El pistolero ha vuelto a la ciudad
Veinte a?os despu¨¦s, Ricardo Chirinos resucita a Pistones para dos conciertos
A alg¨²n cliente ya le ha sucedido. En la localidad toledana de Talavera de la Reina, Ricardo Chirinos lleva muchos a?os dise?ando dormitorios, aparadores o rinconeras a medida. Pero alg¨²n potencial comprador de mirada sagaz y varios sexenios en el DNI le observa con detenimiento y pregunta:
?¡ªDisculpe, ?no le han dicho que se parece al cantante de Pistones, el grupo de los ochenta?
¡ª?Pistones? Ni me suena el nombre, la verdad¡
Miente. Chirinos (Madrid, 1959) era, en efecto, el fundador, compositor, cantante y guitarrista de aquella banda tan admirada como fugaz, un cuarteto que pudo figurar en la primera divisi¨®n del pop-rock espa?ol y se qued¨® en anomal¨ªa para paladares refinados. Y la an¨¦cdota refleja bien el car¨¢cter introspectivo de su protagonista, autor que hoy se siente ¡°orgulloso de ser un padre de familia¡±. Pese a que el ¡°artista de camuflaje¡± que subyace detr¨¢s del dise?ador de muebles por ordenador reflote ahora con dos inesperados conciertos de regreso de Pistones. Pre¨¢mbulo, quiz¨¢s, de una resurrecci¨®n.
A Ricardo le perdimos la pista despu¨¦s de En vivo mucho mejor (2001), un ¨¢lbum de su amigo y productor Ariel Rot en el que recrearon El pistolero, el t¨ªtulo m¨¢s emblem¨¢tico y recordado de Chirinos. ¡°El pistolero fue un episodio m¨¢gico y, a la vez, una condena¡±, reflexiona su firmante, convencido de que aquel ¨¦xito colosal eclips¨® el resto de su producci¨®n. ¡°Era un tema con much¨ªsimo gancho, pero distinto de lo que sol¨ªamos hacer. El p¨²blico esperaba la continuaci¨®n. No lleg¨® y terminamos cayendo en el olvido¡±.
El pistolero estaba incluido en Persecuci¨®n (1984), disco memorable que figura en todas las selecciones de m¨²sica espa?ola de la d¨¦cada. Chirinos era entonces un veintea?ero embebido por ¡°la trilog¨ªa m¨¢gica de la m¨²sica inglesa¡±, en referencia a Elvis Costello, Joe Jackson y Graham Parker. ¡°Ellos tres dispon¨ªan de bandas impresionantes y nosotros apenas sab¨ªamos tocar, pero prest¨¢bamos atenci¨®n y le ech¨¢bamos cara¡±, se sonr¨ªe. Fueron a?os de madrugadas trepidantes y muchos kil¨®metros de furgoneta, aunque nuestro interlocutor reh¨²ya las mitificaciones. ¡°El rock and roll siempre es excesivo porque se vive de noche y a mucha velocidad, pero con veintipocos a?os merece la pena disfrutar de la vida. Se pasa r¨¢pido: enseguida el sentido de la responsabilidad se impone¡¡±.
Persecuci¨®n inclu¨ªa otros himnos menores, como la electrizante Metadona o una estupenda balada, Lo que quieras o¨ªr, inspirada en El crep¨²sculo de los dioses y de la que Amaral rubric¨® hace poco una versi¨®n. ¡°No ten¨ªa ni idea de que la iban a grabar¡±, admite su autor, ¡°y cuando la escuch¨¦ en la radio me sent¨ª muy orgulloso. Eva y Juan le imprimieron un aire a The Cure, otro de los grupos que m¨¢s escuch¨¢bamos por entonces, aunque no se notara¡¡±.
Y es que la producci¨®n de la ¨¦poca tend¨ªa a dulcificar el sonido de las bandas espa?olas para hacerlo m¨¢s radiable, algo que solo acabar¨ªa sucediendo con El pistolero. Ariel Rot repiti¨® a los mandos en Canciones de lustre (1986), pero la buena estrella de Chirinos se empezaba a desvanecer. Y no reaparecer¨ªa ni con el miniLP Cien veces no (1987) ni mucho menos con Entre dos fuegos (1992), un canto del cisne que nadie pareci¨® interesado en escuchar. ¡°Supongo que las discogr¨¢ficas no acertaron a promocionarnos, pero tambi¨¦n tuvimos parte de culpa¡±, recapitula este padre de tres hijos. Y admite: ¡°Yo no me dejaba ver por los ambientes rockeros y carec¨ªa de buenos contactos¡±.
Pero el gusanillo art¨ªstico es un prurito de dif¨ªcil cura. Hace ya un par de a?os que este madrile?o en el destierro toledano, ¡°un profesional que ama pasar inadvertido y vivir una vida normal¡±, sinti¨® de nuevo la llamada de las tablas. ¡°Nunca hab¨ªa dejado de tocar la guitarra, desde luego¡±, matiza, ¡°pero solo como un desahogo personal. Enrique Urquijo lo explic¨® muy bien en su canci¨®n: ¡®C¨®mo explicar que me vuelvo vulgar al bajarme de cada escenario¡¯. Sin embargo, en Internet se multiplicaban los comentarios elogiosos sobre el legado de Pistones¡ y me he reencontrado con mi m¨²sica y con mi voz¡±.
De momento ser¨¢n solo dos conciertos en una sala con apenas 200 personas de aforo, pero luego ya se ver¨¢. Las conversaciones con el otro gran art¨ªfice del grupo, el bajista Jos¨¦ Luis Ambite, parecen ¡°avanzadas¡± para una eventual reincorporaci¨®n, y si las cosas marchan bien podr¨ªa registrarse un ¨¢lbum en directo a la vuelta del verano. ?Y repertorio nuevo, tanto tiempo despu¨¦s? ¡°Claro que tengo cosas escritas¡±, concluye Chirinos, ¡°pero no creo que sirva ninguna. Si alguna vez me planteo grabar un nuevo disco lo escribir¨¦ desde cero, como siempre hice. No me gusta especular sobre el futuro; prefiero que las cosas surjan de repente¡±.
Pistones act¨²an el viernes 30 y s¨¢bado 31 en la sala Amor Brujo (Pr¨ªncipe de Vergara 225, metro Concha Espina). Entradas, a 15 euros en ticketea.com
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