Viviendo (que no ense?ando) el jazz
Chick Corea da una particular clase a 300 alumnos del Conservatorio del Liceo
Hace poco m¨¢s de medio siglo, como quien dice ayer, el jazz era como la bestia negra de nuestros conservatorios. M¨²sicos de tanto prestigio como Tete Montoliu o Ricard Roda recordaban que, mientras estudiaban, si quer¨ªan ensayar alg¨²n tema jazz¨ªstico ten¨ªan que poner un vig¨ªa en la puerta del aula y si se acercaba un profesor, previa alerta silbada, pasaban sin soluci¨®n de continuidad del swing a una fuga de Bach y problema resuelto.
Por suerte todo ha cambiado, ahora ya nadie se asusta por una quinta disminuida ni un ritmo sincopado. Es m¨¢s, el jazz ha entrado con naturalidad en los conservatorios que programan jam sessions semanales para cultivar la improvisaci¨®n del alumnado. As¨ª de sencillo y si antes el jazz era el Coco y los que lo practicaban unos apestados ahora hasta las grandes estrellas del g¨¦nero se cuelan en horas lectivas para ofrecer sabrosas clases magistrales. La ¨²ltima, una verdadera delicia, ocurri¨® en la tarde de ayer en el Conservatori del Liceo cuando, de la mano de la Fundaci¨® Musical Ferrer-Salat y del festival de jazz barcelon¨¦s, Chick Corea se reuni¨® con m¨¢s de 300 alumnos de grado superior en una distendida sobremesa en la que lo acad¨¦mico dej¨® inmediatamente paso a aut¨¦nticas lecciones de d¨ªa a d¨ªa musical. Corea no dict¨® clase alguna, simplemente demostr¨® c¨®mo se vive en jazz y los alumnos sin duda se lo agradecieron.
Con su talante simp¨¢tico y expansivo, sobre un escenario siempre est¨¢ de buen humor, y su eterna juventud, nadie le pondr¨ªa los 72 a?os que atestigua su pasaporte, Chick Corea ya empez¨® dejando claro que no quer¨ªa hablar, estaba all¨ª para demostrar c¨®mo los m¨²sicos hacen m¨²sica juntos. Y para ello invit¨® a su buen amigo Carles Benavent, su bajista durante muchos a?os, y al bater¨ªa Roger Blavia para ensayar algunos temas como si en el local de ensayos estuvieran sin que les acecharan 300 pares de ojos. As¨ª, como si fuera la primera vez (con Benavent no lo era, pero con Blavia s¨ª), el pianista fue esbozando temas y melod¨ªas, dando indicaciones a sus dos compa?eros y, sobre la marcha, fueron naciendo esas m¨²sicas bellas y tremendamente hipn¨®ticas a las que Corea nos tiene acostumbrados.
El m¨²sico repetir¨¢ la experiencia en noviembre, durante el festival de Barcelona
Su popular Armando¡¯s Rumba (explic¨® que la hab¨ªa escrito para su padre que era trompetista y seguidor de Miles Davis) abri¨® fuego, para seguir despu¨¦s con recuerdos verbales y sonoros a Paco de Luc¨ªa y al mismo Miles Davis. Interrupciones, correcciones, repeticiones, comentarios y una m¨²sica que nac¨ªa y crec¨ªa poco a poco, pero con una fuerza sorprendente. Un momento especial se vivi¨® cuando el tr¨ªo dio forma a una canci¨®n de Ellis Regina creada a partir de la melod¨ªa que Corea acababa de transcribir de la grabaci¨®n discogr¨¢fica, insegura en un principio acab¨® como una erupci¨®n volc¨¢nica.
Al ser una clase magistral no se trataba solo de que pasaran cosas en el escenario. Poco a poco los estudiantes fueron perdiendo el miedo hasta crearse un di¨¢logo (siempre en ingl¨¦s sin necesidad de traductor) en el que el m¨²sico norteamericano se sincer¨® comentado la necesidad de todo m¨²sico de comunicarse, la ausencia de reglas, los cambios sociales que arrastraron cambios musicales, no quiso entrar en sociolog¨ªa, solo hablar de m¨²sica dejando claro que toda opini¨®n o forma de trabajo es posible y aceptable. Incluso subi¨® a un alumno al escenario, comparti¨® el Steinway con ¨¦l, reparti¨® consejos y hasta mostr¨® la m¨²sica que lleva en su iPod (desde el concierto para dos pianos y percusi¨®n de B¨¦la Bart¨®k en versi¨®n de las hermanas Labeque hasta un cuarteto de cuerda de Billy Childs pasando por cl¨¢sicos de John Coltrane o m¨²sica portorrique?a). Acab¨® en su tono siempre optimista lanzando una proclama animando a los m¨²sicos a hacer su propia m¨²sica: el mundo necesita m¨²sica, el mundo necesita arte y ¨¦sa es una responsabilidad de los j¨®venes.
El ensayo de una versi¨®n del famoso Zyriab de Paco de Luc¨ªa cerr¨® una clase magistral en todo el sentido de la palabra porque fue m¨¢s all¨¢ de lo que te¨®ricamente se puede explicar del jazz. Durante casi dos horas en el Conservatorio del Liceo se vivi¨® en jazz y ya se anunci¨® que durante el pr¨®ximo noviembre, durante el certamen jazz¨ªstico barcelon¨¦s, la experiencia se repetir¨¢ (buena noticia).
El propio Chick Corea grab¨® toda la sesi¨®n con varias c¨¢maras de alta definici¨®n para su personal canal pedag¨®gico en Internet, la magia del encuentro no se perder¨¢.
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