Manzana mordida al sol
La nueva tienda de Apple, en un edificio emblem¨¢tico de la Puerta del Sol, abre sus puertas
Un s¨¢bado a las nueve de la ma?ana, decenas de j¨®venes con camiseta azul bailan alocadamente en el n¨²mero 1 de la Puerta del Sol. No se trata de un after hours donde los supervivientes de la noche segu¨ªan quemando zapatilla, sino de los empleados de la tienda Apple que festejan la inminente apertura al p¨²blico, en una alegre muestra del capitalismo de seducci¨®n. Fuera del local, en el edificio que antes fue el Hotel Par¨ªs y que aup¨® en su tejado durante ocho d¨¦cadas el emblem¨¢tico anuncio del T¨ªo Pepe (¡°sol de Andaluc¨ªa embotellado¡±), a trav¨¦s de los amplios ventanales, cientos de fans de la marca les observan con un mar de iPhones en alto que registran este momento hist¨®rico. Estos s¨ª que son supervivientes de la noche: los que encabezan la cola llevan hasta 12 horas haciendo guardia para ser los primeros en pisar el nuevo templo de la marca de la manzana mordida.
¡°Yo llevo desde las 9 de la noche de ayer¡±, explica Daniel Soto, que tiene 33 a?os y una empresa de productos qu¨ªmicos y de limpieza, y que viste con gorra y camiseta de la marca. ¡°Quer¨ªa ver la primera flagship, la primera significant store de Apple en Madrid. Es mi cuarta apertura en Espa?a y mi tienda 106 visitada en todo el mundo¡±. Soto se enganch¨® a la marca cuando empez¨®, de joven, a visitar EE UU y tuvo su primer Ipod. ¡°Desde entonces mi objetivo personal es ir ¡®coleccionando¡¯ tiendas¡±. En esta ocasi¨®n tiene el n¨²mero 27 para entrar. No muy lejos, con el n¨²mero 32, est¨¢ Xavi Tudela, un chaval de 16 a?os y rostro angelical que lo va grabando todo con su iPhone. ¡°Me he venido desde Barcelona para el evento y llevo casi 12 horas aqu¨ª¡±, explica, ¡°entiendo que estas tiendas tienen una est¨¦tica completamente diferente a las dem¨¢s: muy bonitas, con mucha madera, muy elegantes y, sobre todo, muy diferentes¡±.
Seg¨²n se acerca la hora de apertura, las 9.30, el bullicio va en aumento. Un joven llamado Edu es el primero de la fila, el gran afortunado que se adentrar¨¢ en este territorio virgen lleno de gagdets tecnol¨®gicos. Hay cierta tensi¨®n en su rostro, y no es para menos, pues es el centro de atenci¨®n de c¨¢maras y curiosos. ¡°Ese Edu como mola, hay que hacerle una ola¡±, corean desde dentro los empleados. ¡°?No te desmayes!¡±, le grita la masa de fans a su espalda. Y, por fin, la cuenta atr¨¢s, coreada por cientos de gargantas. Es la hora, y Edu entra por un pasillo de empleados sonrientes, que le estrechan la mano y le abrazan. Y as¨ª, uno a uno se va llenando la tienda.
Esta nueva tienda de Apple, la cuarta de la Comunidad de Madrid, la n¨²mero 11 de Espa?a y la 101 de Europa, tiene un aspecto amplio y di¨¢fano, con techos altos y columnas de hierro, por el que se diseminan los cachivaches (Mac¡¯s, iPhones, iPads¡) en grandes mesas de madera. Lo cierto es que se ve algo vac¨ªa: ¡°pero ?a que est¨¢s a gusto?¡±, dice un empleado, ¡°?o lo prefieres todo lleno de cosas? Adem¨¢s puedes tocar lo que quieras¡±. Otra de las caracter¨ªsticas de estas tiendas es el cordial trato de los trabajadores (en esta tienda son m¨¢s de 125) que te saludan muy amablemente por doquier. Aqu¨ª se celebrar¨¢n talleres gratuitos para aprender a manejar los productos, actividades educativas para estudiantes y profesores, y tendr¨¢ una Genius Bar de 360 grados; la primera de este tipo en Espa?a, seg¨²n explic¨® Wendy Beckman, responsable de las tiendas en Europa, durante un encuentro con la prensa. Estos Genius son expertos en las diferentes ¨¢reas que responder¨¢n a dudas, dar¨¢n consejos y resolver¨¢n problemas t¨¦cnicos. Tambi¨¦n se celebrar¨¢n actuaciones musicales o eventos con creadores.
Lo que es indudable es que Apple ha conseguido una conexi¨®n especial con sus usuarios y un estilo propio con el que muchos se identifican y tratan de diferenciarse. ¡°El ambiente que hay aqu¨ª no lo generan IBM, Samsung o Hewlett Packard¡±, dice Daniel Sobino, de 39 a?os, que entr¨® con el n¨²mero 12, ¡°de Apple me gusta la calidad y la innovaci¨®n. La noche la hemos pasado bien: entre risas y con buena compa?¨ªa. No hemos dormido ni un minuto¡±. En el piso de la arriba encontramos a Jes¨²s S¨¢nchez y Daniel P¨¦rez, que rondan la veintena. Hablamos con ellos con dificultad, entre la m¨²sica y el griter¨ªo: ¡°Llev¨¢bamos esperando que abrieran al menos dos a?os¡±, dicen, ¡°no somos muy fan de Apple ahora, antes s¨ª, ten¨ªamos iPods, que entonces eran la repera, pero ahora tenemos m¨®viles Android. Pero como siempre quisimos asistir a una apertura, hemos venido¡±. Afuera, desde su nueva ubicaci¨®n enfrente de la Casa de Correos, un T¨ªo Pepe algo m¨¢s joven y delgado observa con extra?eza a la manzana reci¨¦n llegada a su vieja casa.
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