Luces y sombras

Demasiado largo, ciento treinta minutos m¨¢s un descanso de veinte, panfletario en su discurso y con una calidad de baile desigual result¨® Romance de Curro el Palmo, el musical flamenco dirigido por Jaime Villanueva, que hab¨ªa despertado cierta expectaci¨®n en la ciudad condal al reunir en escena la canci¨®n hom¨®nima de Serrat, textos de Candel, m¨²sica en directo y bailaores de la talla de Antonio Canales, Nacho Blanco y Eli Ayala. Mucho ruido para pocas nueces.

Lo mejor del espect¨¢culo fue la actuaci¨®n del excelente bailar¨ªn y actor, Nacho Blanco en el papel de Curro, el Palmo. Ese ser, contrahecho, cojo, bajo y enamorado, que arrastra su incomprendido amor por Merceditas (Eli Ayala) en el tablao del malvado, Lacio (Antonio Canales), los h¨¦roes de la canci¨®n del artista del Poble Sec. Ellos tres son los puntales de este espect¨¢culo, que interpretan cuarenta artistas de niveles diferentes, algunos de ellos rozando lo amateur, lo que hace endeble al montaje. As¨ª el Ballet Carmen Amaya, formado por los estudiantes de flamenco de l¡®Institut del Teatre, bailan correctamente, rebosan ilusi¨®n, pero la t¨¦cnica a¨²n les domina y carecen de personalidad esc¨¦nica. Su baile a¨²n no tiene la garra y pasi¨®n que necesita el flamenco.

En cuanto a Antoni Canales inaugur¨® el espect¨¢culo bailando con Eli Ayala una intensa seguirinya, ambos con su zapateado y movimiento de brazos mostraron la congoja e intimidad que emana de este palo. Las otras intervenciones del bailaor sevillano estuvieron marcadas por la maestr¨ªa y solera de su vers¨¢til baile. Una l¨¢stima que su exceso de kilos no le permita a su cuerpo expresar su riqueza de registros y le reste espontaneidad.

La acci¨®n de Romance de Curro el Palmoen se desarrolla en un antiguo barrio de chabolas de la monta?a de Monju?c, sus habitantes son algunos de los emigrantes que llegaron a principios de mil novecientos sesenta a Barcelona para buscar trabajo. Sus conversaciones, peleas e ilusiones se dibujan a trav¨¦s de situaciones y di¨¢logos t¨®picos, no hay una dramaturgia consistente que enfatice el car¨¢cter de estos hombres y mujeres.

La obra est¨¢ estructurada en dos partes, en la primera no hay acci¨®n y sirve exclusivamente para la presentaci¨®n de los personajes. Entre ellos hay que destacar a la cantante Juana Garc¨ªa en el papel de Patro, la Buena. Sus interpretaciones de conocidas coplas fueron algunos de los mejores momentos de este espect¨¢culo. Otro acierto es la intervenci¨®n del cantaor Antonio Ca?ero en el papel del Ciego de Utrera y de Quique Morente, hijo del c¨¦lebre y desaparecido artista. Pep Cruz estuvo convincente en su papel de anarquista borracho.

En la segunda parte de este montaje la acci¨®n toma vida hasta desembocar en la tragedia: el suicido de Curro el Palmo. Tras su muerte Nacho Blanco vuelve a escena vestido de blanco y hace alarde de su vibrante zapateado y expresivo baile. Demasiado tarde, el p¨²blico estaba cansado. Resumir este montaje en una hora y cuarto aligerar¨ªa y mejorar¨ªa el desarrollo de su trama y subrayar¨ªa el trabajo de sus int¨¦rpretes.