza Mayor o por el Parque del Retiro. ¡°Mis primeros cinco euros madrile?os los gan¨¦ en una Feria del Libro y me los dio Mar¨ªa Teresa Campos, que estaba firmando en la caseta de al lado¡±, comenta con gesto divertido este muchacho de alma bohemia y alergia a la televisi¨®n que ??oh, paradojas!? comenz¨® a explotar su buena estrella frente a las c¨¢maras.
La historia arranca en Par¨ªs, cinco a?os atr¨¢s. Mirabet le ha cogido gusto a tocar en la calle (¡°Montmartre es la colina del buen rollo, su magia no la tiene ni la Plaza de Catalunya¡±) y una amiga insiste en inscribirlo en La Nouvelle Star, el equivalente franc¨¦s de Operaci¨®n Triunfo. La audiencia se queda prendada de esa voz c¨¢lida y tierna, de la melenilla rubieja y unos ojos con destellos del color de la miel. Se convierte en el favorito del p¨²blico una semana tras otra y las revistas televisivas lo retratan en sus portadas con la camisa desabrochada y una sonrisa resplandeciente. Ram¨®n finaliza el concurso en tercer puesto y con todo el despliegue medi¨¢tico a su disposici¨®n, pero rechaza todas las ofertas y decide regresar a su vida de siempre. La de la mochila al hombro y la funda de la guitarra abierta para recabar algunos euros.
¡°No me arrepiento de nada¡±, recapacita ahora. ¡°En lo personal me lo pas¨¦ muy bien y musicalmente fue todo tan frustrante que aprend¨ª lo que no quer¨ªa ser. Me encontraba desubicado e inc¨®modo, as¨ª que volv¨ª a lo m¨ªo: escribir canciones propias que me satisfagan y, a ser posible, no se olviden nada m¨¢s escucharlas¡¡±.
Esas son las composiciones que integran Happy days, un disco soleado, hermoso y en ingl¨¦s que suena a Jesse Harris, Amos Lee u otros grandes de la canci¨®n folk contempor¨¢nea. Que se grab¨® con 20.000 euros, un presupuesto casi opulento para estos tiempos, gracias al dinero que Ram¨®n fue recaudando moneda a moneda por toda Europa. Y que testimonia el fugaz resplandor de la juventud. ¡°Porque mis canciones no son nada deprimentes, pero no paro de pensar en la fugacidad, en que estamos abocados a la nada. Y quieren ser directas, pero¡ apenas tienen estribillos¡±. Contradicciones de la vida talentosa a los 29 a?os.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.