Los ojos que vigilan a las empresas

¡°Asegurar que el mercado funcione con limpieza¡±. La presidenta de la Autoridad Vasca de la Competencia, Pilar Canedo, define la misi¨®n que tienen encomendada con un aparentemente sencillo ¡° asegurar que el mercado funcione con limpieza¡±. El organismo, que comenz¨® a funcionar en julio de 2012, se enfrenta sin embargo a una tarea tit¨¢nica, la de velar para que tanto las empresas como la administraci¨®n p¨²blica, cumplan con todas y cada una de las reglas de juego a la hora de prestar y contratar servicios, o de fijar precios. Un frente casi infinito como se puede apreciar en los procedimientos que a d¨ªa de hoy tienen abiertos. De los ocho incoados destacan el abierto contra las autoescuelas de Vitoria por ¡ªsupuestamente¡ª haber pactado el precio de sus servicios; contra las funerarias del Bajo Bidasoa; los procuradores de Bizakaia y Gipuzkoa; y el Colegio de Bi¨®logos de Euskadi. Canedo explica que resulta fundamental para la Autoridad que la ciudadan¨ªa entienda y comparta el papel que juegan las instituciones de defensa de la competencia. ¡°Si las empresas buscan beneficios con par¨¢metros legales, perfecto.

Pero a veces las empresas pasan ese l¨ªmite y entonces lo que hacen es obtener un beneficio extraordinario que va en perjuicio de alguien, y directa o indirectamente siempre es un perjuicio para el ciudadano¡±. Las funciones de la instituci¨®n se dividen en dos ¨¢reas fundamentales, la primera corresponde a la vigilancia, a la defensa de la competencia propiamente dicha y en la que se impulsan, en caso de que fuese pertinente, los correspondientes expedientes sancionadores. La segunda ¨¢rea, menos visible tiene por objeto la promoci¨®n de la competencia, es decir, la sensibilizaci¨®n y concienciaci¨®n sobre la importancia del trabajo del organismo. Todo, entre otras cosas, para que ¡°por ejemplo, los j¨®venes profesionales que quieren entrar en el mercado no se vean con las trabas de los que ya est¨¢n dentro. Los beneficios para la sociedad son ampl¨ªsimos¡±, resume. Las labores del organismo adem¨¢s se complementan con la redacci¨®n de informes y estudios. Hasta la fecha, la instituci¨®n ha emitido 47 resoluciones, 109 informes y siete estudios.

Hay empresas que se ponen de acuerdo" en contra de la competencia

Canedo precisa que las pr¨¢cticas de las empresas que bordean la legalidad son muchas y entre ellas destaca el reparto de los contratos p¨²blicos. ¡°Las empresas llegan a un acuerdo sin que la administraci¨®n se entere, de tal forma que se reparten las contrataciones p¨²blicas por zonas o ayuntamientos. Aunque parece que hay mucha competencia, realmente se ha fijado un precio, y por supuesto, mayor del que hubiera salido con una aut¨¦ntica libre concurrencia¡±. La responsable de la instituci¨®n destaca la complejidad de detectar este tipo de pr¨¢cticas, porque un ayuntamiento puede estar actuando de manera impecable, pero las empresas puede que no. Tampoco la administraci¨®n, recuerda Canedo, est¨¢ libre de culpa. No son raros los informes del Tribunal Vasco de Cuentas en los que se se?alan anomal¨ªas en determinados contratos de la administraci¨®n u otros organismos p¨²blicos.

Y si bien ¡°la administraci¨®n tiene una conciencia de la relevancia que tiene para la competitividad y para la bonanza de la econom¨ªa que se respete la competencia¡±, defiende Canedo, todav¨ªa hay muchas cosas que mejorar. ¡°Hay muchas inercias en la administraci¨®n que no fomentan que entren nuevos operadores¡±. Las irregularidades o malas pr¨¢cticas que pueden cometer el sector p¨²blico van de las m¨¢s graves, como romper la regulaci¨®n, violar directamente la legislaci¨®n, a otras m¨¢s sutiles como elegir la f¨®rmula m¨¢s restrictiva para contratar. En la contrataci¨®n p¨²blica, explica Canedo, hay varias fases a las que resulta esencial prestar atenci¨®n. La primera de ellas es la f¨®rmula elegida y la segunda, la redacci¨®n de los pliegos, ¡°Muchas veces se cogen los mismos pliegos de la ¨²ltima obra contratada, y esa es una manera de limitar el acceso, ya que puedes estar impidiendo la entrada de peque?os profesionales o la posibilidad de repartir la obra en lotes¡±, zanja Canedo.