Receptores de la RMI rechazan contratos precarios por temor a perder la ayuda
El Tercer Sector pide a la Generalitat la reforma de la ley y su adecuaci¨®n a las nuevas necesidades
A veces la pobreza tiene vistas al mar. Desde el sal¨®n del piso de su madre en la Barceloneta A. R. mira el mar con serenidad. Esta gestora cultural pide el anonimato porque a sus 51 a?os espera volver a dirigir un teatro, su ¨²ltimo trabajo estable antes de caer en el desempleo. ¡°Me separ¨¦, mi madre y yo enfermamos, la vida se desmoron¨® ante mis ojos y termin¨¦ en los servicios sociales¡±, recuerda. Desde hace cuatro a?os, los 459 euros de la Renta M¨ªnima de Inserci¨®n (RMI) que le da la Generalitat son su ¨²nico ingreso. ¡°Los trabajos que consigo gracias a maquillar mi curr¨ªculum para parecer menos preparada son por pocos meses. Temo aceptarlos y perder la RMI¡±, confiesa
Lo que es un temor para A. G es una realidad para Luis Gil. Este vecino de Terrassa, de 37 a?os, accedi¨® a la RMI en 2010. Trabajaba en la construcci¨®n hasta que el pinchazo de la burbuja inmobiliaria lo dej¨® con una mano delante y otra detr¨¢s. Buscando trabajo un d¨ªa s¨ª y otro tambi¨¦n y participando en programas formativos de la oficina de empleo encontr¨® en 2012 un puesto temporal en la reforma de fachadas. Encaden¨® algunos meses de empleo precario y pudo cobrar unos 400 euros del paro. En julio de 2013, cuando se le acab¨® la prestaci¨®n e intent¨® reactivar la RMI, a lo que tiene derecho. Casi un a?o dur¨® el silencio de la Administraci¨®n. ¡°Hace una semana me lleg¨® una carta diciendo que me denegaban el acceso porque en los ¨²ltimos 12 meses hab¨ªa tenido ingresos. Y tengo que volver a comenzar la tramitaci¨®n¡±, lo que puede suponer al menos un a?o sin ning¨²n tipo de ingresos. Estas dilaciones disuaden a los afectados de buscar trabajo, ya que cuando se les acabe tardar¨¢n meses en poder cobrar la RMI o se la negar¨¢n por haber tenido ingresos el a?o anterior.
El endurecimiento de las condiciones para acceder al RMI, en agosto de 2011, planea sobre muchos de sus receptores. La agudizaci¨®n de la crisis, el nacimiento de una nueva pobreza y la precarizaci¨®n laboral han cambiado el panorama para el que la ayuda fue dise?ada. Esta semana, la Taula del Tercer Sector inst¨® otra vez a la Generalitat a aprobar una nueva ley que llegue a m¨¢s personas y a m¨¢s perfiles.
El departamento de Empleo dice que s¨ª hay vuelta al subsidio despu¨¦s del fin del contrato
¡°Es una necesidad improrrogable para poder atender la heterogeneidad de las privaciones econ¨®micas¡±, dijo Angels Guiteras, presidenta de la entidad, durante la presentaci¨®n del estudio Nueva pobreza y renta m¨ªnima de inserci¨®n. El informe, elaborado por el polit¨®logo Ernest Guti¨¦rrez, revela que unas 25.209 persones reciben ahora la RMI en Catalu?a, pero hay unos 352.500 hogares con ingresos inferiores a 9.000 euros anuales, la linde de la pobreza. A esos se suman unas 240.000 m¨¢s que, aunque son asalariadas, cobran menos de 650 euros al mes.
Un portavoz del Departamento de Empresa asegur¨® que se trabaja en la reforma. ¡°Como no hay una fecha establecida, no se puede decir que haya una demora¡±, argumenta. Y sobre los casos concretos que denuncian Gil y la gestora cultural no se pronuncia. ¡°Cada casu¨ªstica es diferente, pero la ley dice que el abono de l a RMI debe reanudarse si desaparecen las circunstancias que han motivado su suspensi¨®n¡±, precisa.
En verano de 2011, y con la excusa de combatir el fraude y buscar la racionalizaci¨®n de los recursos, la Generalitat decidi¨® revisar los expedientes RMI, generando miles de expulsiones del sistema y el retraso en el pago de las prestaciones. Las reformas legales buscaban excluir a las personas pobres a ra¨ªz de perder el empleo, que no ten¨ªan una dificultad social a?adida como el peligro de exclusi¨®n social. Adem¨¢s se pretend¨ªa que el RMI no se pudiera complementar con otras ayudas, recuerda Guti¨¦rrez. Se calcula que entre 2011 y 2012 unos 7.000 hogares se quedaron sin la ayuda y hasta el a?o pasado se han negado 37.000 peticiones.
Unos 240.000 catalanes tienen trabajo, pero cobran menos de 650 euros al mes
La renta, como herramienta de inserci¨®n laboral, persigue que el beneficiario consiga un trabajo que le devuelva autonom¨ªa. Pero deterioro del mercado laboral lo hace imposible. ¡°Es penoso tener una renta de inclusi¨®n que lo que hace es que la gente renuncie a insertarse laboralmente¡±, denuncia Pilar Aguilar, t¨¦cnica de gesti¨®n de la RMI de la Fundaci¨®n Instituto de Reinserci¨®n Social. Desde la trinchera, certifica varios casos de personas que logran encontrar trabajos temporales y que despu¨¦s tienen problemas para reanudar a la prestaci¨®n. ¡°No son salidas laborales, son parches¡±, agrega.
Una persona puede estar un mes en un trabajo temporal sin perder la RMI. Superado este periodo, la prestaci¨®n se reduce o se suspende. ¡°El verano pasado me llamaron de una panader¨ªa. Me prometieron un sueldo de mil euros. A las tres semanas llegaban proveedores a decir que no les pagaban. Me di cuenta de lo piratas que eran y logr¨¦ escaparme. Solo me dieron 600 euros. A los pocos d¨ªas cerraron¡±, explica A. G. ¡°Yo quiero trabajar, como todos, pero tienes muy pocas garant¨ªas¡± a?ade.
¡°En la ley de la renta m¨ªnima est¨¢n escritas unas cosas y se practican otras. El departamento sabe de nuestras quejas y est¨¢ trabajando en ello¡±, confirma Teresa Crespo, presidenta de las Entidades Catalanas de Acci¨®n Social. ¡°No puede ser que una prestaci¨®n ligada a la b¨²squeda de trabajo castigue la ocupaci¨®n. Condenar a las personas a ir a la cola de nuevo es ponerlas en una situaci¨®n a¨²n m¨¢s vulnerable¡±, sentencia.
Desde el Colegio de Trabajadores Sociales constatan los esfuerzos de Empresa para agilizar los expedientes. ¡°La RMI ya no se ajusta a la nueva realidad social y laboral. Hay que apostar por una renta m¨ªnima garantizada¡±, pide N¨²ria Garrido. Por lo pronto, los ojos est¨¢n puestos en qu¨¦ suceder¨¢ con los beneficiarios de la prestaci¨®n que participan en los programas de ocupaci¨®n que terminan en junio y que deber¨ªan volver a recibir la prestaci¨®n. A Crespo le preocupa que la empresa privada no arrime m¨¢s el hombro: ¡°Si no hay activaci¨®n, tienen que haber actividad. Hay voluntariados que terminan siendo puestos de trabajo¡±.
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