Guerra total al mapache
La Comunidad desconoce el n¨²mero de ejemplares en libertad de esta especie ex¨®tica invasora Tras ponerse de moda como mascota en los noventa, ha terminado convirti¨¦ndose en una seria amenaza para la biodiversidad
La temporada de caza ha comenzado en la Comunidad de Madrid como termin¨® la pasada. Con el mapache, una especie ex¨®tica invasora enga?osamente adorable de cachorro que en la edad adulta se transforma en un depredador agresivo y transmisor de enfermedades, como el gran enemigo a batir. La amenaza a la biodiversidad aut¨®ctona ha llevado al Gobierno regional a permitir ¡°la captura y muerte¡± de cualquier ejemplar. El n¨²mero de individuos en libertad se desconoce.
El Ejecutivo auton¨®mico ha extendido la lucha contra este depredador oriundo de Am¨¦rica, de apetito insaciable y que por su condici¨®n de omn¨ªvoro no hace ascos a nada, a los 179 municipios de la regi¨®n ¡°durante todo el a?o y en todos los terrenos sobre los que ostenten su titularidad o administraci¨®n¡±. Una terminolog¨ªa de tintes b¨¦licos que dentro de la Comunidad hay quien compara con las palabras de Winston Churchill en la Segunda Guerra Mundial. La Consejer¨ªa de Medio Ambiente y Ordenaci¨®n del Territorio cruza los dedos para que este curso haya m¨¢s suerte: el a?o pasado ning¨²n mapache cay¨® abatido en ninguna monter¨ªa.
Aunque sigue sin controlar a los invasores, especialmente activos en el Parque Regional del Sureste, donde en 2003 se encontr¨® el primer ejemplar en libertad, el Gobierno madrile?o ha tenido m¨¢s ¨¦xito que los cazadores: en los ¨²ltimos ocho a?os ¡ªdel ¨²ltimo no hay datos¡ª ha capturado 407 individuos (242 en el Parque regional citado). En la d¨¦cada transcurrida los expertos de la Comunidad han aprendido que las nubes, una chucher¨ªa esponjosa con la forma que le da nombre, destacan por su eficacia para atraerles a las cajas trampa. ¡°Les resultan irresistibles, son mano de santo¡±, asiente un alto cargo del Ejecutivo.
Los mapaches no son los ¨²nicos animales for¨¢neos a los que el presidente regional, Ignacio Gonz¨¢lez, ha declarado la guerra: dos especies de cotorras, la argentina y la de Kramer (son unas aves urbanitas frente a los ecosistemas acu¨¢ticos que prefiere el mam¨ªfero), tambi¨¦n est¨¢n en la diana de la Comunidad. Al igual que ocurre con los mapaches en busca y captura, para eliminar a las aves procedentes de Suram¨¦rica con armas de fuego se necesita una autorizaci¨®n expresa previa del Gobierno madrile?o. Es decir, que nadie que sin permiso de caza no se podr¨¢ participar en las tareas de combate, exclusivas de los funcionarios municipales o de las empresas contratadas para realizarlas. Tal y como se regul¨® el a?o pasado, en la erradicaci¨®n de mapaches y cotorras no se permiten los m¨¦todos de control ¡°no selectivos¡±. Esto es, que el empleo de venenos, que una vez esparcidos no hacen distinciones entre objetivos y da?os colaterales, est¨¢ prohibido.
¡°De diez especies que se introducen en un lugar, una se naturaliza, se adapta, y de ese grupo un 10% adquiere un comportamiento invasor. Aunque se trate de un peque?o porcentaje, el problema es grande y desconocido, resultado del comercio de la era de la globalizaci¨®n y de la compraventa de determinados animales que no son mascotas... Los mapaches se pusieron de moda por lo bonitos que eran, porque parec¨ªan entra?ables, pero cuando crecen sus due?os no consiguen hacerse con ellos. Demuestran lo que son: animales salvajes¡±, explica Laura Moreno, de WWF Adena.
Unos animales salvajes que en Madrid, a falta de otros depredadores que les hagan competencia, se han hecho fuertes en lo alto de la pir¨¢mide alimentaria. ¡°Generan desequilibrios ecol¨®gicos, son tan agresivos que desplazan de su entorno a las nutrias, una especie aut¨®ctona que hemos estado reintroduciendo y un s¨ªntoma del buen estado de los r¨ªos¡±, asiente Borja Sarasola, el consejero regional de medio ambiente. Sarasola tambi¨¦n subraya la habilidad de los mapaches para manejar sus garras delanteras y de su capacidad para reproducirse y formar n¨²cleos familiares de 15-20 individuos. ¡°Se les han hecho an¨¢lisis gen¨¦ticos, y la conclusi¨®n es que proceden de tres individuos. Es decir, que los 400 ejemplares capturados por la Comunidad son descendientes de los primeros que se escaparon o que algunos irresponsables soltaron... Por el capricho de unos pocos, por una moda pasajera, todos pagamos el problema¡±, critica la responsable de WWF Adena. Los mapaches viven una media de cinco a?os.
La moda a la que se refieren en la organizaci¨®n de conservaci¨®n de la naturaleza y a la que tambi¨¦n aluden en la Comunidad se remonta a las Navidades de 1995. Ese a?o arras¨® la pel¨ªcula Pocahontas, de Disney, en la que la protagonista ten¨ªa como mascota a un mapache de nombre Miko. Antes de que se prohibiera su venta como mascota, legal hasta diciembre de 2011, los mapaches no fueron incluidos en el cat¨¢logo espa?ol de especies ex¨®ticas invasoras.
Perros asilvestrados
Madrid, como otras autonom¨ªas, permite el ¡°control de animales asilvestrados de origen dom¨¦stico¡±, es decir perros, en los cotos privados de caza previa petici¨®n de sus titulares. El objetivo ¨²ltimo es ¡°el control¡± de los animales que se hayan vuelto agresivos ¡°para prevenir da?os a la salud p¨²blica o a las especies silvestres o dom¨¦sticas¡±.
En la temporada del a?o pasado se dieron ¨²nicamente tres permisos para su muerte con armas de fuego. ¡°Hay perros en estado salvaje que terminan siendo muy peligrosos, especialmente para los ni?os. Adem¨¢s no es extra?o que se junten formando manadas, por lo que el riesgo aumenta¡±, se?alan los responsables de la Comunidad.
"Son dif¨ªciles de capturar, y muchas veces no tienen el chip obligatorio de identificaci¨®n, por lo que no pueden vincularse a un propietario sobre el que actuar por abandono", apunt¨® el director general de Medio Ambiente, Riquelme S¨¢nchez de la Vi?a, el mes pasado en la Asamblea de Madrid. El Gobierno regional ha dotado con 40.000 euros, el doble de presupuesto que el a?o anterior, la partida para compensar a los ganaderos por los ataques de lobos o perros a sus reba?os. En 2013 hubo tan solo 14 ataques a una caba?a de 62.000 ejemplares.
Para prevenir y controlar la proliferaci¨®n de ejemplares de especies ex¨®ticas en el medio natural el Gobierno regional firm¨® en 2012 un convenio de colaboraci¨®n con WWF Adena con el objetivo de realizar campa?as de educaci¨®n y sensibilizaci¨®n en colegios para fomentar la tenencia responsable de animales en los hogares. ¡°El fin es erradicar el mascotismo ilegal y evitar la liberaci¨®n de especies ex¨®ticas como los mapaches y las cotorras en el medio natural¡±, expresa Sarasola. ¡°La pol¨ªtica m¨¢s eficaz es la prevenci¨®n¡±, coincide Moreno.
Mientras el mensaje cala, la mayor¨ªa de mapaches capturados son sacrificados. ¡°El stock que existe en cautividad es elevado y las instituciones que demandan estos animales son escasas (...). Su acomodo es cada vez m¨¢s complicado¡±, reconoce la Comunidad. El Centro de Recuperaci¨®n de Animales Silvestres (CRAS) cuenta con una capacidad para 3.000 animales.
De los 407 individuos capturados en los ¨²ltimos ocho a?os, el n¨²mero ha ido aumentado de forma progresiva hasta convertirse en ¡°un peligro potencial¡±, reconocen en la Consejer¨ªa de Medio Ambiente. As¨ª, de los 15 ejemplares de 2007 y los cinco de 2008 se pas¨® a 26 en 2009, 31 en 2010, 41 en 2011 188 en 2012 y 101 en 2013, el ¨²ltimo ejercicio del que hay datos.
El c¨®mputo de cotorras argentinas y de Kramer asilvestradas,que pueden transmitir la ornitosis y al igual que los mapaches con las nutrias obligan a cambiar de aires a los gorriones, tampoco se conoce. Este tipo de aves, tan voraces que acaban con las cosechas que encuentran, se asocia en grupos de 15 a 40 ejemplares y construyen sus nidos, de hasta 50 kilos de peso, en pl¨¢tanos o cedros, sus ¨¢rboles favoritos.
La primera vez que se mencion¨® la presencia de cotorras argentinas en Madrid fue en 1985. En 1993 ya se citaban nueve nidos en la Casa de Campo, con epicentro en la zona del lago, que se convirti¨® en el principal n¨²cleo reproductor de las aves. Desde all¨ª colonizaron 15 grandes zonas verdes de la capital. Un censo realizado en 2000 calcul¨® su poblaci¨®n en alrededor del millar de individuos. Cinco a?os despu¨¦s, su n¨²mero era de casi 1.400.
¡°Su marcha es imparable, ya est¨¢n pasando a Aravaca y Pozuelo. El problema, si no se ataja de ra¨ªz, ir¨¢ aumentando... Y entonces s¨ª que ser¨¢ bien gordo¡±, advierten en WWF Adena. Como el de los mapaches.
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