Sin cobrar el paro por atasco judicial
Una mujer cuyo despido fue declarado nulo por el Tribunal Supremo espera el subsidio Desde hace cuatro a?os se mantiene en el limbo la ejecuci¨®n de su sentencia
"Ayer vend¨ª una docena de huevos, pero si los vendo no los comemos nosotros. Ya solo me quedan tres gallinas, porque otras dos se me murieron de hambre. En tiempos llegu¨¦ a tener cuatro cerdos y 20 o 30 pollos. Pero ahora ni la huerta me da de comer. Este a?o llovi¨® tanto que se me inund¨® varias veces, y si quieres que te hagan una obra para remediarlo tienes que pagar. Los ni?os, al mediod¨ªa, comen en el cole, y el viernes se van a casa del padre y ya comen all¨ª. Menos mal. Porque el dilema m¨ªo es: o comes o pagas la hipoteca. Este mes, adem¨¢s, tengo que pagar la contribuci¨®n municipal. Me dicen que hay que estar al d¨ªa para optar a un abogado de oficio. As¨ª que yo voy pidiendo prestado para la casa, pero debo tres meses. Si el d¨ªa 1 no pago, el Popular me mandar¨¢ otra vez la notificaci¨®n para el embargo¡±.
Mar¨ªa Jos¨¦ Garza trabaj¨® como limpiadora, cotiz¨® con ello unos ocho a?os y tiene derecho a un paro que no cobra y que espera desde 2009. Explica que la empresa que la despidi¨®, la monfortina JC Farmayor (del mismo conglomerado que Celtifarma, un almac¨¦n farmac¨¦utico que cay¨® bajo la lupa de los inspectores de Sanidade, fue investigado por la Guardia Civil por supuesto tr¨¢fico de opi¨¢ceos y tiene abierta una causa en los juzgados de Monforte por presunto fraude fiscal), nunca la dio de baja. Y por esto, y porque la justicia mantuvo en un limbo ¡ªseg¨²n un portavoz de los tribunales, a causa de un sinf¨ªn de escollos¡ª la ejecuci¨®n de la sentencia que declar¨® nulo su despido, vive en la pobreza extrema.
Fue la sala de lo Social del Tribunal Superior de Xustiza la que en diciembre de 2010 dict¨® la nulidad de su despido, un fallo que despu¨¦s ratific¨® el Supremo al no admitir siquiera el recurso de casaci¨®n de la empresa. ¡°El juzgado de lo Social n¨²mero 2 de Lugo ten¨ªa que hacer efectiva la ejecuci¨®n de la sentencia, pero hasta ahora no lo hizo¡±, explica de manera resumida Mar¨ªa Jos¨¦. Un c¨²mulo de circunstancias, seg¨²n el portavoz de los juzgados, entorpecieron este desenlace. Entre las muchas que cita, est¨¢ ¡°la imposibilidad de encontrar bienes embargables¡± a la empresa, que ¡°sin embargo sigue dada de alta¡±. ¡°Este no es un problema aislado¡±, contin¨²a el portavoz: desde que arrecia la crisis, los juzgados de lo Social se encuentran atascados por situaciones parecidas, sobre todo en la provincia de Pontevedra. A expensas de esto y angustiados porque pasa el tiempo, los extrabajadores esperan cobrar mientras alg¨²n magistrado ordena ¡°rastrear los movimientos bancarios y el patrimonio¡± de empresas que a estas alturas ya ¡°no tienen nada a su nombre¡±. Llegados a este punto, cuando con unos medios que los propios jueces califican de precarios fracasa el intento de ¡°trabar las cuentas¡± y realizar embargos para saldar las deudas con los empleados, se opta, al fin, por declarar insolventes a las sociedades. El caso de Mar¨ªa Jos¨¦ es l¨ªmite. Cuatro a?os despu¨¦s de la sentencia del Superior, esta parada monfortina que ha quedado al margen del mercado laboral, (atrapada sin encontrarle explicaci¨®n en alg¨²n engranaje del aparato judicial) decidi¨® hacer p¨²blico su caso. Pidi¨® ayuda a trav¨¦s de los medios. Alguien en los juzgados, seg¨²n cuenta, le hab¨ªa informado ¨²ltimamente de que la empresa para la que trabajaba ¡°nunca iba a ser declarada insolvente¡±.
Empresa subvencionada
Mar¨ªa Jos¨¦ cuenta que el despido fue repentino: ¡°Llegu¨¦ como todos los d¨ªas, en moto, a las siete de la ma?ana. Y ya no me abrieron. El burofax me lo mandaron luego, a las 11.30¡±. El grupo pol¨ªtico Independientes de Lemos denuncia que tanto JC Farmayor, SL, como ¡°otras cinco firmas relacionadas¡± figuraban en una lista que public¨® el DOG (9 de mayo de 2011) como beneficiarias de otras tantas ayudas de Traballo e Benestar para la ¡°implantaci¨®n de planes de igualdad¡± en las empresas.
Las subvenciones iban de los 7.200 a los 8.400 euros. ¡°?Es tan injusto lo que me toca vivir. Un d¨ªa de estos me cortan la luz!¡±, exclamaba antes de Semana Santa esta madre sin amparo. ¡°Y mientras tengo que ver a mis antiguos jefes, gente influyente, con negocios dentro y fuera de Monforte, paseando con su ropa de lujo. ?Se r¨ªen de m¨ª!¡±. En casa de Mar¨ªa Jos¨¦, los peque?os ya se han acostumbrado a heredar las prendas. Solo en Navidad, cuando los Reyes Magos pasan por seg¨²n qu¨¦ casas, el hermano que viene del Pa¨ªs Vasco ¡°se lleva a los mellizos a Primark, y les compra ropa interior y alguna camiseta¡±.
Sin embargo, una semana despu¨¦s de telefonear este peri¨®dico a los tribunales, el pasado d¨ªa 9, interes¨¢ndose por su caso, Mar¨ªa Jos¨¦ ha recibido la buena nueva: desde el mismo juzgado de lo Social, cuenta ahora, le comunicaron este lunes la declaraci¨®n de insolvencia. ¡°En medio mes¡±, esta trabajadora podr¨¢ ¡°solicitar el paro [le corresponden dos a?os] y recurrir al Fogasa¡±, del que calcula que deber¨ªa recibir 40.000 euros por ¡°la indemnizaci¨®n y los sueldos¡± que ha dejado de cobrar, aunque probablemente ser¨¢ bastante menos lo que al final ingrese. ¡°A los ni?os les daba verg¨¹enza que saliese en la prensa, pero es que ya no pod¨ªa m¨¢s¡±, reconoce. La soluci¨®n llega, pero demasiado tarde, y por el camino Mar¨ªa Jos¨¦ y su familia han perdido muchas cosas. Al no poder acceder al paro, pidi¨® una ayuda familiar de 426 euros, y cuando esta se agot¨® se acogi¨® al Fondo de Integraci¨®n Social, que tambi¨¦n se acab¨®. Desde el 3 de diciembre del a?o pasado asegura que no percibi¨® ya ning¨²n tipo de subsidio.
Si no fuese porque de momento tiene techo y va pidiendo prestado aqu¨ª y all¨¢, esta mujer y los hijos que viven con ella no habr¨ªan tenido, en los ¨²ltimos meses, m¨¢s que siete euros para ¡°comida y recibos¡±. El padre de las criaturas les pasa ¡°una pensi¨®n alimenticia de 187 euros¡±, pero 180 se van en la cuota de una hipoteca que ella firm¨® cuando era mileurista con 12 pagas anuales. Al comprar la casa, esta empleada de limpieza ten¨ªa un matrimonio y un trabajo. Ahora ya lleva dos divorcios. El del padre de sus cuatro hijos y el del hombre que m¨¢s tarde lleg¨® a su vida: ¡°La convivencia¡±, tras el despido y la agon¨ªa judicial que se ha prolongado desde su denuncia, en 2009, ¡°se complic¨® bastante¡±. ¡°Reconozco que vivir conmigo, ahora, es dificilillo. Me despierto a las cuatro de la ma?ana y ya no puedo dormir¡±, dice Mar¨ªa Jos¨¦. ¡°Creo que fue m¨ªa la culpa de la separaci¨®n. ?l viene por aqu¨ª, e intenta ayudarme en lo que puede, a pesar de que los ni?os no son suyos. Su madre, mi exsuegra, tambi¨¦n me echa una mano: un d¨ªa me regal¨® medio cerdo, y de ah¨ª comemos ahora¡±.
Mar¨ªa Jos¨¦ tiene cuatro hijos. ¡°El mayor es Guardia Civil en Euskadi, tuvo que pedir un cr¨¦dito, y ahora va a vender el coche para ayudarme¡±, contaba hace tan solo unos d¨ªas, antes de recibir la ¨²ltima buena noticia de los juzgados. ¡°Los otros tres son una chica de 21 a?os y dos mellizos, ni?o y ni?a, de 17. Este a?o, la verdad es que doy gracias a Dios de que los peque?os repitiesen curso... As¨ª no hubo que comprar libros nuevos¡±. ¡°La de 21 tambi¨¦n pasa lo suyo: tiene fibromialgia, y no le puedo comprar las cosas que necesita¡±, sigue ahondando Mar¨ªa Jos¨¦ en las desgracias que le quitan el sue?o cada madrugada. Ahora esta hija vive m¨¢s con su padre que con ella por mera supervivencia. Con siete euros disponibles al mes, dar desayunos y cenas a dos bocas cada d¨ªa es un infierno.
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