Lo que queda de Europa
Estamos en campa?a porque vemos a Barber¨¢ y Gonz¨¢lez Pons palpando besugos en el mercado
Es que no falla. Basta con ver la foto de Rita Barber¨¢ y Gonz¨¢lez Pons palpando besugos en el Mercado Central de Valencia para saber que estamos en campa?a electoral. ?Y eso para qu¨¦? ?Para darse a conocer, cuando los tenemos m¨¢s vistos que al tebeo? ?Para que, si por las moscas, no los olvidemos en tiempos de tribulaci¨®n? ?Para afianzar ante el p¨²blico en general su pasi¨®n por una compra bien hecha? ?Y no les bastar¨ªa con visitar una humilde mercer¨ªa del barrio para manifestar su apoyo al peque?o comercio? Pues no, ya que all¨ª carecer¨ªan de espectadores. Y de eso se trata, de dejarse ver para tener ocasi¨®n de decir unas cuantas tonter¨ªas sobre su presencia all¨ª para salvaguardar Espa?a de los enemigos de siempre.
Se trata en esta ocasi¨®n de vender las elecciones al Parlamento Europeo, cuando los pol¨ªticos se tiran por una vez a las calles (sin sufrir por ello penalizaci¨®n alguna) pidiendo votos como quien solicita confianza en un marem¨¢gnum de actos y m¨ªtines que cuestan muchos euros a los ciudadanos y que casi nadie sabr¨ªa precisar con exactitud para qu¨¦ sirven. A fin de cuentas, aqu¨ª nos conocemos todos, aunque sea de o¨ªdas, y m¨¢s o menos todo el mundo dispone de televisi¨®n de plasma en su casa, as¨ª que a la ciudadan¨ªa le bastar¨ªa con ver un par de telediarios al d¨ªa para estar al cabo de la calle de lo que dicen unos y otros, de manera que nos ahorrar¨ªamos no pocos euros y unas cuantas molestias si los candidatos o afines de los partidos se confinaran en sus sedes o en lugares cerrados para lanzar la reprimenda voraz de unos mensajes que despu¨¦s cumplir¨¢n o no, seg¨²n les venga en gana y seg¨²n dictamine su partido o instancias de mayor envergadura. Si Estados Unidos forz¨® a actuar de cierta manera a Rajoy en el caso Bankia, ?qu¨¦ otras sugerencias, indeseadas o no, deber¨¢n admitir los felices parlamentarios de la Uni¨®n Europa, siempre que vengan de un pa¨ªs o de una situaci¨®n c¨ªnica muy poderosa?
Y lo peor no es eso. Pocos pol¨ªticos tienen la coherencia o la decencia suficientes como para evitar la crispaci¨®n en campa?a electoral, una crispaci¨®n que empieza como una leve indisposici¨®n hasta alcanzar penosas diarreas el d¨ªa anterior a la consulta, as¨ª que la visita inicial a mercados y mercadillos y otros lugares de uso social acaba convirti¨¦ndose en una masclet¨¤ de alardes furibundos y de descalificaciones sin cuento al adversario, algo muy feo en quienes, a fin de cuentas, se dedican a lo mismo, aunque es posible que de distinta manera. Si hace unos d¨ªas la combativa diputada valenciana M¨®nica Oltra se neg¨® a obedecer las sugerencias de Juan Cotino como presidente de las Cortes Valencianas, atribuy¨¦ndole falta de legitimidad de ejercicio en sus funciones, es que no ha reparado lo suficiente en lo extendida que est¨¢ esa figura en ¨¢mbitos muy numerosos. En ese caso, que no se preste a ser diputada en un parlamento cuyo presidente le parece ilegal o poco menos.
Y lo que vendr¨¢, al ritmo en que avance la campa?a electoral y la argucia de las encuestas aconsejen o no machacar de una vez al adversario.
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