Starmer rompe el aislamiento brit¨¢nico del Brexit y se re¨²ne con el Consejo Europeo
El l¨ªder laborista es el primer jefe de Gobierno brit¨¢nico que acude en el ¨²ltimo lustro a una reuni¨®n de l¨ªderes. Londres y Bruselas analizan apuntalar una mayor cooperaci¨®n en defensa
Keir Starmer interpretar¨¢ este lunes, a su pesar, el papel de hijo pr¨®digo de la Uni¨®n Europea. Por primera vez en cinco a?os, el tiempo pasado desde que el Brexit entr¨® en vigor, un primer ministro del Reino Unido acude como invitado a una reuni¨®n del Consejo Europeo. Ser¨¢ una cena informal, en el Palacio de Egmont de Bruselas (tambi¨¦n conocido como Palacio de Arenberg), donde el primer ministro conservador, Edward Heath, firm¨® en 1972 el tratado de adhesi¨®n de su pa¨ªs a la llamada entonces Comunidad Econ¨®mica Europea. Ese es el lugar elegido por el presidente del Consejo Europeo, Ant¨®nio Costa, para un ¡°retiro¡± de l¨ªderes in¨¦dito para debatir sobre la defensa europea en un momento clave para el Viejo Continente.
El dirigente laborista quiere centrar su visita a la capital comunitaria en asuntos de seguridad y defensa. Es, aunque el retorno de Donald Trump a la Casa Blanca lo marca todo, el ¨²nico punto en la agenda de los l¨ªderes de los 27 Estados miembros de la UE que, en su ¡°retiro¡±, tambi¨¦n recibir¨¢n al secretario general de la OTAN, Mark Rutte. La Uni¨®n cree que la colaboraci¨®n con el Reino Unido ¡ªotro de los aliados clave para el apoyo a Ucrania que tambi¨¦n es, adem¨¢s, miembro de la OTAN¡ª es esencial. Starmer persigue un refuerzo de la cooperaci¨®n militar entre Londres y Bruselas y planea pedir a los socios comunitarios una nueva ronda de sanciones contra Vlad¨ªmir Putin, para afianzar el respaldo a Ucrania, as¨ª como un aumento de las ayudas econ¨®micas y militares para Kiev. La UE prepara ya su paquete n¨²mero 16 de represalias contra el Kremlin y su ¨®rbita por la invasi¨®n a gran escala.
Pero el buen entendimiento en materia de defensa entre Londres y Bruselas no se discute. El mayor simbolismo de la presencia de Starmer en la reuni¨®n es pol¨ªtico y econ¨®mico. Las amenazas de una guerra comercial desatada por Donald Trump sit¨²an al Reino Unido en tierra de nadie. Y mientras el primer ministro brit¨¢nico hace equilibrismos para no despertar al le¨®n estadounidense, con quien desea mantener la sempiterna ¡°relaci¨®n especial¡± brit¨¢nico-estadounidense, tambi¨¦n es plenamente consciente de que su Gobierno necesita un mayor acercamiento a la UE, su principal socio comercial y su ¡°destino pol¨ªtico¡± (como recuerda estos d¨ªas el soci¨®logo y polit¨®logo John Curtice), para no enfrentar en soledad la era incierta que se abre.
El presidente Trump ha indicado que el Reino Unido podr¨ªa salvarse de la bater¨ªa de aranceles que su administraci¨®n pretende aplicar a los productos de la UE. ¡°El Reino Unido tambi¨¦n est¨¢ fuera de lugar [en su trato a las exportaciones estadounidenses], pero la que lo est¨¢ realmente es la Uni¨®n Europea. En el caso del Reino Unido, creo que el problema podr¨ªa solucionarse (...) El primer ministro Starmer es un tipo majo, hemos tenido un par de encuentros y nos llevamos bien. Veremos si podemos equilibrar nuestras respectivas balanzas de pagos¡±, ha a?adido Trump en la madrugada de este lunes en unas declaraciones en la base a¨¦rea de Andrews.
El dilema entre Washington y Bruselas
El Gobierno de Starmer es consciente de que las palabras de Trump tienen mucho de canto de sirena. Una mayor flexibilidad a la hora de permitir la entrada de productos estadounidenses al mercado brit¨¢nico, especialmente agr¨ªcolas y ganaderos, supondr¨ªa de inmediato una mayor desalineaci¨®n con las normas y est¨¢ndares de la UE.
El primer ministro brit¨¢nico prometi¨® al inicio de su mandato, el pasado julio, un ¡°reinicio¡± de las relaciones con la UE, despu¨¦s de a?os de agrias pol¨¦micas entre Londres y Bruselas a cuenta de las negociaciones del Brexit. Starmer anuncia el mes de abril como el inicio de una ambiciosa negociaci¨®n entre el Reino Unido y la UE para estrechar lazos en materia comercial y de defensa.
Pero, al mismo tiempo, el pol¨ªtico laborista teme la constante amenaza de la derecha populista brit¨¢nica, e incluso de despertar la ira de aquellos votantes laboristas que han vuelto al redil, pero votaron a favor del Brexit en su d¨ªa, y no quieren escuchar nada relativo a un nuevo acercamiento a la UE.
Downing Street ha rechazado hasta ahora los intentos de Bruselas de impulsar un nuevo Esquema de Movilidad Juvenil, que permitir¨ªa a los menores de 30 a?os a ambos lados del canal de la Mancha realizar intercambios laborales o acad¨¦micos con un tiempo limitado. La propuesta trae a la memoria de muchos la libertad de movimiento de personas de la que gozaba el Reino Unido cuando formaba parte de la UE, una de las razones que moviliz¨® el voto a favor del Brexit.
Y el Gobierno laborista no se harta de repetir que la salida de la UE es un hecho consumado, y que nunca habr¨¢ un regreso del Reino Unido al Mercado Interior o al espacio aduanero comunitario. Pero el Brexit es una herida que no ha terminado de cerrar, y que requiere de gestos pol¨ªticos para ser cauterizada. El diario The Times avanzaba este lunes que el presidente franc¨¦s, Emmanuel Macron, ser¨¢ muy claro con Starmer y le recordar¨¢ que aquella aventura fue un fracaso, como se ha podido comprobar cinco a?os despu¨¦s.
Si Starmer quiere recuperar la protecci¨®n y la colaboraci¨®n de la UE, deber¨¢ entender, como ocurri¨® durante las negociaciones del Brexit, que no puede elegir alternativas a su conveniencia. Bruselas reclamar¨¢ a Londres que ofrezca gestos de buena voluntad, como una mayor flexibilidad respecto a la movilidad juvenil o una mayor concesi¨®n de derechos de pesca en sus aguas a las flotas comunitarias.
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