¡°No volver¨¦ a ir de fiesta con coche¡±
V¨ªctimas de accidentes de tr¨¢fico con da?os cerebrales relatan c¨®mo se trunc¨® su vida a menores protagonistas de infracciones
Menor de edad que coge sin permiso el coche familiar y tiene un accidente en el que ¨¦l mismo u otros salen heridos de gravedad. Es una imagen tristemente familiar que en m¨¢s de una ocasi¨®n ha salido en los titulares de prensa. Para prevenir, concienciar y ense?ar las consecuencias de los propios actos la Asociaci¨®n de Dano Cerebral de Vigo (Alento) organiz¨®, en colaboraci¨®n con la asociaci¨®n de apoyo a la infancia y la juventud Arela, un encuentro entre afectados de par¨¢lisis cerebral por accidentes de tr¨¢fico con adolescentes que cogieron el coche sin carn¨¦ o han tenido otro tipo de encontronazo tempranero con la justicia. Unos para aprender y los otros para sentir que su desgracia sirva al menos de aviso. El mensaje hace mella. ¡°Es chungu¨ªsimo¡±, resopla Mar¨ªa, de 17 a?os, tras el encuentro.
Mar¨ªa viste ch¨¢ndal, coleta y maquillaje intenso y no se llama Mar¨ªa pero Julio Barreiro, director del Centro de Intervenci¨®n Educativa en Medio Abierto de Arela en Pontevedra, pide guardar la identidad real de la menor, que como la decena de participantes en esta edici¨®n del encuentro ¡ªya van cuatro¡ª viven con sus familias pero est¨¢n sometidos a medidas judiciales de control. La actividad consiste en un careo sin filtros entre los j¨®venes y los afectados, seguido a continuaci¨®n de actividades en com¨²n. ¡°Primero es el bofet¨®n y despu¨¦s algo m¨¢s l¨²dico¡±, explica Gonzalo Mira, director de Alento, que considera que la experiencia ¡°ha calado¡± entre los adolescentes. Nada m¨¢s sentarse les ponen un v¨ªdeo sobre por qu¨¦ no hay que conducir drogado en el que sale el pinchadiscos Abel Ramos y Jonathan, un afectado de par¨¢lisis cerebral que explica que solo puede bailar desde su silla. El efecto es casi inmediato, ¡°a los cinco segundos¡±, explica Mira y asiente Gracinda Pampill¨®n, madre de Jonathan y presidenta de Alento.
¡°Se trata de compartir, de que ellos lleven el protagonismo y cuenten sus historias¡±, explican los responsables de la iniciativa. Sentado junto a Mar¨ªa, Israel Fern¨¢ndez, de 38 a?os, recuerda que para ¨¦l, ¡°la vida se trunc¨®¡± en julio de 2006 cuando un ¡°animal¡± invadi¨® el carril contrario del corredor de O Morrazo y ¨¦l, al evadirlo, se fue de frente contra otro coche, cuyo conductor muri¨® en el acto. ?l se salv¨®, pero tras una temporada en coma despert¨® en un mundo en el que perder¨ªa la novia, los amigos y el trabajo, y que le obliga a mantenerse en forma para que su maltrecha columna no le d¨¦ m¨¢s problemas. ¡°Yo he visto inter¨¦s y atenci¨®n¡±, dice sobre el encuentro con los j¨®venes, en el que ha participado como voluntario.
Aunque no todos los presentes ¡ªen la reuni¨®n de ayer fueron una decena, nueve chicos y Mar¨ªa¡ª han tenido problemas legales por causa del tr¨¢fico, Barreiro explica que la intenci¨®n es ¡°prevenir¡±, y m¨¢s en grupos de riesgo como los j¨®venes que vienen de familias donde a veces hay historiales de violencia. La proporci¨®n de mujeres en este tipo de sucesos es claramente inferior a la de hombres, de uno a tres, pero empieza a aumentar. Barreiro explica que la especialidad gallega es el caso reiterado de menores que se suben al tractor familiar y se echan a la carretera hasta que llega la Guardia Civil y los caza sin el carn¨¦. La atenci¨®n a la par¨¢lisis cerebral ha mejorado en Galicia desde los tiempos en que el hijo de Gracinda sufri¨® el accidente. Ella dej¨® sus ocupaciones y se dedic¨® por entero a la atenci¨®n del asunto. ¡°Las cosas est¨¢n mejor que entonces¡±, cuenta sobre las ayudas p¨²blicas en ese sentido. ¡°Pero peor que hace cuatro a?os¡±, matiza Mira. La asociaci¨®n Arela organiza desde 2009, por su parte, charlas en colegios e institutos de toda Galicia sobre la responsabilidad penal de los menores que patrocina la Fundaci¨®n Barri¨¦. Tras la conversaci¨®n, los participantes en el encuentro juegan a la bocha, una variedad de petanca adaptada de categor¨ªa paral¨ªmpica y se entretienen en un taller de confecci¨®n de pulseras. La lecci¨®n queda aprendida, si se ha de creer a Mar¨ªa: ¡°Es demasiado. Gente que lo ten¨ªa todo¡ Ya mirarlos es jodido. Si voy de fiesta ni de broma se me ocurre coger el coche, ni aunque me lleve un amigo¡±.
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