El golpe que incendi¨® la Copa Davis
El belga Zizou Bergs arremeti¨®, en medio del festejo de un punto, contra el chileno Cristian Garin. Los jueces determinaron -en contra de los actuales reglamentos- que hab¨ªa sido casual, y sancionaron la visitante por negarse a seguir jugando. El mundo del tenis arde
Nicol¨¢s Mass¨², el doble campe¨®n ol¨ªmpico y actual entrenador del equipo chileno, golpe¨® la mesa en la conferencia de prensa, cuando ya todo estaba consumado: ¡°esto es incre¨ªble. Nosotros somos los perjudicados y, al mismo tiempo, los sancionados. ?Y si esto hubiera pasado en Chile? ?Habr¨ªan actuado igual?¡±.
Una hora antes, en la cancha de Hasselt, el pleito entre B¨¦lgica y Chile en el marco de la Copa Davis hab¨ªa terminado de manera pol¨¦mica e ins¨®lita. Como nunca en la historia previa de la competici¨®n, una agresi¨®n de un jugador a otro era sancionada¡ con la descalificaci¨®n del herido y la p¨¦rdida del duelo para los visitantes.
Los belgas se hab¨ªan puesto dos a uno con el triunfo en el doble y, en el cuarto partido de la serie, Zizou Bergs se midi¨® con Cristian Garin. Con el pleito empatado a un set por lado, Bergs quebr¨® en el decisivo und¨¦cimo punto, celebrando de manera euf¨®rica y a la carrera, embistiendo en el borde de la red al chileno con un golpe con el hombro que impact¨® en la sien y el ojo de Garin, quien cay¨® al suelo.
El reglamento del tenis, desde hace ya varios a?os, no considera la ¡°intencionalidad¡± en las agresiones. Djokovic fue sancionado por darle un pelotazo, sin intenci¨®n, a una jueza de l¨ªnea. El argentino David Nalbandian le propin¨® un puntapi¨¦ a una publicidad que termin¨® hiriendo a un juez, siendo suspendido. Ejemplos hay muchos, de acciones que, sin el af¨¢n de da?ar a funcionarios, jueces, p¨²blico o pasapelotas, han terminado en sanciones. Pocas veces antes una acci¨®n deliberada de un tenista culmin¨® en agresi¨®n a un rival, por lo que la decisi¨®n del pol¨¦mico juez portugu¨¦s Carlos Ramos no ten¨ªa muchos precedentes. Pero nadie imagin¨® que la acci¨®n de Bergs quedara sin sanci¨®n. Y que el peso de la determinaci¨®n cayera sobre el jugador agredido, que alegaba dolor y ceguera parcial para no continuar jugando.
Los belgas argumentaron que Gar¨ªn magnific¨® su reacci¨®n, alegando ante el ¨¢rbitro que jam¨¢s hab¨ªa ¡°perdido la conciencia¡±. Y que la determinaci¨®n del m¨¦dico neutral, tras un breve y desprolijo examen, determin¨® que pod¨ªa seguir jugando. Garin se neg¨®, fue sancionado con tres warnings , lo que significaba su derrota y un lapidario 3 a 1 para Chile.
La organizaci¨®n de la Copa Davis, en un pol¨¦mico mensaje en redes sociales, felicit¨® a Bergs por su tiro ganador en el punto de quiebre, y calific¨® de ¡°accidental¡± el golpe al chileno. Por su parte, la Federaci¨®n y el Comit¨¦ Ol¨ªmpico chileno emitieron declaraciones p¨²blicas alegando por el fallo de los jueces, que calificaron de localista, y anunciando reclamaciones internacionales.
Mientras tanto la imagen daba la vuelta al mundo, obligando a una definici¨®n de los especialistas, que, en la mayor parte de los casos, era calificada como una agresi¨®n, sobre todo considerando que Bergs siempre tiene a Garin en la mira, salta antes del golpe y la carrera en esa zona no corresponde a un accidente, sino a un festejo desaforado.
La Copa Davis ¡ªbien lo saben los chilenos¡ª siempre est¨¢ sujeta a las reacciones de las barras locales, que han convertido varias veces las confrontaciones en un infierno. Com¨²n es, adem¨¢s, que esa pasi¨®n baje a la cancha. Pero jam¨¢s se vio un choque como el de Hassel, que obligar¨¢, necesariamente, a un pronunciamiento de las autoridades para una acci¨®n que tendr¨¢ consecuencias.
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