Transparencia
El opaco acuerdo comercial entre la UE y EE UU es un ejemplo de lo que nos jugamos en las elecciones europeas
A pocos d¨ªas de las elecciones europeas y con unos p¨¦simos augurios de participaci¨®n, me gustar¨ªa aportar un granito de arena y explicar a la ciudadan¨ªa un tema del que se ha hablado poco pero que puede ayudar a tomar conciencia de la importancia de participar en ellas. Se trata del Tratado Transatl¨¢ntico de Comercio e Inversiones (ATCI) entre la UE y los EE UU que se est¨¢ gestando con un secretismo digno de las esferas vaticanas. En junio de 2013 empezaron las negociaciones ¡ªesta semana se ha iniciado la quinta ronda¡ª entre el Departamento de Comercio de EE UU y la Comisi¨®n Europea, ¨®rgano no electo que negocia a espaldas del Parlamento.
En esta negociaci¨®n no participan ni sindicatos, ni organizaciones ecologistas, ni de consumidores, ni los Gobiernos de los Estados miembros. Sin embargo, seg¨²n Ecologistas en Acci¨®n, de las 130 reuniones previas a las negociaciones, 113 han sido con grupos de presi¨®n de la industria automovil¨ªstica, farmac¨¦utica y agroalimentaria, entre otros. De hecho, en la parte europea, la negociaci¨®n corre a cargo de Karel de Gucht, comisario de Comercio que est¨¢ siendo investigado por defraudar 900.000 euros a las autoridades fiscales belgas. ?Toda una garant¨ªa de trasparencia!
La cuesti¨®n es, ?qu¨¦ objetivo tiene este tratado? Seg¨²n los promotores mejorar¨¢ el empleo y el crecimiento econ¨®mico. Se crear¨¢ la zona libre de comercio m¨¢s grande del mundo que representa casi la mitad del PIB mundial y que estar¨¢ formado por 800 millones de consumidores ¡ªque no de ciudadanos¡ª. Afirman que crear¨¢ dos millones de puestos de trabajo. ?C¨®mo piensan hacerlo? Mediante una reducci¨®n de los est¨¢ndares ambientales, sociales y laborales, e incrementando los privilegios de las corporaciones para que puedan seguir haciendo negocio y entrar en el sector p¨²blico. Es decir, enriqueci¨¦ndose desregulando.
Veamos algunas de sus competencias, conocidas por las pocas filtraciones conseguidas: 1. Para conseguir el aumento del comercio, se crear¨¢ la cl¨¢usula de ¡°reconocimiento mutuo¡± entre los est¨¢ndares de la UE y de EE UU, es decir, armonizar a la baja la legislaci¨®n, afectando normas de protecci¨®n de la salud, del medioambiente o de derechos laborales. Por ejemplo, todos sabemos que la UE adopta el principio de precauci¨®n a la hora de comercializar productos que no han demostrado previamente que no son lesivos para la salud humana o el medio ambiente. En cambio en EE UU este principio no existe y aplican la libre comercializaci¨®n hasta que la evidencia cient¨ªfica no demuestre su car¨¢cter nocivo.
Nuestro sistema de salud universal y equitativo se equiparar¨¢ al de EE UU, donde los derechos sociales b¨¢sicos no est¨¢n garantizados
Otro ejemplo, los EE UU no tienen ratificadas seis de las ocho normas fundamentales de la Organizaci¨®n Internacional del Trabajo (OIT). Eso significa una grave p¨¦rdida del control regulador bajo la m¨¢xima de ¡°si es bueno para nosotros, ha de ser bueno para ellos¡±. As¨ª la carne hormonada de libre consumo en USA, o la comercializaci¨®n de los alimentos transg¨¦nicos o la desinfecci¨®n de los pollos mediante cloro podr¨¢n llegar a la UE sin problemas.
2. Se establecer¨¢ un mecanismo de soluci¨®n de controversias entre el inversor y Estado (ISDS, por sus siglas en ingl¨¦s), es decir una medida de protecci¨®n de inversiones. Este consistir¨¢ en que grandes empresas podr¨¢n impugnar en un ¡°tribunal internacional de arbitraje¡±, las leyes estatales que vayan en contra de sus beneficios. Tenemos ejemplos como el de la aseguradora sanitaria holandesa Achmea, que gan¨® 22 millones de euros contra Eslovaquia por supuesto ¡°lucro cesante¡± cuando este pa¨ªs paraliz¨® el proceso de privatizaci¨®n de la sanidad. En definitiva, el Tratado vulnera la libertad de los estados para legislar sobre asuntos sociales, laborables, de salud o ambientales.
3. Los sistemas p¨²blicos de salud europeos o de gesti¨®n del agua se abrir¨¢n a la participaci¨®n de las empresas estadounidenses. As¨ª los Gobiernos no podr¨¢n recuperar los servicios externalizados o privatizados, aunque sean un desastre. Nuestro sistema de salud universal y equitativo se equiparar¨¢ al modelo de EE UU donde los derechos sociales b¨¢sicos no est¨¢n garantizados por el Estado.
En definitiva se trata de un acuerdo que antepone los intereses de las grandes multinacionales a los derechos de la ciudadan¨ªa y se gesta sin publicidad ni transparencia ni control democr¨¢tico. Esta opacidad se traslada tambi¨¦n a Espa?a ya que el ATCI no ha estado presente en la campa?a de los grandes partidos ni lo ha abordado ning¨²n gran medio de comunicaci¨®n. S¨ª sabemos que liberales, populares y socialdem¨®cratas est¨¢n de acuerdo ¡ªCiU, PP i PSC-PSOE¡ª y que la Izquierda Plural y Los Verdes est¨¢n en contra. Tambi¨¦n sabemos que el Parlamento Europeo puede rechazar el Tratado como ya hizo en 2012 con el ACTA (Acuerdo Internacional de Falsificaci¨®n) tras las manifestaciones masivas celebradas en diversas capitales europeas.
El pr¨®ximo domingo es un buen momento para alejar de Europa esas nubes antidemocr¨¢ticas que nos impiden ver con claridad el proyecto original de paz, cohesi¨®n y justicia social.
Joan Boada Masoliver es profesor de Historia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.