?Qui¨¦n ayuda a No¨¦?
Un trastorno lleva a decenas de personas a acumular animales en p¨¦simas condiciones En Catalu?a se atienden seis casos al a?o por falta de medios
Un trayecto en coche marc¨® al equipo de la c¨¢tedra Fundaci¨®n Affinity, dedicada a mejorar la convivencia con los animales. Fue hace cuatro a?os, cuando una llamada telef¨®nica les llev¨® a un peque?o pueblo en la frontera entre Barcelona y Girona. All¨ª, en un bosque de ¨¢rboles altos y delgados, una casa guardaba celosamente un secreto: 150 perros desnutridos y enfermos, a cargo de un matrimonio que buscaba cada d¨ªa nuevos animales. Los ten¨ªan en condiciones lamentables. La et¨®loga Paula Calvo recuerda que seleccion¨® a diez de entre los m¨¢s graves y los meti¨® en su veh¨ªculo. Dos fallecieron de camino al veterinario. Los suficientes para que los investigadores decidieran estudiar el s¨ªndrome de No¨¦.
Sobre el trastorno psiqui¨¢trico por acumulaci¨®n de animales se sabe poco m¨¢s de lo que dice su nombre. Uno de los motivos es que no fue reconocido como tal hasta el a?o pasado, cuando la Asociaci¨®n Americana de Psiquiatr¨ªa lo incluy¨® en la quinta edici¨®n de su Manual diagn¨®stico y estad¨ªstico de enfermedades mentales. En espa?ol, la cultura popular lo asocia con picard¨ªa al personaje b¨ªblico. Los estudios son escasos, antiguos y, en su mayor¨ªa, norteamericanos, por lo que no hay estimaciones sobre cu¨¢ntos lo sufren en Espa?a. El grupo de Calvo, que re¨²ne a cient¨ªficos del Hospital del Mar de Investigaciones M¨¦dicas y de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona, ha publicado en la revista Animal Welfare el primero en Espa?a y uno de los primeros en Europa sobre este trastorno.
Reincidentes al 100%
El Ayuntamiento de Barcelona prepara un protocolo para casos de trastorno por acumulaci¨®n de animales que espera tener operativo a principios de 2015. El objetivo es detectarlos de forma precoz y atender a los afectados. En la actualidad, solo se retiran los animales y no se trata a las personas. La tasa de reincidencia es del 100%, seg¨²n Jaume Fatj¨®, coordinador de la comisi¨®n. La Asociaci¨®n Nacional de Amigos de los Animales (ANAA) sigue casos de gente que ha sido inhabilitada en una comunidad aut¨®noma y se ha mudado a otra para continuar criando animales.
La Oficina de Protecci¨®n de los Animales de Barcelona (OPAB) ha atendido ocho casos desde el verano de 2012, en los que se recuperaron 130 animales. De ellos, seis eran acaparadores de perros y dos, de gatos. La Guardia Urbana, servicios sociales, los centros de acogida del Consistorio, la Universidad Aut¨®noma de Barcelona, los Agentes Rurales, la Fundaci¨®n para el Asesoramiento y Acci¨®n en Defensa de los Animales (Faada) y la C¨¢tedra Fundaci¨®n Affinity colaboran en el desarrollo del protocolo.
Jaume Fatj¨®, director de la C¨¢tedra, explica que, adem¨¢s de acumular animales, se necesitan otras dos condiciones para diagnosticarlo: que la persona no pueda garantizar el bienestar de sus mascotas y que niegue las evidencias de su negligencia. "Tienen una distorsi¨®n total de la percepci¨®n. No creen que sus animales est¨¦n en mal estado. A veces, encontramos cad¨¢veres que llevan d¨ªas y te dicen que acaban de morir". Ha estudiado 24 casos en toda Espa?a ¡ª27 personas y 1.218 perros y gatos¡ª atendidos por la Asociaci¨®n Nacional de Amigos de los Animales entre 2002 y 2011. Los resultados apuntan a ancianos aislados socialmente como principales afectados. Se decantan por una especie ¡ªla favorita, la canina¡ª, de la que acumulan una media de 50 ejemplares. La mayor¨ªa llevaba m¨¢s de cinco a?os con esta pr¨¢ctica.
En Pontons, basta con preguntar por "el de la tele" para que alguno de sus poco m¨¢s de 500 habitantes indique c¨®mo llegar donde Joan Jim¨¦nez. El fontanero, de 54 a?os, pidi¨® ayuda para sus 100 perros hace un a?o en un telediario. Hab¨ªa sido inhabilitado para tener animales durante cinco a?os. Las im¨¢genes mostraban una vivienda a medio construir con decenas de canes ladrando desde el balc¨®n.
Una protectora realoj¨® a unos 80 y, ahora, Jim¨¦nez asegura tener unos 30. Su madre, Margarita Sans, de 80 a?os, recuerda cuando solo ten¨ªan un d¨®berman: ¡°Viv¨ªamos en Barcelona y ven¨ªamos los fines de semana. Cuid¨¢bamos perros abandonados mientras est¨¢bamos aqu¨ª¡±. Al enviudar, ella y su hijo se mudaron a Pontons y empezaron a acogerlos de forma permanente. La protectora dice que llegaron a tener 160. Jim¨¦nez lo niega, aunque admite que ¡°se le fue la pinza¡±.
¡°Reconozco que deb¨ª usar el dinero para arreglar la casa o curarlos en vez de recoger m¨¢s. Pero, ahora, necesito ayuda para habilitar un n¨²cleo zool¨®gico, no que me pisoteen m¨¢s¡±, lamenta. Le ha molestado que un programa de televisi¨®n use las im¨¢genes de sus perros para ilustrar un debate sobre el s¨ªndrome de No¨¦. ¡°Dicen que estoy loco¡ ?Y a m¨ª no me ha diagnosticado nada ning¨²n m¨¦dico! Si estoy enfermo, que me lo digan, que soy el primer interesado en curarme. Solo he recogido la mierda que dejaban otros en la calle y la he metido en casa. Me he sacrificado¡±.
El Departamento de Agricultura asegura que, en Catalu?a, atienden unos seis casos al a?o. Joan Toran, responsable de fauna dom¨¦stica de los Agentes Rurales, afirma que la cifra de avisos es mayor: ¡°Pero para incautarnos de animales los municipios han de buscar un sitio de acogida. Y a algunos no les hace mucha gracia¡±. Recuerda casos como el de un hombre que ten¨ªa m¨¢s de 30 ovejas en un piso en Barcelona. "Robaba peri¨®dicos en un quiosco para ponerlos en el suelo. Antes de entrar ya ve¨ªamos escarabajos saliendo por debajo de la puerta". O el de un octogenario que compr¨® un palacete para criar a 170 animales. ¡°Ten¨ªa dinero para cuidarlos. Pero no eran sociables. Unos viv¨ªan escondidos porque si sal¨ªan, los otros los mataban¡±.
Calvo explica que no existe tratamiento y sospecha que el origen es un trauma infantil: "El detonante es una crisis como perder el empleo o a alg¨²n ser querido. Buscan apoyo en los animales, pero sin control". Ahora, necesitan que los afectados colaboren para definir el perfil. "No es f¨¢cil hablar con ellos. El ¨²ltimo que fuimos a ver nos sac¨® una escopeta".
Toran advierte de que es importante que no se les vea "como h¨¦roes" por recoger animales y que pueden llegar a ser muy manipuladores. Recuerda la intervenci¨®n en el hogar de Jim¨¦nez: ¡°Mi equipo tuvo que ponerse un mono protector. Las condiciones higi¨¦nico-sanitarias eran muy malas¡±.
La vivienda de Pontons est¨¢ rodeada de vallas para que los perros no escapen. Lo que s¨ª se escabulle es un hedor que no parece molestar a los due?os. La madre admite que el inmueble est¨¢ siempre sucio, pero dice que siente mucho cari?o por lo canes y que por eso les deja estar en casa. Se pasa el d¨ªa limpiando y esparciendo ¡°sulfato¡± para matar pulgas y garrapatas. Recuerda con pesar el d¨ªa en que se llevaron a esos 80. Rompi¨® en l¨¢grimas. ¡°Por la impotencia. ?Qu¨¦ mal podemos hacer? Vivimos en la monta?a¡±.
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