El Ministerio abre las solicitudes para pedir la escolarizaci¨®n en castellano

El mismo d¨ªa que el presidente catal¨¢n Artur Mas, ped¨ªa a Mariano Rajoy la retirada de los puntos de la nueva ley educativa que torpedean el sistema de inmersi¨®n ling¨¹¨ªstica, el Bolet¨ªn Oficial del Estado (BOE) publicaba el real decreto que blinda la presencia del castellano en las aulas catalanas. La normativa, que despliega la disposici¨®n adicional 38 de la Ley Wert, obliga a aumentar las clases en castellano en la escuela sostenida con fondos p¨²blicos en una ¡°proporci¨®n razonable¡± cuando as¨ª lo soliciten los padres. Si esto no sucede, el alumno podr¨¢ estudiar en una escuela privada que s¨ª cumpla estos requisitos y la factura la pagar¨¢ la Generalitat.

El proceso para solicitar y costear estas plazas en la privada resulta algo complejo. La familia primero debe pedir a la Generalitat ¨Caunque el real decreto afecta a todas las Comunidades con lengua cooficial, deja claro que solo afecta a las que tienen un sistema de inmersi¨®n como el catal¨¢n- que en la escuela p¨²blica o concertada donde estudia su hijo tanto el castellano y el catal¨¢n sean lenguas vehiculares. Esto supone, seg¨²n la normativa, que algunas asignaturas no ling¨¹¨ªsticas sean impartidas en castellano, aunque deja en manos de la Generalitat el establecer el porcentaje ¡°razonable¡± de presencia de ambas lenguas. Si la administraci¨®n auton¨®mica rechaza la solicitud, la familia podr¨¢ matricular a su hijo en una escuela privada donde el castellano sea tambi¨¦n vehicular y, finalmente, acogerse a la convocatoria de subvenciones del Ministerio para recuperar el dinero.

El real decreto entra en vigor este jueves, as¨ª que el Ministerio de Educaci¨®n ya ha activado la aplicaci¨®n electr¨®nica en su web para que las familias puedan solicitar dichas ayudas. Tambi¨¦n se pueden tramitar a trav¨¦s de las delegaciones del Gobierno en las Comunidades Aut¨®nomas. Para poder beneficiarse de la subvenci¨®n, las familias deber¨¢n acreditar que han pedido a la Generalitat la escolarizaci¨®n en castellano y que esta se lo ha denegado. Tambi¨¦n la matr¨ªcula en la escuela privada. El Gobierno central deber¨¢ resolver la petici¨®n de subvenci¨®n por parte de las familias en un plazo m¨¢ximo de seis meses. El silencio administrativo significar¨¢ que ha sido denegada.

Una vez resuelta la subvenci¨®n, la familia deber¨¢ presentar la justificaci¨®n de los gastos. Podr¨¢ descontar desde la matr¨ªcula al transporte, el comedor o el internado. En principio, el importe m¨¢ximo para que se pagar¨¢ es de 6.057 euros anuales por alumno y el Ministerio asegur¨® que si la cuota de la privada era superior, la familia asumir¨ªa la diferencia. Pero el Real Decreto publicado abre ahora la puerta a que esta cifra sea superior ¡°en atenci¨®n a causa justificada por el interesado y debidamente apreciada por el instructor¡±. El Ministerio tambi¨¦n podr¨¢ actualizar el importe antes del inicio del curso. El Gobierno central pagar¨¢ este coste mensualmente a las familias y, paralelamente, descontar¨¢ el monto de las transferencias mensuales que realiza a la Generalitat.

Una novedad que incluye el texto publicado en el BOE respecto al primer borrador de la norma es que obliga a la Generalitat a ¡°contemplar la elecci¨®n del uso del castellano como lengua vehicular en la ense?anza como un criterio general para la adjudicaci¨®n de las plazas ofertadas¡±.

La consejera de Ense?anza, Irene Rigau, no ha querido hacer declaraciones, pero en m¨¢s de una ocasi¨®n ha apuntado que el decreto es ¡°inaplicable¡± en Catalu?a. Tambi¨¦n lo piensa uno de los padres que ha llevado su petici¨®n de escuela biling¨¹e a los tribunales. ¡°Cualquiera que conozca el sistema educativo catal¨¢n sabr¨¢ que no existen colegios en castellano¡±, tercia. Este padre, con tres hijos en edad escolar, tacha de ¡°chapuza¡± y de ¡°medida pol¨ªtica¡± la normativa y descarta acogerse al proceso. ¡°No me jugar¨¦ la educaci¨®n de mis hijos. En cualquier momento entra un nuevo gobierno, cambia la ley y me puedo encontrar con que no puedo pagar el recibo¡±, concluye el padre.