La naci¨®n despistada
¡®Mentrestant¡¯, de Maurici Serrahima, no es un libro para gustar, sino para pensar, quiz¨¢s por eso su publicaci¨®n no ha sido acogida como se merece
Lo que hay que renovar en Espa?a no debe salir del tipo de redacci¨®n de unos art¨ªculos que, en t¨¦rminos t¨¦cnicos, pertenecen al derecho constitucional, sino que es la idea constitucional superior la que debe ser renovada (¡) Y esta idea superior es la de la pluralidad de Espa?a o, si se quiere, de la plurinacionalidad. Si esta idea se admite, Espa?a estar¨¢ ya constituida. Y entonces la Constituci¨®n escrita no har¨¢ otra cosa que traducir esta idea en preceptos aplicables y pr¨¢cticos¡±.
Estas son frases antiguas. Escritas entre 1942 y 1944, cuando no eran precisamente las ideas constitucionales las que estaban de moda. Pertenecen a un libro in¨¦dito durante los 70 a?os transcurridos desde su escritura, aunque algunas copias del original circularon de mano en mano entre una docena de intelectuales y dirigentes pol¨ªticos de la clandestinidad y del exilio.
Su autor, fallecido en 1979, es Maurici Serrahima, abogado, senador real, escritor prol¨ªfico y, adem¨¢s, uno de los fundadores y primer secretario general de Uni¨® Democr¨¤tica de Catalunya, el partido dem¨®crata cristiano que ha vivido adosado a la Converg¨¨ncia Democr¨¤tica de Catalunya de Jordi Pujol desde 1978.
El volumen se titula Mentrestant y tal como se?ala el historiador y periodista Jordi Amat, editor del volumen y asesor de la Biblioteca del Catalanisme de RBA donde se ha incluido, es ¡°el primer libro de pensamiento pol¨ªtico que se escribi¨®, como m¨ªnimo en el interior de Catalu?a, durante los a?os de la negra noche franquista¡±. El editor lo rescat¨® del archivo de Josep Benet, uno de los privilegiados lectores del manuscrito, y lo ha puesto a disposici¨®n de los lectores junto a Noticia de Catalunya de Vicens Vives o Tot s¡¯ha perdut de Agust¨ª Calvet, Gaziel; este ¨²ltimo, otro in¨¦dito tambi¨¦n rescatado por Amat.
Serrahima era un nacionalista indiscutible, pero tambi¨¦n una inteligencia realista, consciente de la medida y la fuerza exacta de Catalu?a, algo que buena parte del soberanismo ha decidido perder de vista
Gustar al p¨²blico es lo que se lleva intelectualmente estos d¨ªas. Los libros pol¨ªticos de los que se habla en Catalu?a son las numerosas y alegres improvisaciones que llenan las estanter¨ªas con sus fant¨¢sticos dibujos del para¨ªso de una pr¨®xima y gratuita independencia, que se obtendr¨¢ como en la m¨¢quina dispensadora de bebidas refrescantes: se introduce la moneda de un deseo democr¨¢tico ferviente y sale inmediatamente la bebida helada de un Estado independiente y feliz integrado en Europa y aplaudido por la comunidad internacional.
Mentrestant no es un libro para gustar, sino para pensar. Gustar no puede hacerlo de verdad a nadie que busque confirmaci¨®n a sus prejuicios, pero puede ayudar a pensar y a salir del atolladero en que nos hemos metido entre unos y otros. Serrahima era un nacionalista indiscutible, que quer¨ªa para Catalu?a el mayor autogobierno posible: eso no gustar¨¢ al conformismo autonomista o al simetrismo federal. Pero era tambi¨¦n una inteligencia realista, consciente de la medida y la fuerza exacta de Catalu?a, algo que buena parte del soberanismo ha decidido perder de vista de una vez por todas. Y adem¨¢s, era un catalanista de ra¨ªz pratiana y camboniana, s¨®lidamente comprometido con el futuro de Espa?a, el v¨ªnculo y la aspiraci¨®n que precisamente quiere erradicar el independentismo sobrevenido de Converg¨¨ncia.
La fibra moral y cr¨ªtica del joven abogado catalanista de 40 a?os que escrib¨ªa Mentrestant bajo el franquismo contrasta con la frivolidad y la facilidad de las ideas morales y pol¨ªticas que suelen acompa?ar al proceso soberanista estos d¨ªas. Jordi Amat ha comparado Mentrestant con La extra?a derrota de Marc Bloch, libro escrito tras la r¨¢pida ocupaci¨®n alemana de Francia en 1939. No le falta raz¨®n, y no tan solo en la just¨ªsima dureza con que critica al gobierno catal¨¢n respecto al levantamiento armado contra la Rep¨²blica en 1934 y a su falta de autoridad e incluso de vocaci¨®n de autoridad a partir de 1936. En este aspecto, Mentrestant es tambi¨¦n un libro que conecta con Abans del sis d¡¯octubre (Quaderns Crema) de Amadeu Hurtado.
Pero no basta con criticar a los gobiernos. Hay un d¨¦ficit de virtudes c¨ªvicas, ya no de los gobernantes, sino del conjunto de los ciudadanos, que entra tambi¨¦n en el radio de observaci¨®n de Serrahima, con consideraciones perfectamente v¨¢lidas en las actuales circunstancias: somos ¡°un pueblo que tiene una mayor consciencia de sus derechos que de sus deberes¡±, con una ¡°visi¨®n de la naci¨®n como un derecho, o un conjunto de derechos a ejercitar, m¨¢s que como un deber colectivo¡±.
La publicaci¨®n de Mentrestant explica mucho sobre el talante y el nivel de la Catalu?a actual. En otro pa¨ªs y en otro tiempo la aparici¨®n de un in¨¦dito de este calibre hubiera sido un acontecimiento pol¨ªtico e intelectual de primer orden. Aqu¨ª en EL PA?S le ha dedicado un magn¨ªfico art¨ªculo Valent¨ª Puig, en las p¨¢ginas en catal¨¢n del Quadern, y de momento poca cosa m¨¢s. A nuestro rico y pluralista espacio comunicativo catal¨¢n le interesan m¨¢s otras cosas.
Catalu?a es un pa¨ªs sin constituir y esta es la base de todos los fracasos, resume eficazmente Puig en su rese?a. Nada lo demuestra mejor que la desatenci¨®n y el despiste intelectual de nuestras clases dirigentes, incapaces de valorar y utilizar el pensamiento catal¨¢n m¨¢s genuino justo en el momento pol¨ªtico que se declara m¨¢s decisivo de nuestro devenir colectivo.
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