La apertura de las nuevas Urgencias de A Coru?a desborda al personal
Cada enfermero atiende hasta al triple de pacientes que en el antiguo servicio Un solo profesional debe ocuparse de los seis boxes de vigilancia intensiva
Hab¨ªa un enfermero por cada dos pacientes en el servicio de Urgencias del hospital de A Coru?a. Ahora debe atender una media de cinco o seis al vez. Los auxiliares de enfermer¨ªa est¨¢n totalmente desbordados, obligados a recorrer de lado a lado sin parar las enormes instalaciones reci¨¦n estrenadas. En el turno de noche s¨®lo son cuatro para una treintena de boxes. El agobio y estr¨¦s por las largas distancias es id¨¦ntico en el caso de los celadores. Hay uno por cada 800 metros cuadrados de espacio y no dan abasto. ¡°Hay que cazarlos al vuelo¡±, aseguran sus compa?eros. Y los pacientes a resignarse a esperar para ser trasladados a rayos, ecograf¨ªa o a realizar un esc¨¢ner.
La acuciante falta de personal y cierta desorganizaci¨®n ha disparado el caos y mal funcionamiento propio de todo traslado en la nueva ¨¢rea de Urgencias del del Complexo Hospitalario Universitario de A Coru?a (Chuac). Es seis veces m¨¢s grande que la anterior pero con el mismo n¨²mero de profesionales en plantilla, apenas 245 para un hospital del que depende una poblaci¨®n de 55.000 personas. La falta de di¨¢logo con la direcci¨®n y su caso omiso a las propuestas para corregir disfunciones ha llevado a la junta de personal a movilizarse y hacer p¨²blicas sus denuncias sobre las m¨²ltiples deficiencias de un servicio que ha mejorado sustancialmente, con el estreno de las nuevas instalaciones hace 15 d¨ªas, en calidad, espacio y comodidad, pero no en organizaci¨®n.
Comienza el cierre de camas
Ha comenzado con este mes el cierre estival de camas, hist¨®rico en n¨²mero, en los hospitales p¨²blicos de Galicia. Y se ha disparado la preocupaci¨®n del personal sanitario por el aumento de las listas de espera, ya de por s¨ª elevadas, y saturaci¨®n en servicios como Urgencias que puede conllevar el cierre de 1.200 camas durante los meses de verano (el Sergas reconoce que como m¨ªnimo ser¨¢n 1.095).
En A Coru?a, quedar¨¢n inh¨¢biles desde el 1 de junio al 15 de septiembre 196 camas, a las que hay que sumar 14 plazas en Ginecolog¨ªa durante el mes de agosto. En las nuevas Urgencias del hospital coru?¨¦s, temen que ocurra cualquier pico de saturaci¨®n, dado el mal funcionamiento que ya vive el servicio por la falta de personal y ca¨®tica reorganizaci¨®n de algunos aspectos.
Entre el m¨¢s de un millar de trabajadores eventuales del ¨¢rea sanitaria de Compostela, principalmente enfermeros que se movilizan contra la precariedad laboral y p¨¦rdida de calidad asistencial que provoca, la preocupaci¨®n tambi¨¦n es grande. Un colectivo que reprocha adem¨¢s al Sergas, en aras de paliar el tijeretazo que impuso en sus cuentas, de abusar del pago de horas extras a profesionales y m¨¦dicos de plantilla para cubrir bajas y vacaciones en vez de recurrir a personal eventual. ¡°Se presta as¨ª el servicio con menos costes, al ahorrarse las cotizaciones a la Seguridad Social¡±, protestan los eventuales, que presentaron la semana pasada casi 200 reclamaciones en el Cl¨ªnico Universitario de Santiago (CHUS) reclamando un reparto m¨¢s justo e igualitario del trabajo.
Las carencias denunciadas en un manifiesto firmado por 113 profesionales de Urgencias, y del que se ha desmarcado el sindicato m¨¦dico ¡ªno por inciertas, sino por considerar prematuro hacerlas p¨²blicas¡ª, resultan tan graves como en la inmensa mayor¨ªa f¨¢ciles de solucionar. Pero la direcci¨®n del hospital coru?¨¦s, cerrada en banda en su voluntad de no aumentar el personal para atender un servicio seis veces m¨¢s grande, se mantiene firme en atribuir a la novedad y falta de adaptaci¨®n ¡°las distorsiones iniciales¡± en las nuevas Urgencias.
No obstante, ante el revuelo causado por las denuncias p¨²blicas de los profesionales, avaladas tambi¨¦n por una gran parte de los m¨¦dicos y cuyo sindicato, Omega, atribuy¨® la apertura ¡°prematura¡± de las nuevas instalaciones a un inter¨¦s electoralista del Gobierno de Alberto N¨²?ez Feij¨®o ante los comicios europeos del pasado 25 de mayo, la Gerencia del hospital acept¨® finalmente y a rega?adientes mover ficha. Reabrir¨¢ el di¨¢logo y comenzar¨¢ esta semana una ronda de conversaciones para tratar de subsanar situaciones de colapso o desbordamiento del personal que ya es patente pese a que de momento no haya aumentado, sino lo contrario, el n¨²mero de pacientes, unos 150.000 cada a?o.
Todos son conscientes de los colapsos c¨ªclicos de Urgencias en el hospital coru?¨¦s. Aunque se espera que la reformada ¨¢rea evitar¨¢ hacinamientos de enfermos y reducir¨¢ los tiempos de espera, los profesionales alertan de que el caos puede ser de ¨®rdago de mantener el actual d¨¦ficit de personal. Y hay que tener en cuenta, advierte Gloria V¨¢zquez, portavoz del colectivo de enfermer¨ªa, que la media de edad y la dependencia de los pacientes es cada vez m¨¢s alta, con ancianos en su mayor parte aquejados de m¨²ltiples patalog¨ªas que requieren m¨¢s atenci¨®n y dedicaci¨®n.
Est¨¢ previsto un ¨²nico enfermero, en los turnos de fin de semana y de noche, para atender los seis boxes de atenci¨®n urgente y vigilancia intensiva, reservados a pacientes cuya vida corre peligro. La gerencia del centro se defiende de las cr¨ªticas asegurando que no es previsible que est¨¦n ocupados los seis boxes a la vez. Pero puede ocurrir, denuncian enfermeros y auxiliares. Y tampoco es de recibo para estos profesionales que a los tres d¨ªas de abrir las nuevas Urgencias, se haya retirado 22 de los 50 sillones que hab¨ªa en el ¨¢rea de observaci¨®n ¡ªdestinada a los que esperan an¨¢lisis y resultados de pruebas¡ª para meter camillas que hab¨ªan quedado proscritas del ¨¢rea de camas del servicio. ¡°Es contradictorio y reprobable¡±, denuncian los profesionales de Urgencias, ¡°la zona de sillones no est¨¢ equipada para los enfermos que necesitan estar encamados, no hay cortinas, ni estores para preservar su intimidad, ni donde apoyar una bandeja de comida si quieren una dieta espec¨ªfica, ni ropa de cama¡±. Es s¨®lo otro ejemplo m¨¢s de las disfunciones del nuevo servicio.
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