La Paz ve nacer a 16 ni?os cada d¨ªa
Con 49 especialidades, cada a?o realiza un mill¨®n de consultas y atiende 200.000 urgencias La crisis ha provocado una reducci¨®n de camas y personal; en sus puntos fuertes, la maternidad
Una decena de personas aguardan en una sala de espera su turno para entrar a consulta. Es verano, pero La Paz no afloja el ritmo, ni siquiera para celebrar su aniversario. El hospital, inaugurado el 18 de julio de 1964, cumple este a?o medio siglo de vida. Fue el primer gran centro hospitalario de Espa?a y el primero tambi¨¦n en prestar un servicio de urgencias. Cincuenta a?os despu¨¦s, La Paz busca seguir a la vanguardia m¨¦dica, aunque los recortes lastran el d¨ªa a d¨ªa de este gigante, que naci¨® para ser el buque insignia de la sanidad espa?ola.
La Paz, que atiende a una poblaci¨®n de medio mill¨®n de personas, es un laberinto de pasillos, donde el suelo revela la edad de cada zona. En las m¨¢s nuevas, pacientes y doctores caminan sobre planchas blancas de modernos materiales. Las m¨¢s antiguas, como el hospital infantil, conservan sus baldosines negros jaspeados originales. El personal, casi unos 7.000 trabajadores, se mueve con soltura y conoce los atajos, sin fijarse apenas en los carteles. A la izquierda, nefrolog¨ªa. A la derecha, hemodi¨¢lisis. Y as¨ª hasta sumar las 49 especialidades del centro, que realiz¨® un mill¨®n de consultas en 2013, un 4.500% m¨¢s que los 21.700 casos que atendi¨® en su primer a?o de vida.
Los pacientes no son lo ¨²nico que La Paz ha multiplicado. Un a?o despu¨¦s de inaugurar el primer edificio, el del Hospital General, abrieron sus puertas el Infantil y el Maternal, y en 1966 el de Rehabilitaci¨®n y Traumatolog¨ªa. La extensi¨®n es ahora diez veces mayor: de los 30.900 metros cuadrados originales ha pasado a ocupar 235.000. La Paz incluye adem¨¢s el hospital de Cantoblanco y el Carlos III. "Naci¨® como el buque insignia y nuestro prop¨®sito es que siga siendo el hospital de referencia", apunta el doctor Rafael P¨¦rez-Santamarina, director gerente. Es centro de referencia en Espa?a para 19 patolog¨ªas complejas y su programa de trasplantes, en marcha desde 1984 ¡ªaunque el primero se realiz¨® en 1970¡ª, ha protagonizado la mayor¨ªa de los hitos m¨¦dicos del hospital, que en 1993 realiz¨® el primer trasplante con un ¨®rgano de donante vivo en Espa?a.
Luis Orej¨®n, de 42 a?os, es uno de esos casos en la lista de hitos. Un accidente laboral en 2012 le dej¨® sin brazos despu¨¦s de recibir una descarga de 20.000 voltios cuando cambiaba una cubierta. En marzo le operaron en La Paz. El suyo fue el quinto trasplante de brazos en el mundo y el segundo en Espa?a, una complicada labor de ensamblaje de hueso, m¨²sculos, vasos, nervios y piel. "Solo recuerdo el techo blanco", comenta mientras deja atr¨¢s el quir¨®fano, de camino al gimnasio, donde cada d¨ªa pasa una hora y media en rehabilitaci¨®n. Todav¨ªa no tiene sensibilidad en los brazos, aunque puede levantarlos con la fuerza de sus hombros.
La Paz complet¨® con ¨¦xito 157 trasplantes en 2013, el 36% en ni?os. El ¨¢rea materno-infantil, salpicada de dibujos y murales en las paredes, es el orgullo del hospital, que ha visto nacer en estos 50 a?os a 675.942 ni?os. Lourdes M¨¢rquez vino al mundo hace 16 a?os, aunque antes de lo esperado, con apenas 22 semanas, y no abandon¨® el hospital hasta cuatro meses despu¨¦s. "Mis padres se pasaban aqu¨ª todo el d¨ªa, aunque solo lo s¨¦ por lo que me cuentan", r¨ªe, "cuando vamos, siempre pido ir a la parte de neonatolog¨ªa a ver a las madres y a sus beb¨¦s".
Cada d¨ªa nacen en La Paz una media de 16 ni?os. Desde la torre de Maternidad se ven lo rascacielos de las Cuatro Torres, que cubren con su alargada sombra esta ciudad hospitalaria. El exterior ha sufrido un cambio espectacular; de estar a las afueras de la capital, rodeado de campo, La Paz ha pasado a ocupar un espacio privilegiado en la Castellana. Pero el interior ha ido transform¨¢ndose poco a poco, con parches cuando el dinero ha permitido cambiar lo que no funcionaba. El siguiente reemplazo ser¨¢ el de la central t¨¦rmica, de 1969, que ha dejado en varias ocasiones al hospital sin agua caliente ni calefacci¨®n.
El cambio en La Paz no ha sido siempre para mejor. "Por un lado dicen que es el buque insignia, pero por el otro est¨¢n haciendo recortes en personal, en d¨ªas libres¡", se queja Esther Qui?ones, secretaria de CC OO en el hospital. Adem¨¢s de haber nacido all¨ª, lleva 23 a?os trabajando en La Paz, en la cocina y como auxiliar de enfermer¨ªa. Recuerda los a?os de grandes avances, con innovaciones t¨¦cnicas y en investigaci¨®n. Ahora, dice, el cambio est¨¢ en los recortes, el cierre de camas y las derivaciones de pruebas diagn¨®sticas a centros privados.
Arranca agosto y, aunque Madrid se vac¨ªa, la sala de urgencias de La Paz est¨¢ casi llena, unas 60 personas esperan. Cada a?o pasan por all¨ª una media de 200.000 enfermos; 12,5 millones de casos atendidos desde su inauguraci¨®n. Entonces solo funcionaban desde las ocho de la tarde hasta las ocho de la ma?ana, en una centralita con 18 operadoras, y era el doctor quien iba a casa del paciente. "Ahora cada vez hay m¨¢s presi¨®n, sobre todo de personas muy mayores", apunta el doctor P¨¦rez-Santamarina, "este verano est¨¢ siendo muy llamativo. La edad media ronda estos d¨ªas los 85 a?os".
Las urgencias y su colapso son la principal queja de pacientes y trabajadores. El gerente de La Paz apunta a "un problema de espacio", no de capacidad ni de atenci¨®n y asegura que a finales de a?o habr¨¢n ampliado el ¨¢rea para "dar una mayor comodidad". Los sindicatos apuntan que no es un problema solo de espacio. "Son muy viejas. Han ido funcionando bien, aunque cojeando, pero en los ¨²ltimos meses el colapso se ha agravado", asegura Carlos Roca, de UGT. La causa, dicen, es el cierre progresivo de camas, que han pasado de 1.531 en 2007 a 1.277 en 2012, los ¨²ltimos datos disponibles.
"Urgencias es como un hotel. Si en la recepci¨®n no tienen habitaciones libres, se satura. Hay pacientes que necesitan quedarse porque hay que hospitalizarlos o hacerles una prueba, y como en planta no hay espacio, pueden estar 24 horas sentados en un box", afirma Esther Qui?ones, de CC OO. Aseguran que la situaci¨®n se agrava en verano con el cierre de camas por las vacaciones, que este a?o rondar¨¢ las 300, seg¨²n sus c¨¢lculos. Las plantillas, a?aden, tambi¨¦n se han ajustado. "Si una compa?era enferma, te toca sustituirla en tus d¨ªas libres", ejemplifica Marina Sep¨²lveda, del sindicato de enfermer¨ªa SATSE.
El "agotamiento" hace mella, pero los m¨¢s de 1.000 m¨¦dicos que atienden en el hospital caminan de un lado a otro sin parar, con su bata blanca y el estetoscopio al cuello. El principal reto de La Paz en esta fecha tan "significativa" es modernizar las zonas m¨¢s antiguas, asegura el doctor P¨¦rez-Santamarina: "Tenemos prestigio y buenos profesionales. Lo que hace falta es el equipamiento y la infraestructura".
"No s¨¦ si tiene m¨¦rito ser el m¨¦dico m¨¢s viejo"
Viste chaquetilla y pantal¨®n verdes y su pelo, totalmente blanco, le delata. Maximino Alberto Torre Carballada lleva 46 a?os pisando los pasillos del hospital de La Paz, casi tantos como el centro cumple este a?o. Especialista en nefrolog¨ªa, es el doctor de m¨¢s antig¨¹edad, aunque no presume de haber estado tantos a?os en la brecha. "No s¨¦ si tiene alg¨²n m¨¦rito ser el m¨¢s viejo", bromea.
"Cuando naci¨®, La Paz fue el primer gran centro hospitalario y de urgencias en Espa?a. La sanidad entonces empezaba a despegar", explica. Recuerda lo mucho que ha cambiado el hospital en su medio siglo de vida. El instrumental y la tecnolog¨ªa, que ha avanzado de forma "impresionante", es lo m¨¢s evidente. Pero tambi¨¦n los pacientes, que ¡°ahora tienen m¨¢s conocimiento de las enfermedades y exigen m¨¢s¡±. Y el propio escenario. "Al principio ven¨ªamos en tranv¨ªa, esto estaba lej¨ªsimos. Y aqu¨ª al lado hab¨ªa prados, donde un hombre cuidaba de sus ovejas".
Gallego, de 69 a?os, el doctor Torre Carballada estudi¨® Medicina en Santiago de Compostela antes de llegar a Madrid. Ahora pasa consulta junto con otros cuatro m¨¦dicos en el ¨¢rea de nefrolog¨ªa, pero a lo largo de su carrera ha trabajado en urgencias, con los ingresados en planta, en la unidad de hemodi¨¢lisis y en la de enfermos agudos, la experiencia que m¨¢s le marc¨®: "Es el momento en el que el paciente est¨¢ m¨¢s grave y tienes que tomar las decisiones m¨¢s importantes".
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