Esos excesos arquitect¨®nicos
Una obra de Mangado, unas palabras de Sert y dos provocaciones de Bohigas

Las ruinas gigantes de edificios sin uso y urbanizaciones inacabadas son una mueca congelada, el fracaso de la incompetencia del poder p¨²blico y los negocios privados. La herencia no se atribuye ni refuta porque nadie asume responsabilidades ni autor¨ªas en los fracasos.
En el borde Palma, en la bah¨ªa, el mar se oculta. El paseo mar¨ªtimo es una autov¨ªa, el agua est¨¢ encerrada tras vallas, y pantalanes. Quedan dos perfectos edificios g¨®ticos ¡ªla catedral y la Llonja¡ª y agreden muchos otros modernos monstruos.
Inquietan los desechos ¡ªel caj¨®n de cristal de Gesa, fr¨ªvolamente protegido y sin uso posible¡ª y la ballena muerta y gris del Palacio de Congresos, obra de Patxi Mangado. El cad¨¢ver ic¨®nico tiene padre, el arquitecto Mangado. que tanto alab¨® al presidente Jos¨¦ Ram¨®n Bauz¨¢ (PP) para desmerecer a los predecesores del PSOE, (Xisco Antich, Aina Calvo, Francina Armengol), que no tuvieron coraje para decir ¡°no¡± al desmesurado proyecto, otro imposible atado por el Gobierno de Jaume Matas.
Las 40.000 toneladas de hormig¨®n son intocables. La armadura de la fachada met¨¢lica se corroe por la sal marina y la incapacidad del Gobierno Bauz¨¢ para entenderse con sus dilectos hoteleros y pagar lo que debe a la constructora. Las obras comenzaron en 2008 y llevan dos a?os abandonadas.
Es un monstruo en la autopista, con dos auditorios m¨¢s y un hotel desafortunado. Sus promotores y concesionarios renunciaron: Flux¨¢-Iberostar, Globalia-Hidalgo, Sampol, y al final dijo adi¨®s Barcel¨®, que se lo qued¨® para liderarlo en solitario, con Acciona de constructor. Nadie se interes¨® por el negocio y fracasaron ventas y subastas. 120 millones p¨²blicos atrapados, p¨¦rdidas de tiempo y a?os de uso. Este esqueleto de Mallorca da la bienvenida a Palma, expresa en la cat¨¢strofe constructiva, el desprop¨®sito.
Un arquitecto-l¨ªder Oriol Bohigas, casi 90 a?os, pidi¨® dinamita ¡°todas¡± las urbanizaciones realizadas desde la muerte de Franco. Lo dijo hace nada en Ibiza, en la casa de Erwin Broner ¡ªuna perla, un regalo a Vila, a todos¡ª. En un homenaje a Joan Mir¨® y Josep Llu¨ªs Sert, Bohigas no habl¨® con a?oranza del dictador, sino que expres¨® el rechazo a ¡°la cultura inmobiliaria¡± establecida. Pidi¨® demoler disparates y rehacer por ¡°solvencia cultural¡±.
¡°?Es que en este pa¨ªs no hay dinamita?¡±, ya anticip¨® en 1931 Le Corbusier al ver el catastr¨®fico pastel del coraz¨®n de Jes¨²s que vulnera el vac¨ªo, el espacio libre, el patio del palacio del obispo, al lado de la Seu de Palma.
Al pie de la catedral, a mitad de la d¨¦cada de 1970, el mismo Oriol Bohigas, caminando con Josep Llu¨ªs Sert en lo que era el solar del Parc de la Mar ¡ªafortunado¡ª razon¨®, parec¨ªa una boutade, que se pod¨ªa urbanizar la isla de sa Dragonera, fatal idea de entonces que se par¨®.
Pero el Bohigas demoledor, con 50 a?os cre¨ªa que no todas las construcciones destrozan la naturaleza, sino que pueden mejorar y hacer accesible el paisaje. Levant¨® la cabeza y se?al¨® la catedral para preguntarse si al alzarse el templo en la edad media no fue ¡°un atentado¡±, tan grande en una ciudad baja, m¨ªnima, al lado de la costa.
Bohigas no ignora que con la dictadura de Franco se hicieron los primeros y mayores desastres, corruptos. El referenciado Sert, que est¨¢ enterrado en Ibiza y que en Mallorca dej¨® el fant¨¢stico estudio de Joan Mir¨® en son Abrines, en 1971 alert¨® en el franquismo sobre los peligros del abuso y frenes¨ª: ¡°El volumen de lo que se construye en Ibiza excede las posibilidades de la isla. El problema es de medida. Hay un exceso de construcci¨®n, un exceso de carreteras anchas, un exceso de coches. Si esto sigue as¨ª, el final es la paralizaci¨®n¡±.
Sert vivi¨® ya la ¡°la cat¨¢strofe (¡) la tendencia en la que estamos es el desbordamiento, la posibilidad de que alteremos el medio natural de modo irreversible¡±. Fin de la cita de Sert, visionario, tan actual.
La apoteosis del error empedr¨® la realidad. La pulsi¨®n constructora, el ego de la autoridad y del ¡°eso es m¨ªo¡± privado, alza gestos imperiales. Todos quieren dejar huella, obra hecha, levantar edificios, asfaltar, ser recordados, imponerse en el paisaje.
Civiles y gobernantes quedan en evidencia, indiscretos, por sus desprop¨®sitos. En cada isla crecen viviendas unifamiliares en el campo y cerca del mar que son pastillas enormes, cuarteles de carabineros como el de cien a?os de la monta?a de Escorca. Artefactos rid¨ªculos.
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