El abogado que regate¨® a la Real
La sentencia que echa por tierra la remodelaci¨®n de Anoeta es el ¨²ltimo de la docena de caos que el letrado Xabier Olaverri ha ganado a San Sebasti¨¢n
Javier Olaverri (San Sebasti¨¢n, 1952) llega tarde a la entrevista. Desde el mercado de La Brecha, cuenta, hasta su despacho, a unos 900 metros, en el barrio donostiarra de Gros, le han parado por la calle cuatro personas para felicitarle por su ¨²ltima victoria, conseguir que el Tribunal Superior de Justicia del Pa¨ªs Vasco echara por tierra la remodelaci¨®n de Anoeta. Un abogado, a primera vista adusto, que en solitario, por estricta convicci¨®n moral y social y cual hereje, si se atiende a los comentarios que acompa?aron a la noticia en las redes sociales tuvo la osad¨ªa de denunciar ante los tribunales la modificaci¨®n ad hoc del plan urban¨ªstico de la ciudad para la remodelaci¨®n del campo donde juega la Real Sociedad. Olaverri, exparlamentario de Euskadiko Ezkerra, exconcejal de Urbanismo en San Sebasti¨¢n hasta mediados de los 90 es el dolor de cabeza oficial de quienes tras ¨¦l han ocupado su cargo en el Ayuntamiento guipuzcoano. La cuenta de resultados del abogado arroja un balance de una docena de casos ganados ¡ªAnoeta, la casa de El Franc¨¦s, Illunbe...¡ª, la consecuencia de quien juega en casa y enfrente, irremediablemente, siempre es el visitante, aunque, parad¨®jicamente, sea el propio Ayuntamiento.
¡°Es de izquierdas y progresista en el sentido profundo¡±
Un terreno de juego adem¨¢s, en el que por su trayectoria ha sido portero, defensa central y extremo izquierdo. El abogado responde recostado en una de las sillas de su despacho, con las piernas cruzadas, sus rasgos son afilados y de vez en cuando golpea la mesa de cristal como con impaciencia. ¡°Si bajo Franco ten¨ªa claras algunas cosas, por qu¨¦ voy a olvidarme de ellas cuando soy viejo, si algo est¨¢ mal, est¨¢ mal y punto¡±, resume el abogado, colaborador tambi¨¦n de este peri¨®dico, cuando se le pregunta el porqu¨¦ de su obsesi¨®n. Una obsesi¨®n, matiza, que le atribuye la prensa cuando le define como letrado especialista en Urbanismo cuando ¡°eso s¨®lo ocupa el 1% de mi vida¡±, precisa una persona que no necesita qui¨¦n le diga en que charco saltar, ¨¦l solo, siempre y cuando considere que la causa es justa, y con muchas dosis de idealismo se lanza a la batalla. ¡°En estos temas de acci¨®n p¨²blica suelo ser el abogado y el cliente, salvo alg¨²n caso, como el de Illunbe en el que hab¨ªa una parte afectada y me contrat¨®, el resto los he hecho por mi cuenta¡±. ¡°En el sentido m¨¢s profundo del t¨¦rmino, Olaverri es un hombre de izquierdas, progresista que cree en el inter¨¦s p¨²blico y en la defensa de los intereses de los desfavorecidos¡±, describe Jorge Letamend¨ªa, exconcejal de Urbanismo a lo largo de 16 a?os con Od¨®n Elorza, y uno de los que saben lo que es enfrentarse con el temible abogado.
No le importa ir a contracorriente, es pertinaz¡± dice un excompa?ero
Terrible en el plano profesional, porque en el personal Letamend¨ªa solo tiene palabras de elogio para resumir una relaci¨®n que comenz¨® en los a?os 80, cuando ambos terminaron siendo compa?eros en Euskadiko Ezkerra. ¡°El cari?o y el respeto personal ha estado siempre por encima de los desacuerdos, por otro lado, notables, que hayamos podido tener¡±, a?ade. Olaverri tiene una mente privilegiada, apuntan muchas de las fuentes consultadas, y redondea Letamend¨ªa, ¡°es un cerebro, es un abogado afilado y sabe encontrarle punta a muchas cosas que para otros pasar¨ªan desapercibidas¡±. Seguirle el hilo a este abogado por resignaci¨®n, ¡ª¡°yo ser, soy ingeniero¡±, se define Olaverri, que acab¨® estudiando Derecho por una cuesti¨®n meramente ¡°pr¨¢ctica¡±, fue su modo de volver a integrarse en la ¡°vida civil¡± tras abandonar la pol¨ªtica activa¡ª, resulta a ratos complicad¨ªsimo, a pesar de la velocidad con la que fluyen las palabras de su boca es como si estas fueran incapaces de acompasarse al ritmo por el que circulan las ideas en su cabeza. Para Ram¨®n Etxezarreta, tambi¨¦n exconcejal en el Ayuntamiento de San Sebasti¨¢n y compa?ero de Olaverri en Euskadiko Ezkerra, la mejor palabra que puede definir al abogado es ¡°pertinaz¡±.
En Euskadiko hab¨ªa tres v¨ªas, la oficial, la cr¨ªtica y la de Olaverri¡±
¡°A Javier no le importa ir contracorriente y cuando coge un tema, lo hace hasta las ¨²ltimas consecuencias, es obstinadamente pertinaz, algo, por cierto, que no s¨¦ si es una virtud o un defecto, pero lo que est¨¢ claro es que ese esp¨ªritu de rebeld¨ªa le honra¡±, a?ade para recordar que en ¡°Euskadiko Ezkerra estaba la l¨ªnea oficial, la cr¨ªtica y la de Javier Olaverri¡±. ¡°Siempre ha sido lo que ahora se denomina verso libre¡±, apostilla Letamend¨ªa. M¨¢s all¨¢ del urbanismo, de obras paralizadas y de quebraderos de cabeza para quienes ostentan la concejal¨ªa del ramo, la verdadera obsesi¨®n y preocupaci¨®n de Olaverri es el ¡°d¨¦ficit de democracia¡± que, seg¨²n ¨¦l, impera en este pa¨ªs, ¡°no se ha llegado al nivel de democracia razonable que se deber¨ªa haber alcanzado tras 30 a?os¡±, critica. ¡°Vengo del mercado de la Brecha y cuatro personas me han parado, todos para felicitarme, ¡®ya era hora de que alguien parara a estos t¨ªos¡¯, me han dicho. Luego est¨¢n los hooligans, que me criticaran y a los que no hay que hacer caso, y despu¨¦s, la gran masa. Esa que directamente no sabe ni que ha habido una sentencia. El pa¨ªs da para poco y por eso estamos donde estamos, lo que pasa es que no funciona nada, los que tienen la obligaci¨®n de defender, no defienden y as¨ª. ¡°Esto no es lo que deseaba para mi pa¨ªs, ni para mis hijos, ni para mis nietos¡±, se revuelve Olaverri, imbuido ahora de ese halo pesimista, excesivamente pesimista que algunos le achacan, pero que, ser¨ªa justo destacar, nunca le ha paralizado, siempre, o por lo menos lo ha intentando, ha luchado por disipar los nubarrones.
Este pa¨ªs no es el que deseaba ni para m¨ª ni para mis hijos ni mis nietos¡±
El abogado incansable, aquel que comenz¨® a ejercer cuando Euskadiko Ezkerra se termin¨® integrando en el PSE ¡ªporque de los suyos, seg¨²n asegura, s¨ª se pod¨ªa fiar, de otros, era m¨¢s complicado¡ª, cuenta que echa de menos la pol¨ªtica y se sonr¨ªe cuando recuerda sus a?os de parlamentario y ¡°la ¨²nica votaci¨®n que ganamos, aunque fuera por fallo del enemigo, cuando se intent¨® que las ikastolas fueran la verdadera red p¨²blica vasca de educaci¨®n¡±. ¡°La echo de menos, pero no esta¡±, asegura en referencia al estado actual de la pol¨ªtica y de algunos de sus representantes. ¡°Me he divertido much¨ªsimo y he trabajado muchas horas¡±. Le dio incluso nombre al ¡°efecto Olaverri¡± una distorsi¨®n que hace que una recaudaci¨®n tributaria mayor de un territorio ¡ªuna buena noticia¡ª pueda costarle mucho m¨¢s dinero fruto de la legislaci¨®n que regula las aportaciones. Mario Onaind¨ªa hizo unas memorias en las que dec¨ªa de mi que era un salsero, ¡®el inevitable Olaverri aparec¨ªa por all¨ª con un tema, con otro, trabajaba mucho¡¯. Cuando te gusta algo no es trabajo y adem¨¢s trabajar para la cosa p¨²blica, tratando cosas que tienen que ver con un pa¨ªs o un futuro, eso es precioso", zanja. Olaverri no parece muy dispuesto, sin embargo, a recordar sus primeros a?os en pol¨ªtica, resume muy escuetamente que se exili¨® y volvi¨®, a lo que a?ade un breve recuerdo de su primera detenci¨®n, con 16 a?os mientras participaba en una manifestaci¨®n, pero termina ri¨¦ndose de nuevo. Abogado mitad jubilado, dice, irrumpe su mujer al final de la entrevista en su despacho y enciende el ordenador. Le quiere ense?ar una cosa, un fotomontaje que circula por Internet en el que se le ve como Osama Bin Laden tras haber conseguido, como el futbolista que levanta la cabeza y ve al portero adelantado y dispara desde el medio del campo encajando el bal¨®n en la red, marcarle un gol a la Real Sociedad y al Ayuntamiento.
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