Las calles bailables de la joven Am¨¦rica
Martha Reeves, mito de la Motown, festeja las cinco d¨¦cadas de su inmortal ¡®Dancing in the street¡¯
Los recientes y prematuros calores madrile?os parec¨ªan dar la raz¨®n al cl¨¢sico Dancing in the street: ¡°Ha venido el verano, y es el momento de bailar en la calle¡±. La misma voz que lo entonaba en los sesenta, la de Martha Reeves (Eufaula, Alabama, 1941), lo recuerda ahora: ¡°No me extra?a que a veces por error relacionaran ese tema con el movimiento por los derechos civiles: era toda una llamada a la libertad. Lo escribi¨® Marvin Gaye y me alegro de que me lo ofreciera¡±. No en vano la solista de Martha and the Vandellas, pilar femenino del sello Motown antes del furor por las Supremes, celebra este viernes en Madrid los 50 a?os de su canci¨®n emblema. Ser¨¢ en el Matadero, como cabeza de cartel del festival de sonidos negros Black Is Back, cuya tercera edici¨®n tambi¨¦n incluye, entre otros, al soulman Eli Paperboy Reed.
Gaye, conviene puntualizarlo, no compuso a solas Dancing in the street: comparti¨® autor¨ªa con Mickey Stevenson, el director art¨ªstico de Motown que descubri¨® a Reeves cuando ella actuaba en un peque?o club de Detroit: ¡°¡®Ven a Hitsville U.S.A. [el estudio del sello], tienes talento¡¯, me dijo mientras me ofrec¨ªa su tarjeta¡±, rememora la vocalista. De repente, su amor desde la infancia por la m¨²sica amagaba con cristalizar: ¡°Ya obten¨ªa caramelos con tres a?os haciendo gorgoritos en la iglesia de mi abuelo, a la gente le gustaba o¨ªr mi voz. ?ramos 11 hermanos, y durante las tareas dom¨¦sticas sol¨ªa siempre escuchar la radio: adoraba a las que cantaban desde el coraz¨®n. Como mi ¨ªdolo, Della Reese¡±.
La vida despu¨¦s de Berry Gordy
Martha Reeves no se mud¨® con Motown a Los ?ngeles a principios de los setenta: ¡°La prensa no lo recogi¨® con exactitud, pero en realidad fue porque justo expiraba mi contrato¡±. Ha ido despu¨¦s dibujando una carrera irregular en solitario por sellos como MCA (notable y car¨ªsimo ¨¢lbum de debut, producido por Richard Perry, que apenas vendi¨®), Fantasy o Arista. Y entre 2005 y 2009 la compagin¨® con un cargo electo en el Ayuntamiento de Detroit. ¡°Ve¨ªa que pod¨ªa ayudar a mi ciudad, sobre todo inculcando a los j¨®venes la necesidad de formarse¡±.
A su fidelidad a la depauperada Motor City, precisamente, le dedic¨® I'm not leaving, alianza en 2012 con el d¨²o electr¨®nico The Chrystal Method. "Podr¨ªa irme de aqu¨ª, pero no quiero". La canci¨®n entr¨® incluso en listas dance. Aunque puestos a mover los pies, siempre es mejor recurrir, como hicieron David Bowie y Mick Jagger en su popular cover ochentero, a Dancing in the street.
Nombrar a dicha hero¨ªna no resulta balad¨ª: de la fusi¨®n de su nombre de pila con el de la calle donde viv¨ªa Martha en Detroit sali¨® el apelativo Vandellas. ¡°Nosotros viv¨ªamos en el East Side, y el estudio de Motown estaba en el West Side. As¨ª que, siendo una cr¨ªa y pese al peligro por las peleas que proliferaban entre pandillas, no lo pens¨¦: me sub¨ª a un autob¨²s y me plant¨¦ en el otro lado de la ciudad¡±. Lo curioso es que, antes de tener oportunidad de grabar sus discos, Reeves ejerci¨® de secretaria en el departamento art¨ªstico: ¡°Una peque?a sala donde trabajaban 17 compositores. Yo lo mismo cog¨ªa el tel¨¦fono que transcrib¨ªa letras o aportaba alg¨²n coro. El estudio permanec¨ªa abierto 24 horas al d¨ªa. Y uno de los secretos era la banda residente, The Funk Brothers, que nunca sal¨ªa de gira con nosotros: siempre en el estudio, grabando sin parar detr¨¢s de todos los artistas de la etiqueta¡±.
El fundador de Motown, Berry Gordy, se inspiraba en los m¨¦todos de trabajo de las factor¨ªas automovil¨ªsticas de Detroit. Y en la de Ford, por cierto, se film¨® el primer videoclip de la compa?¨ªa: ilustraba otro de los singles de ¨¦xito de Martha and the Vandellas, Nowhere to run, con Reeves y sus dos compa?eras encaramadas a un coche en fabricaci¨®n. ¡°Fue la ¨²nica vez que la Ford permiti¨® entrar as¨ª en su cadena de montaje. Los operarios nos miraban alucinados, no entend¨ªan nada¡±. El tema, otro pelotazo bailable, era obra del tr¨ªo Holland-Dozier-Holland, firmantes de muchos de los hits de la compa?¨ªa. Y de buena parte de los de Martha and the Vandellas, algunos con las fuerzas de la naturaleza a modo de met¨¢foras amorosas: Quicksand (arenas movedizas) o la irresistible Heat wave (ola de calor).
?Y la sinton¨ªa con el propietario? ¡°En mi caso, no hablar¨ªa de relaci¨®n personal, solo de trabajo. Le ten¨ªa mucho respeto. Siempre se mostr¨® como un gran coordinador y muy apto en el control de calidad. Supervisaba personalmente las letras para que fueran digeribles para toda la familia, en ese af¨¢n de que nos convirti¨¦ramos en ¡®el sonido de la joven Am¨¦rica¡¯¡±. Reeves no muestra ning¨²n resquemor porque Gordy volcara luego todos sus esfuerzos en las Supremes de Diana Ross. ¡°Se enamor¨® de ella, me alegra que encontrara el amor. Y de todos modos, yo ya sab¨ªa que una vez que ¨¦l hac¨ªa famoso a alg¨²n artista, de inmediato concentraba su inter¨¦s en el siguiente. Antes que nosotras, triunfaron las Marvelettes¡±.
Aunque Reeves guarda magn¨ªficos recuerdos de entonces, no faltaron momentos menos agradables. ¡°Pas¨¦ una ¨¦poca muy destartalada por la influencia de las drogas. Nunca me met¨ª a fondo pero experiment¨¦ con ellas. La primera me la prescribi¨® el m¨¦dico: valium, porque no aguantaba el ritmo del show business. Nuestros consejos a los m¨¢s j¨®venes, en cambio, apuntan a otro sitio: come, descansa, entrena la voz, haz ejercicio¡¡± Por no hablar del racismo en las giras sure?as: ¡°Tengo muy viva la imagen de Smokey Robinson gritando desde el escenario a los que vigilaban la segregaci¨®n del p¨²blico que no volvieran a golpear a nadie¡±. A¨²n as¨ª, se impone la felicidad: ¡°Cada vez que interpreto estos temas, se vuelven mi elixir de juventud¡±.
Martha Reeves & The Vandellas act¨²an este viernes 16 de mayo en el Matadero, dentro del festival Black is Back.
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