Mirando hacia ninguna parte
Pese al talento de sus int¨¦rpretes, el acierto de 'Ojos' es parcial y bordea una cierta decepci¨®n
Puede intentarse una descripci¨®n de lo que ocurre sobre el magro escenario de la sala Bulul¨². Entra el bailar¨ªn y abre una maleta: dentro est¨¢ la bailarina. Hay una enumeraci¨®n de ciudades, aeropuertos, l¨ªneas a¨¦reas. Los dos actuantes exhiben su recorrido e intentan comunicar una situaci¨®n a todas luces autobiogr¨¢fica: ¨¦l es mexicano, ella, rusa. Con bastante buen juicio, en esta presentaci¨®n y en su programa de mano han eludido la palabra coreograf¨ªa (quiz¨¢ sus mentores les han inculcado esa idea, tan en boga como err¨¢tica, de que no hace falta adscribirse o estrecharse a tal baremo denominativo), porque no ya en el fondo, sino en la forma, no hay quien la sostenga. Ocurren frases, gestos, ideas, pero la concreci¨®n de todo ello en una lectura fijada y susceptible del an¨¢lisis est¨¦tico, brilla por su ausencia. Anastasia trata de ser expresiva y? saca memoria de su formaci¨®n; Edoardo hace demostraciones de su elasticidad e impulso motor.
¡®OJOS¡¯
Int¨¦rpretes: Edoardo Ram¨ªrez Ehlinger y Anastasia Shelepova. M¨²sica: Mariano Quiroz y Aitor Gata. Luces y direcci¨®n: Jonatan Gonz¨¢lez. Sala Bulul¨² 2120. Hasta el 11 de mayo.
En alg¨²n momento, evolucionan a la vez, pero aquello languidece con rapidez. La idea inicial de marcar una ruta hasta el encuentro solidario de los protagonistas, se resume en una situaci¨®n que hay que imaginar marginal, dolorosa y con escollos. El bailar¨ªn recita: ¡°Voy a tirar mi cuerpo a la calle!¡± y al parecer, la bailarina lo repite en ruso. Luego al final, las lenguas se cambian: el mexicano habla ruso y viceversa. La met¨¢fora no es tampoco di¨¢fana, aunque s¨ª se nota entre ellos un afianzamiento de su comunicaci¨®n y su sost¨¦n mutuo. El resultado es parcial y bordea una cierta decepci¨®n. No hablo del talento personal de esos j¨®venes buscadores de suelo y espacio, sino del formato de lo presentado, de sus valores compactados y facturados como espect¨¢culo. Hab¨ªa en la sala 9 espectadores (10, si contamos al cr¨ªtico); seg¨²n se mire, eran pocos o el 30% del total de las butacas.
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