Las 12.000 almas de Vetusta Morla
El grupo madrile?o llenar¨¢ a partir de este jueves y durante cinco noches La Riviera
Hubo un tiempo no tan lejano en que los chicos de Vetusta Morla no eran capaces de llenar La Riviera un d¨ªa tras otro. Qu¨¦ va. A?os en que actuaban ante 30 personas en un garito de Barcelona y el due?o de la sala les reclamaba 100 euros ¡°para cubrir gastos¡±. O aquella noche en Lugo en la que escucharon sus canciones un total de siete espectadores, incluyendo camareros. ¡°Nos queda el consuelo de que nos compraron nueve discos a la salida; nunca la media fue tan elevada¡±, revela con humor Guillermo Galv¨¢n (Madrid, 1980), guitarrista e ide¨®logo en una formaci¨®n que hoy constituye uno de los referentes indiscutibles del indie. Y que acaba de ratificar esa condici¨®n con un tercer disco, La deriva, que les retrata crudos, directos, expl¨ªcitos y enfurru?ados. M¨¢s que en los dos anteriores, impregnados de evocaciones y met¨¢foras.
La fascinaci¨®n que el sexteto de Tres Cantos genera entre su creciente n¨®mina de seguidores constituye un asombroso cheque en blanco: muchos de los 12.000 aficionados que pisar¨¢n estos d¨ªas La Riviera adquirieron sus entradas cuando a¨²n no se hab¨ªa difundido ni uno solo de los 12 temas que integran el nuevo ¨¢lbum. ¡°Disponemos de un p¨²blico que tiene fe en nosotros, y ni siquiera sabemos bien por qu¨¦; qu¨¦ hemos hecho para merecer esa fidelidad¡±, se sincera Juan Manuel Latorre (Alicante, 1977), el otro guitarrista de la banda. Pero los primeros que ejercieron la virtud de la tenacidad fueron ellos mismos.
¡°Disponemos de un p¨²blico que tiene fe en nosotros. No sabemos por qu¨¦¡±
El primer concierto de Vetusta Morla se remonta a diciembre de 1998 y no logr¨® ning¨²n tipo de repercusi¨®n. Solo dos meses m¨¢s tarde, su vocalista, Juan Pedro Mart¨ªn, Pucho, decidi¨® mudarse a Londres durante un a?o ¡°por aquello de perfeccionar el ingl¨¦s y buscarme la vida¡±, relata. La marcha pudo suponer la sentencia de muerte para una criatura reci¨¦n nacida, pero sus cinco compa?eros optaron por seguir trabajando y esperar a que regresara. ¡°Somos testarudos por naturaleza¡±, admite Latorre, ¡°y siempre tuvimos fe ciega en lo que nos tra¨ªamos entre manos. Nos quedamos sin cantante durante un a?o y tardamos muchos m¨¢s en cuajar, pero confi¨¢bamos en que acabar¨ªamos grabando un disco¡¡±.
Aquellas previsiones se desbordaron clamorosamente con Un d¨ªa en el mundo (2008), un debut autogestionario que recibi¨® un aluvi¨®n de premios, cr¨ªticas entusiastas y una gira multitudinaria en la que miles de chavales enloquec¨ªan con estribillos como aquel ¡°Hay tanto idiota ah¨ª fuera¡±. La popularidad de la banda ha mantenido la progresi¨®n geom¨¦trica con Mapas (2011) y el recient¨ªsimo La deriva, pero ahora los halagos se alternan con algunas cr¨ªticas feroces. Y Guillermo Galv¨¢n no oculta su incomodidad al respecto. ¡°En este pa¨ªs somos as¨ª: funciona el cainismo puro y duro. Tardamos mucho en construir cosas propias pero nos encanta destruirlas cuando se consolidan. Nosotros ca¨ªamos simp¨¢ticos hasta que nos empez¨® a ir bien¡±. Y Pucho (Madrid, 1979) apunta una an¨¦cdota demoledora. ¡°Cuando ¨ªbamos a lanzar Mapas decidimos que el ¨¢lbum pudiera escucharse ¨ªntegro en streaming desde nuestra web. A la media hora se public¨® el primer comentario: ¡®Vuestras nuevas canciones son una puta mierda¡¯. ?Y el disco dura tres cuartos de hora! ?Era imposible que las hubiera acabado de escuchar!¡±.
El sexteto de Tres Cantos presenta
La deriva, su tercer ¨¢lbum
Mapas tiene una presencia exigua en el nuevo espect¨¢culo del sexteto, que no elude ni una sola de las 12 nuevas composiciones. ¡°Sabemos que alguna gente echa de menos En el r¨ªo, por ejemplo¡±, reconoce Juanma Latorre, ¡°pero ahora toca centrarse en el repertorio de estreno¡±. Y el material de La deriva ahonda en la desaz¨®n y el abatimiento que muchos miles de ciudadanos vienen experimentando desde que el mundo, tal y como lo conoc¨ªamos, hizo crac. ¡°No hemos pretendido articular un an¨¢lisis sociol¨®gico¡±, matiza Galv¨¢n, ¡°pero s¨ª dejar constancia de esta p¨¦rdida de rumbo en la que nos vemos sumidos. Y esa es una circunstancia interesante en t¨¦rminos dram¨¢ticos¡±. Perviven, con todo, las paradojas, las im¨¢genes surrealistas, la ambici¨®n literaria. Pero al menos tres temas nuevos pr¨¢cticamente finalizados, deber¨¢n esperar a mejor ocasi¨®n para ver la luz porque ¡°ahora no acababan de encajar en el discurso¡±.
¡°La deriva es hijo de unas coordenadas hist¨®ricas¡±, asume Guillermo, ¡°pero nos obsesionaba que dentro de diez a?os conservara una validez musical y est¨¦tica¡±. Quienes no hayan conseguido entradas para La Riviera y pretendan corroborarlo en directo deber¨¢n esperar al festival Dcode, en septiembre, donde los madrile?os son cabeza de cartel. Y donde habr¨¢ que multiplicar por 2.000 a aquellos siete escuetos espectadores que los descubrieron en la noche lucense. El tes¨®n de Vetusta Morla se tradujo al final en triunfo masivo.
Vetusta Morla act¨²a en La Riviera los d¨ªas 29, 30 y 31 de mayo y 20 y 21 de junio. Entradas agotadas.
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