El patriotismo que florece en mayo
"Manifestamos esa abnegada pasi¨®n amando de coraz¨®n a los compatriotas"
?Qu¨¦ cosa m¨¢s hermosa es el patriotismo! No resulta f¨¢cil de definir, la verdad, pero qu¨¦ f¨¢cil de sentir. Hagamos, no obstante, un peque?o esfuerzo por deslindar ese valor ¨¦tico y separarlo de otras adherencias que se le parecen. Que se le pueden parecer tanto que, a veces, nos la sirven en fraudulentos restaurantes como el viejo gato pelado por la deliciosa lepus europea.
Supongo que cuando hablamos de patriotismo, hablamos de amor a la patria y que cuando decimos ¡°Patria¡± nos referimos al condensado de personas de ayer, hoy y ma?ana con las que compartimos el demos.
Esa Patria por la que, sin dudarlo un minuto, estamos dispuestos a dar la vida si fuera necesario, no suele pedirnos tan heroico sacrificio de manera frecuente. En buena medida porque tal cosa depende del grado de civilizaci¨®n de las patrias que nos rodean, o acompa?an, algo que ha mejorado bastante con el paso de los siglos, as¨ª que manifestamos esa abnegada pasi¨®n de manera m¨¢s sencilla, amando de coraz¨®n a los compatriotas.
Un patriota, convendr¨¢n conmigo, es quien, por ejemplo, paga honrada y orgullosamente sus impuestos, no para s¨ª, que puede permit¨ªrselo, sino para que llegue lo necesario a los m¨¢s necesitados de entre sus vecinos. Un patriota es quien cotiza rigurosamente lo que le corresponde, no para su salud, afortunadamente plet¨®rica, sino para que la asistencia sanitaria se extienda por los confines de su pa¨ªs y alcance a todos. Un patriota, un verdadero patriota, un patriota joven y activo, aporta lo necesario para que los viejos y los parados de su patria puedan solventar sus necesidades de una manera digna. ?Acaso podr¨ªa un patriota eludir siquiera una txiquita al fisco de su pa¨ªs mientras el Gobierno diga verse obligado a recortar, por ejemplo, la educaci¨®n de las futuras generaciones¡? ?Jam¨¢s! ?C¨®mo iba a hacer tal cosa quien hace unos momentos estaba dispuesto, nada menos, que a morir por su bandera?
Porque¡ quiero suponer, no se trata de la bandera en s¨ª. Parece poco inteligente, por extendida que est¨¦ la costumbre, homenajear a las banderas en cuanto tales, aunque¡ ?v¨¢ya ust¨¦ a saber!
Se trata, digo yo, de la gente. De esa gente de la que nos sentimos hermanos pues pertenecemos a una misma ¡°patr¨ªa¡±.
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