Mucho ruido y poco r¨¦dito

El recurso al anticatalanismo, que el PP valenciano ha utilizado durante lustros como cortina de humo y para erosionar a la oposici¨®n, est¨¢ gastado. Ni la soflama del portavoz popular, Jorge Bellver, levant¨® pasiones entre los suyos, ni el ruido generado en el hemiciclo dio la impresi¨®n de que se pueda traducir en alg¨²n r¨¦dito pol¨ªtico.

Es m¨¢s, las caras y los comentarios de pasillo de los diputados populares fueron de resignaci¨®n. No solo por plantear un debate extempor¨¢neo, sino porque en ning¨²n momento estuvo el PP en disposici¨®n de ganarlo.

La intervenci¨®n de Bellver se convirti¨® en un bumer¨¢n. Sobre todo, cuando los diputados de la oposici¨®n le afearon al PP que se dedique a plantear cuestiones como el anticatalanismo mientras orilla dramas como el de los 700.000 parados valencianos. ¡°Si el PP es la fuerza pol¨ªtica que m¨¢s habla de los pa¨ªses catalanes¡±, le record¨® el diputado Ignacio Blanco de EU.

Y es que los sonoros fiascos cosechados en este asunto por los populares en los ¨²ltimos debates ¡ªla iniciativa sobre el origen ¨ªbero del valenciano presentada en las Cortes Valencianas o la propuesta remitida al Congreso de los Diputados para prohibir que se pite el himno de Espa?a en los campos de f¨²tbol, que finalmente fueron retiradas¡ª no han servido para que el partido de Alberto Fabra cambie de registro.

La izquierda, sobre todo Comprom¨ªs, ha asumido con naturalidad la pluralidad de s¨ªmbolos y posiciones que pueden representar la valencianidad sin cuestionar el orden estatutario. Y mientras, el PP insiste en mantener un planteamiento excluyente que solo reconoce como valencianos a quienes se identifican con las posiciones del partido. El problema es que el discurso identitario del PP ya no despierta pasiones. Ni siquiera en el Consell.