Patriotismo policial
El patriotismo gana adeptos cada d¨ªa. Ese cultivo no tiene solo variantes catalanas o vascas. Tambi¨¦n en el centro de Espa?a, en la ¨¢spera meseta y gracias al abono que generosamente proporciona el Gobierno de Mariano Rajoy, florece esa especie. El Ministerio de Interior ha anunciado hace unos d¨ªas que quiere una polic¨ªa m¨¢s nacional y patri¨®tica, t¨¦rminos que resulta dif¨ªcil de imaginar la reacci¨®n que suscitar¨ªan si los manejara con semejante desparpajo el Departamento de Interior de la Generalitat.
El ministerio tiene ¨²ltimamente cierta pr¨¢ctica, sin mediar taumaturgia ni pesta?eo, en convertir lo cotidiano en sobrenatural. El pasado 3 de febrero otorg¨® a la Virgen Mar¨ªa la Medalla de Oro al M¨¦rito Policial, concedida hasta entonces a los agentes muertos en acto de servicio, Ahora acomete ahora una nueva empresa: redactar de R¨¦gimen de personal de la Polic¨ªa Nacional. Y con la Virgen ya condecorada ha decidido crear un aut¨¦ntico saco de medallas que va a cubrir con creces a ap¨®stoles y amigos, pues de las cuatro condecoraciones actuales se pasar¨¢ a 22. A modo indicativo, de las 70 p¨¢ginas del anteproyecto, 10 est¨¢n destinadas a las distinciones. Y para obtenerlas, santoral aparte, ser¨¢ capital contar con una nueva virtud cardinal infusa: el patriotismo. Seis de ellas (las cruces de oro, plata y bronce al m¨¦rito policial) supondr¨¢n aumentos retributivos vitalicios de hasta el 20%.
La mayor parte de los sindicatos policiales, poco doctos en teolog¨ªa, han enrojecido de ira. Pues el patriotismo, como la Sant¨ªsima Trinidad, no deja de ser un misterio y, como tal, escasamente cognoscible para la mente humana. Cuando el Ministerio del Interior sit¨²a sus baremos en el terreno del esp¨ªritu, resulta dif¨ªcil saber c¨®mo un funcionario se va a hacer acreedor del m¨¦rito. Siguiendo el ejemplo del papado, la c¨²pula del Ministerio del Interior dictar¨¢ discrecionalmente si el candidato puede alcanzar la virtud m¨¢xima del patriotismo sin necesidad de superar el list¨®n objetivo de los dos milagros prescritos.
El Ministerio de Interior coloca el patriotismo como m¨¦rito fundamental para acceder a medallas policiales
M¨¢s all¨¢ de la virtud, el anteproyecto cambia el nombre al cuerpo ¡ªen adelante se llamar¨¢ Polic¨ªa Nacional, a secas¡ª lo que implica modificaci¨®n de placas, uniformes, documentos y aleja de la investigaci¨®n a aquellos polic¨ªas m¨¢s experimentados, a los que se reserva para cargos burocr¨¢ticos.
Pero veamos, ?qu¨¦ es el patriotismo cuando se habla de polic¨ªa? ?No ser¨ªa m¨¢s propio hablar de servicio? ?Por qu¨¦ se exige ¡°patriotismo¡± a las fuerzas de orden p¨²blico y no en cambio a quienes acceden a la carrera docente o a los inspectores de Hacienda o a los funcionarios del servicio meteorol¨®gico? ?No ser¨¢ que algunos propugnan la vuelta a viejos clich¨¦s para trazar el futuro del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa?
La sociedad democr¨¢tica ha convenido en dejar el monopolio de la violencia en manos del Estado. Por tanto, la actuaci¨®n de quienes la protegen debe ser regulada lo m¨¢s objetivamente posible, huyendo de variables metaf¨ªsicas. Con demasiada frecuencia, se observan actitudes que desde el poder tienden a proteger conductas irregulares de miembros de los cuerpos policiales. Aseguran que un responsable de Interior nunca debe indisponerse con sus agentes, razonamiento que obvia que, en una sociedad democr¨¢tica, un ministro o un consejero de ¨¦se ¨¢rea, como de cualquier otra, se debe por encima de todo a los ciudadanos.
La polic¨ªa debe ser fiscalizada democr¨¢ticamente. Y eso incluye luz y taqu¨ªgrafos: c¨¢maras en comisar¨ªas, como recomienda el Consejo de Europa y en Espa?a solo practican la Ertzaintza y los Mossos d'Esquadra; revisi¨®n del protocolo de reducci¨®n de detenidos, cuando se traduce con demasiada frecuencia en v¨ªctimas mortales; y transparencia y criterios objetivos en los ascensos de categor¨ªa, como en cualquier cuerpo de funcionarios.
Con demasiada frecuencia, se observan actitudes que desde el poder tienden a proteger conductas irregulares de miembros de los cuerpos policiales
La petici¨®n de perd¨®n a los perjudicados por las actuaciones policiales, como el mea culpa entonado el pasado lunes por Josep Llu¨ªs Trapero, comisario jefe de los Mossos d'Esquadra, marca el camino que debe guiar a las fuerzas del orden en un pa¨ªs democr¨¢tico. Adem¨¢s del arrepentimiento, sin embargo, debe haber asunci¨®n de responsabilidades y prop¨®sito de enmienda para no repetir la ¡°actuaci¨®n desproporcionada¡±, como la que, seg¨²n la Audiencia de Barcelona, acab¨® con la vida del empresario Juan Andr¨¦s Ben¨ªtez en El Raval, tras ser reducido por los mossos. Igualmente debe aclararse y sancionarse ejemplarmente a quienes ocultan la verdad, mienten a la sociedad y dejan en rid¨ªculo al anterior consejero Felip Puig, quien asegur¨® como titular de Interior que no se hab¨ªan disparado pelotas de goma donde Ester Quintana perdi¨® el ojo durante la jornada de huelga del 14-N. Hasta cinco distintas versiones policiales se han dado sobre este suceso en lo que el forense ha visto desde el primer momento una herida ¡°compatible¡± con una pelota de goma. La munici¨®n fue retirada de circulaci¨®n el pasado mi¨¦rcoles despu¨¦s de sumar una decena de v¨ªctimas.
Los cuerpos policiales se deben a la sociedad. Por eso carece de sentido hablar de patriotismo donde simple y llanamente deben aparecer los t¨¦rminos servicio y control democr¨¢tico.
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