Lo que ense?an las crisis
Lo humano es hoy lo ¨²nico que puede plantar cara a los males de la recesi¨®n
?Tienen las crisis consecuencias positivas? Sabemos hoy de sufrimientos, desvar¨ªos, codicia, prepotencia, abusos de poder y falta de inteligencia desplegados en nuestros horizontes (Catalu?a, Espa?a, Europa). Conocemos de primera mano la estulticia, la trapacer¨ªa, la mentira y el festival de basura pol¨ªtica, econ¨®mica y democr¨¢tica que conforman esta etapa, la peor para varias generaciones. ?Es aleccionador este aprendizaje real de lo peor del ser humano? ?Ayudar¨¢ esta experiencia traum¨¢tica a impedir su perpetuaci¨®n?
El presente asombra, enfada y devasta nuestro ¨¢nimo. Solo los mal nacidos se alegran con la desgracia humana: lo que nos aporta la crisis a todos, a cada uno, es la experiencia del mal, la chapuza, la estupidez y la altaner¨ªa, la hipocres¨ªa y el error de la incultura mezclada con soberbia. Es un tiempo entregado a la intransigencia de la tecnolog¨ªa y el marketing, mientras la gente empobrece, pierde derechos y sus hijos emigran. La crisis ha sido cruel con los m¨¢s d¨¦biles y confiados. La pol¨ªtica les ha traicionado arranc¨¢ndoles el peque?o bienestar que tanto cost¨® construir y empuj¨¢ndoles a la zozobra. ¡°La vida es lucha¡±, les dicen mientras degradan la democracia con populismo y siembran tristeza y miedo.
?Vamos a superar lo que nos sucede si la experiencia del dolor y del error sirve para ense?arnos a apreciar su ausencia? ?Esta acumulaci¨®n de crisis despierta la solidaridad humana para combatir por el bienestar colectivo? Personalmente he percibido como la amistad, la inteligencia y el afecto crec¨ªan frente al resentimiento, el error o la intolerancia.
Vemos el valor de ciertos jueces que no desfallecen, de compa?eros periodistas que se la juegan desvelando las trampas que nos rodean, de m¨¦dicos y sanitarios cuya entrega suaviza la falta de medios, de gente que arrima el hombro y de ciudadanos que, impert¨¦rritos, cumplen con sus responsabilidades y mantienen vivo el pa¨ªs. Tras la crisis hay un mundo amistoso, afectuoso, un mundo con esp¨ªritu cr¨ªtico, que defiende la libertad de cr¨ªtica, la justicia, lo humano y la democracia: un mundo de gente con criterio frente a quienes repiten como loros un argumentario.
Personalmente he percibido como la amistad, la inteligencia y el afecto crec¨ªan frente al resentimiento, el error o la intolerancia
Bajo esta locura, quiz¨¢s lo humano gane en el d¨ªa a d¨ªa a todo lo dem¨¢s. Solo as¨ª avanza la historia. Lo sabemos. Las ¨¦lites t¨®xicas manipulan ideas, necesidades, sentimientos, s¨ªmbolos, legitimidades y unanimidades falsas, pero las mayor¨ªas mantienen la especie y la esencia de lo humano que es la colaboraci¨®n, nunca el enfrentamiento o el enga?o. La historia muestra que al final aflora la verdad, la realidad. S¨®lo esto tiene derecho a ser considerado ¡°la voz del pueblo¡±, una voz enriquecedoramente plural, nunca uniforme ni homog¨¦nea.
Solo ahora podemos comparar nuestro presente al horror que vivieron las generaciones que conocieron el nazismo y aprender de ello. El Holocausto fue ocultado, silenciado pero hoy se sabe su realidad. Chil Rajchman fue un polaco que, tras un a?o cautivo en el campo de Treblinka, escap¨®: su escalofriante diario (Treblinka, Seix Barral, 2014) vi¨® la luz en 2009, tras su muerte. El escritor holand¨¦s Harry Mulisch escribi¨® en 1961 Causa penal 40/61 (Ariel 2014); su reflexi¨®n sobre el juicio de Eichmann contextualiza los frutos del mal y su g¨¦nesis. Impacta lo que un l¨²cido Thomas Mann escribi¨® sobre El hermano Hitler en 1938 (Herder 2014): ¡° ¡hurga en las heridas del pueblo, conmovi¨¦ndolo con la proclamaci¨®n de su grandeza agraviada, anestesi¨¢ndolo con promesas y transformado sus dolencias an¨ªmicas en veh¨ªculo de esplendor, de ascenso a cumbres de ensue?o (¡) todo aquel que alguna vez le hubiera faltado se convierte en un hijo del infierno¡±. Ficciones, mentiras hist¨¦ricas, hechicer¨ªas narcotizantes, chantajes ¨¦ticos y est¨¦ticos. La historia ayuda a entender el hoy.
Vivimos un tiempo complejo y duro. El militarismo, la explotaci¨®n econ¨®mica y el d¨¦ficit democr¨¢tico siguen presentes en este continente. Vemos c¨®mo el Gobierno espa?ol trata a los ciudadanos con desprecio a su inteligencia, aniquilando derechos democr¨¢ticos y desplegando un manto de disimulo para encubrir el empobrecimiento colectivo y la rapi?a de un pu?ado de compinches. Lo cual sucede despu¨¦s de 30 a?os de esforzada construcci¨®n colectiva de la democracia, con una convivencia social satisfactoria.
En Catalu?a algunos quieren, con prisas, ¡°refundar (homogeneizar) el pa¨ªs¡±. As¨ª hablan las ponencias de la convenci¨®n de CDC, dando por hecho que la opci¨®n independentista engloba a los buenos catalanes y quienes se oponen son ¡°los que no aman suficientemente a Catalu?a¡±, como bien se?ala Manuel Cruz en su imprescindible ensayo Una comunidad ensimismada (Catarata 2014). El d¨¦ficit democr¨¢tico de Catalu?a se corona con la inacci¨®n pol¨ªtica ante la pobreza o con el fomento de la exclusi¨®n de los catalanes disidentes. Vivimos en una inc¨®moda olla a presi¨®n llena de rencor y miedo. Una tristeza sobrellevada con el ¨¢nimo de saber que la pluralidad y la verdad siempre aflora. Eso es lo que ense?an las crisis.
Margarita Rivi¨¨re es periodista.
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