Asignatura pendiente
Es ingente el trabajo pendiente para reordenar el espacio radioel¨¦ctrico, agusanado de concesiones administrativas privilegiadas
Los partidos de izquierda no suelen ocuparse del universo medi¨¢tico mientras est¨¢n en la oposici¨®n. Dan por hecho que, salvo con algunos medios de signo liberal, son sus v¨ªctimas y, en consecuencia, se aplican a la planificaci¨®n de temas m¨¢s apremiantes en su opini¨®n, como la sanidad, la ense?anza, el medio ambiente o el bienestar social, por citar algunos. Sin embargo, m¨¢s bien antes que despu¨¦s habr¨¢n de abordar ese cap¨ªtulo, sobre todo ahora que las expectativas electorales les son favorables. Ser¨ªa una imprevisi¨®n lamentable que un d¨ªa no lejano tuviesen que gobernar y careciesen de propuestas para resolver los problemas que arrastra este sector. Podr¨¢n alegar ¡ªy de hecho alegan¡ª que esta parcela se inscribe tradicionalmente en la ¨®rbita de la derecha y del capital y poca cosa se puede hacer para modificar la relaci¨®n de fuerzas.
Se equivocan. Cierto es que estas fuerzas que constituyen hoy la alternativa pol¨ªtica llevan muchos a?os en el ostracismo y algunas, incluso, nunca han tocado madre, esto es, nunca han gobernado. Lo cual no les exime de otorgarle a este asunto la importancia que tiene y aleccionarse con las experiencias de quienes administraron el poder y adoptaron decisiones ¡ªpor desgracia nefastas¡ª en el ¨¢mbito medi¨¢tico, cual es el caso del PSPV. Este partido, m¨¢s por inepcia que por mala fe ¡ªaunque ves a saber¡ª, no dio una en el clavo cuando en los a?os 80 alumbr¨® Canal 9 estableciendo desde el comienzo un r¨¦gimen de discriminaciones y mediatizaci¨®n informativa que dio p¨¢bulo a la degradaci¨®n posterior. Asimismo, y por esos a?os, tambi¨¦n contribuy¨® al rescate de la prensa franquista a costa de los diarios progresistas emergentes en Valencia. Un desastre.
Por fortuna, las circunstancias son otras. En el socialismo valenciano soplan nuevos aires, empezando por el perfil de su actual l¨ªder, Ximo Puig, periodista de profesi¨®n, que ejerci¨® en sus a?os mozos, sobradamente familiarizado con el oficio y sus grisuras en el marco auton¨®mico. A buen seguro que, si de ¨¦l dependiese alg¨²n d¨ªa, la pol¨ªtica informativa ser¨ªa muy distinta de la antes evocada porque tal es su talante y tambi¨¦n porque lo previsible es que, de cumplirse las expectativas, gobierne junto a otras fuerzas de izquierda ¡ªComprom¨ªs y EU¡ª que nunca amparar¨ªan una involuci¨®n medi¨¢tica como la padecida bajo el imperio del PP.
Contra la renuencia de los partidos a reflexionar sobre este asunto debemos recordar que hoy por hoy es ingente el trabajo pendiente para reordenar el espacio radioel¨¦ctrico de la Comunidad, agusanado de concesiones administrativas privilegiadas y chanchullos auspiciados por el Consell en beneficio de sus grupos e individuos clientelares. El Molt Honorable no se ha atrevido a meter mano a esa urdimbre televisiva heredada de su predecesor ¡ªmenuda calamidad¡ª que campa a su aire incumpliendo la ley y lesionando la Hacienda p¨²blica, decimos de la urdimbre, que no de Camps, aunque bien mirado no se sabe. Un problema sobre el que hay que estudiar soluciones para disciplinar a los beneficiarios ¡ªTV regionales, TDT locales¡ª y eliminar absurdos vetos, como el impuesto a la recepci¨®n de TV3.
Sobre la mesa de la alternativa queda, adem¨¢s, la recuperaci¨®n de la RTVV redimensionada para que cumpla sus objetivos fundacionales, que siguen vigentes. El zarandeado presidente Rodr¨ªguez Zapatero meti¨® mano en TVE y, mientras estuvo, demostr¨® que ese proyecto es posible, adem¨¢s de necesario.
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