Doble crimen y chapuza policial
Investigadores enviados desde Madrid se hacen cargo, 20 a?os despu¨¦s, del caso de dos empleados de un almac¨¦n asesinados a tiros en Lugo
¡°No se pudo hacer peor. Si se falla en la inspecci¨®n ocular y en la toma de huellas en las primeras actuaciones, toda la investigaci¨®n se ve viciada¡±. As¨ª resume un alto mando policial lo ocurrido con la instrucci¨®n del doble crimen del Cash Record, un almac¨¦n mayorista de suministro a supermercados, en el pol¨ªgono industrial de O Ceao, a las afueras de Lugo, en el que fueron abatidos a tiros el reponedor Esteban Carballedo, de 26 a?os, y la cajera Elena L¨®pez, de 32. Esta semana se han cumplido 20 a?os de un doble crimen que conmocion¨® a Lugo y que sigue sin resolverse despu¨¦s de que la causa haya sufrido ¡°lagunas, sobreseimientos y reaperturas¡±, como describe el abogado de las familias de las dos v¨ªctimas, Gerardo Pardo de Vera. En estas dos d¨¦cadas, los familiares de los dos asesinados no han dejado de movilizarse y presionar para que el caso no se cerrase. Y el Juzgado de Primera Instancia n¨²mero 1 de Lugo acaba de dictar el secreto parcial de las actuaciones. ¡°Se supone que los investigadores, en este caso el grupo espec¨ªfico de la UDEF de Madrid que se hizo hace poco cargo de la investigaci¨®n, pidieron al juez que decretase el secreto, lo que nos hace albergar alguna esperanza¡±, explica Pardo de Vera.
?Esteban Carballedo y Elena L¨®pez fueron hallados muertos en la nave del pol¨ªgono de O Ceao el s¨¢bado 30 de abril de 1994. El reponedor presentaba dos heridas de bala en la cabeza. A la cajera le descerrajaron un tiro mortal en la cara. ¡°Un mes antes, un d¨ªa comiendo en casa, a ra¨ªz de una noticia en la televisi¨®n sobre un atraco, Esteban me dijo: ¡®A nosotros nos van fastidiar un d¨ªa porque all¨ª hay una caja que est¨¢ llena de fajos de billetes y eso se ve desde fuera¡±, recuerda Jos¨¦ Carballedo, uno de los cuatro hermanos del reponedor. ¡°Yo le contest¨¦: ¡®Si un d¨ªa pasa eso, t¨² no te metas en nada¡¯. Pero por desgracia ocurri¨®¡±. Por el camino se ha quedado la madre de Esteban, que mor¨ªa con 74 a?os hace seis. ¡°Lo de mi hermano la ayud¨® a morir. Ese d¨ªa muri¨® Esteban y morimos todos un poco¡±, agrega emocionado el hermano.
Las investigaciones establecieron el momento del crimen despu¨¦s de las ocho menos diez de la tarde de aquel 30 de abril. A esa hora se rastre¨® una llamada de Elena L¨®pez a sus suegros en Santiago para interesarse por la salud de uno de ellos. ¡°Normalmente, los fines de semana siempre iba yo a recogerlos¡±, evoca Isabel L¨®pez, la hermana coraje de Elena. ¡°Ellos cerraban sobre las siete y media. Fui sobre las ocho con mis dos sobrinos, los hijos de Elena, y ya no me abri¨® nadie¡±, agrega Isabel, quien con su tenacidad logr¨® reabrir el caso en 2011, luego de protagonizar una huelga de hambre, cuando la instrucci¨®n languidec¨ªa en el ¡°sue?o de los justos¡±.
Al encontrar el Cash Record cerrado, Isabel llev¨® a sus sobrinos a casa, esper¨® una hora y decidi¨® avisar a su padre y a su marido. No se hab¨ªa atrevido a entrar sola por miedo a que hubiese alguien dentro del almac¨¦n. Cuando llegaron los dos hombres, entraron en la nave, donde a¨²n sonaba el hilo musical y las luces estaban encendidas, hasta que dieron con los cuerpos de las dos v¨ªctimas. ¡°Casi no nos pod¨ªamos ni mover, solo mi marido, que fue el que avis¨® a la polic¨ªa¡±, cuenta la hermana.
Y a partir de ah¨ª, la ¡°chapuza¡± de una investigaci¨®n que compartieron las polic¨ªas nacional y municipal. ¡°Si no coges bien el hilo, es muy f¨¢cil luego fallar¡±, insiste el citado alto mando policial, que prefiere mantenerse en el anonimato y que no tiene reparo en reconocer: ¡°No puede ser que se empleen 20 a?os para un caso que se podr¨ªa haber ventilado antes y que causa cierta alarma social¡±. Tuvieron que pasar esas dos d¨¦cadas para que la UDEF de Madrid se hiciera cargo de la investigaci¨®n y diera con el rastro de un empresario de hosteler¨ªa en la c¨¦ntrica R¨²a Nova de Lugo, cliente del Cash Record, que fue imputado dos a?os despu¨¦s del crimen. Un a?o antes se hab¨ªa trasladado a Burgos, donde mont¨® otro negocio. Su familia sigue viviendo en la ciudad de la muralla.
Los familiares contin¨²an se?alando a ese empresario. ¡°El m¨®vil fue econ¨®mico. Era un cliente habitual, sab¨ªa lo que all¨ª se mov¨ªa. El negocio de hosteler¨ªa era una tapadera¡±, sostiene Jos¨¦ Carballedo, que regenta un restaurante en la ciudad, abierto tres meses antes del doble crimen. En aquel entonces se habl¨® de un bot¨ªn de cinco millones de las antiguas pesetas, unos 30.000 euros. Carballedo va m¨¢s all¨¢ incluso respecto al principal sospechoso: ¡°Sabemos que en su local se trapicheaba con droga. Se encontraron droga y armas en los primeros d¨ªas la investigaci¨®n. La polic¨ªa municipal fue la que hizo el registro de su negocio¡±. Isabel L¨®pez arremete contra el trabajo policial: ¡°Yo sigo diciendo que est¨¢n encubriendo al principal imputado, porque no encuentro otra explicaci¨®n. ?l, en su declaraci¨®n en 1996, admiti¨® que conoc¨ªa a los dos de ir por el almac¨¦n, pero asegur¨® que no ten¨ªa nada que ver con el crimen¡±.
La entrada en escena de los investigadores de la UDEF ha levantado un poco los ¨¢nimos de las familias, que nunca han dejado de exigir justicia. ¡°Parece que hay alguna esperanza. Tenemos claro que se ha avanzado un poco en los ¨²ltimos tres meses¡±, reconoce Jos¨¦ Carballedo, quien describe as¨ª a su hermano Esteban: ¡°Un chaval lleno de vitalidad, un trabajador. Era alegre. Y un buenazo¡±.
Elena L¨®pez dej¨® dos hijos, que en aquel entonces ten¨ªan seis y cuatro a?os. ¡°Se me vienen muchos recuerdos y muy encontrados¡±, suspira su hermana Isabel, quien no va a desfallecer hasta dar con el asesino, una meta que se ha impuesto desde ese d¨ªa en que iba a recoger a su hermana como todos los fines de semana. En aquel almac¨¦n Isabel L¨®pez se encontr¨® con la imagen aterradora del crimen. ¡°Y eso no lo olvidar¨¦ jam¨¢s¡±.
Peligro de que el delito prescriba
Las dos d¨¦cadas transcurridas desde los hechos pueden abocar el caso a la prescripci¨®n, pero las dos familias de las v¨ªctimas se aferran a un resquicio legal que tiene que ver con la imputaci¨®n que se formul¨® dos a?os despu¨¦s del crimen contra el principal sospechoso. ¡°El delito prescribe a los 20 a?os de acuerdo con el C¨®digo Penal antiguo, vigente entonces. Pero el plazo de prescripci¨®n se interrumpe, seg¨²n la ley, cuando el procedimiento se dirige contra un culpable, y eso ocurre al producirse una imputaci¨®n. En este caso no existe duda de que hay una persona que fue llamada a declarar como imputada en 1996¡±, puntualiza el abogado Gerardo Pardo de Vera, representante de las familias.
Pardo de Vera entiende, por tanto, que con respecto a ese sospechoso el plazo de prescripci¨®n est¨¢ ya interrumpido: ¡°Con posterioridad se realizaron diligencias que impl¨ªcitamente suponen la atribuci¨®n provisional de responsabilidades. Yo entiendo que adem¨¢s hay otras diligencias que tambi¨¦n interrumpen ese plazo. Con lo cual, como m¨ªnimo, para esta persona el delito prescribir¨ªa en 2016¡±. Claro que el asunto se complicar¨ªa si las sospechas se dirigiesen contra una persona que hasta ahora no haya aparecido en la causa: ¡°En ese caso estar¨ªa prescrito. Pero s¨ª se trata de otras personas que s¨ª est¨¢n en la causa y respecto a las cuales tambi¨¦n se practicaron diligencias, como, por ejemplo, autorizaci¨®n de intervenciones telef¨®nicas, entiendo que eso es un acto de imputaci¨®n impl¨ªcito que podr¨ªa interrumpir el plazo de prescripci¨®n¡±.
Las familias han recordado el 20? aniversario del doble crimen con uno m¨¢s de los actos reivindicativos que han protagonizado en estos a?os. El pasado mi¨¦rcoles se concentraron ante los juzgados de Lugo y colgaron globos blancos y negros en las diez puertas de la muralla romana. El Ayuntamiento orden¨® retirarlos al poco tiempo.
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