El ministro, Otegi y los presos de ETA
El Gobierno act¨²a en pol¨ªtica penitenciaria como si nada hubiera cambiado
Antes de valorar la pol¨ªtica penitenciaria de Rajoy me gustar¨ªa entrar al fondo de la cuesti¨®n y situarla en el contexto real en el que se debe analizar la cuesti¨®n para luego explicar mi posici¨®n. De lo contrario se har¨ªa abstracci¨®n de lo ocurrido y se dejar¨ªa a un lado la memoria del drama que hemos vivido por culpa del terrorismo. ?l ha provocado herencias a las que debemos tratar de dar soluci¨®n desde el respeto a la ley, a los principios democr¨¢ticos y, en especial, a los derechos humanos de todas las personas.
La clave reside en reconocer que el Estado de Derecho en Espa?a con todos sus instrumentos legales, la eficacia de los cuerpos policiales y la labor de los jueces, la colaboraci¨®n internacional y el aislamiento de ETA en Europa, la movilizaci¨®n ciudadana junto al avance de la deslegitimaci¨®n pol¨ªtica del terrorismo entre la sociedad vasca y la pol¨ªtica estrat¨¦gica del anterior Gobierno, con el presidente Rodr¨ªguez Zapatero y el ministro del Interior P¨¦rez Rubalcaba, consiguieron, con la colaboraci¨®n de otras fuerzas, hacer realidad el desistimiento de las acciones terroristas y el final de ETA. Y entiendo que, en esta ¨²ltima fase, algo tuvo que ver Otegi, Rafa D¨ªez y los otros tres encausados a¨²n en la c¨¢rcel.
No podemos olvidar que un objetivo democr¨¢tico largamente so?ado y trabajado con sangre, sudor y l¨¢grimas durante a?os, se hizo realidad en octubre de 2011 cuando ETA anunci¨® el cese de su actividad terrorista. Los dem¨®cratas supimos leer que ETA hab¨ªa sido derrotada.
A partir de ese momento, se inici¨® un complejo, largo y contradictorio proceso de normalizaci¨®n de la convivencia en Euskadi, llamado tambi¨¦n proceso de paz, que, en mi opini¨®n, debiera contemplar como objetivos:
- La disoluci¨®n efectiva de ETA con la entrega de armas.
- La normalizaci¨®n de la vida pol¨ªtica en Euskadi con el pleno respeto a los derechos humanos, el reconocimiento y la preservaci¨®n de la memoria de todas las v¨ªctimas del terrorismo con el cierre final de las heridas provocadas por el terrorismo y la violencia.
- La convivencia de una ciudadan¨ªa plural, apoyada en un sistema educativo vasco de valores, en medios de comunicaci¨®n que alimenten la concordia y la justicia, y en la consolidaci¨®n de una cultura democr¨¢tica, todo para que nunca m¨¢s se vuelva a repetir el fen¨®meno del terrorismo.
- La petici¨®n de perd¨®n por parte de quienes ejercieron y apoyaron las actividades terroristas.
- Y la reinserci¨®n social de los presos.
Sin embargo, el llamado proceso de paz requiere que se vayan dando pasos precisos y en base a una estrategia de Estado consensuada que permita avanzar en los objetivos se?alados. Y en ello juega un papel fundamentalmente la actitud de la propia ETA con la entrega de armas y su desaparici¨®n; el ejercicio por parte de los presos de su derecho a acogerse a la reinserci¨®n individual y a los beneficios de la ley penitenciaria; y el paso pendiente del mundo pol¨ªtico de Sortu con una declaraci¨®n de condena del terrorismo y de petici¨®n de perd¨®n a la sociedad por su apoyo y justificaci¨®n a ETA.
Todo indica que la derecha no quiere tener en cuenta la nueva y esperanzadora situaci¨®n creada tras la declaraci¨®n de ETA"
Pero la gran dificultad de los pasos anteriores, m¨¢s all¨¢ de todo voluntarismo, requiere la adopci¨®n de medidas inteligentes del Gobierno de Rajoy dirigidas a impulsar y favorecer las v¨ªas de reinserci¨®n social, fomentar la v¨ªa Nanclares que conlleva la desvinculaci¨®n de ETA para un preso y la petici¨®n de perd¨®n a sus v¨ªctimas, promover las experiencias de encuentros entre v¨ªctimas y autores de atentados, acordar la libertad condicional de los presos muy mayores y con enfermedades graves, y poner en marcha el acercamiento de los presos.
Tambi¨¦n cuenta el posicionamiento de otros agentes pol¨ªticos y sociales en favor de que el PP flexibilice la pol¨ªtica penitenciaria y deje a un lado su equivocado inmovilismo. Todo indica que la derecha no quiere tener en cuenta la nueva y esperanzadora situaci¨®n creada tras la declaraci¨®n de ETA en octubre de 2011. As¨ª, el ministro del Interior dej¨® claro en una intervenci¨®n en el Congreso, el 14 de mayo de 2014, que ¡°hasta que ETA no se disuelva o el preso no se desvincule de ETA, no habr¨¢ acercamiento¡±. Posici¨®n que ni entiendo ni comparto. Tampoco apoyo esa otra actitud de tintes electoralistas del Gobierno Rajoy favorable a la permanencia en la c¨¢rcel de Otegi que ha cumplido las tres cuartas partes de la condena y a quien corresponde ¡°controlar excesos y evitar tentaciones¡± tanto en el mundo del soberanismo radical como entre los sectores duros de ETA.
Hoy es inevitable hacerse algunas preguntas: ?En qu¨¦ aspectos considera el Gobierno que el acercamiento de los 500 presos de ETA a c¨¢rceles en el Pa¨ªs Vasco ¡ªo pr¨®ximas¡ª incumplir¨ªan el C¨®digo Penal o la ley penitenciaria? ?Tras el anuncio de la organizaci¨®n ETA, hace casi tres a?os, de poner fin a su actividad terrorista, en qu¨¦ perjudicar¨ªa a la fortaleza del Estado de Derecho, a la mejora del clima de convivencia o al cumplimiento legal de las condenas, el final de la dispersi¨®n de los presos de ETA?
El Gobierno del PP se encierra en su inmovilismo y act¨²a como si nada hubiera cambiado. Pero los nuevos tiempos exigen que se adopten, dentro de la legalidad, medidas por los responsables de las pol¨ªticas penitenciarias que vayan en la direcci¨®n de humanizar el tratamiento y la situaci¨®n de los presos, consolidar el proceso y provocar un efecto de mayor distensi¨®n en la calle y en las c¨¢rceles. Estoy convencido de que un Gobierno del Partido Socialista as¨ª lo estar¨ªa haciendo desde hace tiempo.
Od¨®n Elorza. Diputado al Congreso por el PSE-EE (PSOE)
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