Plaza & Jan¨¦s y Grijalbo donan sus recuerdos
Los sellos pasan sus ricos fondos, entre los a?os 60 y 90, a la Biblioteca de Catalu?a
Contrato firmado el 28 de abril de 1977. ¡°Debe publicarse antes de¡ 18 meses. Anticipo: 5.000 d¨®lares; 8% hasta¡ 3.000; 10% hasta¡ despu¨¦s¡±. En Julio de 1977 la tirada inicial fue de 10.000 ejemplares, de los que en el mismo mes se reimprimieron 10.000 m¨¢s; en octubre, segunda reimpresi¨®n, con 5.000; en noviembre, otros 10.000 y en diciembre, el exitazo sigue: 12.000 m¨¢s. Todo esto lo constata, en bol¨ªgrafo, la ficha de edici¨®n en cartulina generosa de 20 x 30 cent¨ªmetros que Plaza & Jan¨¦s ten¨ªa de su m¨ªtico libro El informe Hite sobre la sexualidad femenina, todo un fen¨®meno en la Espa?a del primer postfranquismo. La ficha de edici¨®n es s¨®lo una de las miles que en cuatro cajas del apreciado fondo de la editorial Plaza & Jan¨¦s, que junto al de Grijalbo ha ido a parar, donado por el grupo al que pertenecen los sellos, Penguin Random House, a la Biblioteca de Catalunya.
En un estado de conservaci¨®n notable, las m¨¢s de 300 cajas de documentaci¨®n, que incluyen m¨¢s de 25.000 fotograf¨ªas y archivos sonoros y audiovisuales, ser¨¢n de suma importancia para conocer c¨®mo trabajaba el sector editorial catal¨¢n entre 1959 y 1980, si bien parte de la documentaci¨®n econ¨®mica llega hasta 1998. Es capital tambi¨¦n por ser quienes son los sellos editoriales. Por un lado, Plaza & Jan¨¦s, fundada en 1959 por Germ¨¢n Plaza, que adquiri¨® los fondos del segundo a su muerte, creando colecciones de bolsillo emblem¨¢ticas como Reno e incorporando best-sellers internacionales como Forsyth, Lapierre y Collins. Por otro, Grijalbo, creada en M¨¦xico en 1949 por Juan Grijalbo, exdelegado de la Generalitat en la C¨¢mara del Libro de Barcelona en 1937, que acab¨® absorbiendo otros sellos hispanoamericanos y formando un potente grupo que ampli¨® a su regreso a Barcelona en 1962.
Entre las Normas para la redacci¨®n de la Enciclopedia Infantil Plaza (coste de redacci¨®n: 5.661, 50 pesetas de 1962) , informes de lectura como el de El mundo de Cody (¡°posible t¨ªtulo en castellano¡±) de Jack Kerouac (¡°Valor literario: 5. Valor comercial: 3.8¡±), correspondencia de editores se?eros como Mario Lacruz o el propio Grijalbo (sustanciosa la que mantiene en abril de 1966 con Georg Luk¨¢cs, que le saluda desde Budapest: ¡°Herr Grijalbo!¡± y que protagonizar¨¢ otra carpeta con los problemas de censura en 1970 de su La novela hist¨®rica, con los fragmentos cercenados en l¨¢piz rojo por el mism¨ªsimo censor) destacan por su volumen el material de Grandes Obras de Plaza & Jan¨¦s. Son estas las que aportan 212 cajas de documentaci¨®n administrativa y tambi¨¦n la mayor parte de las im¨¢genes, de agencias pero tambi¨¦n muchas de encargo. Es ese tipo de obra el que re¨²ne las referencias sonoras y audiovisuales, como la colecci¨®n de v¨ªdeos Historia in¨¦dita de Franco o cintas y ced¨¦s con testimonios hist¨®ricos como el discurso del propio dictador en Salamanca en 1936 o el de Juan Carlos I como sucesor.
Satisfecho mientras hojeaba los documentos (trabaj¨® de estudiante como corrector en Grijalbo un tiempo, como hiciera despu¨¦s en Vicens Vives), el consejero de Cultura de la Generalitat, Ferran Mascarell, insist¨ªa ayer en su discurso de que ¡°el sistema editorial es la columna vertebral de la cultura catalana¡±. Lo hac¨ªa en la Biblioteca de Catalu?a, que va convirtiendo en un t¨¢cito Institut M¨¦mories de l¡¯Edition Contemporaine franc¨¦s donde ir depositando la documentaci¨®n hist¨®rica del mundo del libro, escritores incluidos. ¡°No estoy cerrado a eso, pero no creo que deba crearse un centro espec¨ªfico o un museo para el libro¡±, asegur¨®. En esa l¨ªnea, s¨®lo por citar las ¨²ltimas incorporaciones, est¨¢ el legado de los 180.000 documentos de Gustavo Gili que la familia don¨® el pasado marzo o la adquisici¨®n este mismo enero de la correspondencia de la editora de Lumen, Esther Tusquets. Ello en un contexto con ya m¨¢s de 300 referencias, algunas de tal peso como el archivo del editor de Destino Josep Verg¨¦s, las de sellos como Montaner y Sim¨®n, el de Espasa y el de La Magrana, por citar s¨®lo editoriales. ¡°Este programa lo conocen todos los editores catalanes¡±, quiso recalcar Mascarell.
Todo ese material deber¨¢ ser accesible a trav¨¦s de un portal en internet en el que trabaja la Biblioteca de Catalu?a y que podr¨ªa estar operativo ¡°a finales de este a?o¡±. Expansivo en esa l¨ªnea, el consejero tambi¨¦n apunt¨® que ¡°cuando las cosas se normalicen econ¨®micamente¡± desear¨ªa promover junto con las universidades ¡°becas de investigaci¨®n para trabajar todos estos fondos¡±. Mascarell tambi¨¦n prev¨¦ que el mundo cultural en general pero el de la edici¨®n en particular forme parte del discurso del refundado Museo de Historia de Catalu?a (¡°no puede centrarse s¨®lo en instituciones pol¨ªticas¡±), que asegur¨® que ha de cambiar de sede y del que se sabr¨¢ en un par de meses el nuevo director, surgido de un pr¨®ximo concurso.
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