Un lujo a su alcance

Uno lo cuenta a sus amigos de allende los mares y no le creen. Madrid en agosto, Benny Golson, y no una, sino cuatro noches seguidas. Suena a farol, pero no lo es. El inmarcesible saxofonista y compositor, leyenda postrera de una edad de oro del g¨¦nero en trance de extinguirse, est¨¢ de vuelta en Clamores Jazz hasta este s¨¢bado para regocijo del aficionado y solaz de los Rodr¨ªguez, que haberlos, haylos. 33 grados a la sombra; el jazz caliente, y la cerveza fr¨ªa. D¨ªgame el lector si hay mejor plan que ¨¦ste.

Quien suscribe, acudi¨® al venerable s¨®tano de Alburquerque St. la noche del mi¨¦rcoles, primera de Golson en su nueva visita al recinto. Lleno sin apreturas, alguna cara conocida, el mismo cuarteto que en su anterior visita, con Noah Shaye, a la bater¨ªa, To?o Miguel, al contrabajo; y este Mois¨¦s P. S¨¢nchez que, no por madrile?o, deja de ser un pianista como la copa de un pino. Que no lo dice uno: "?para qu¨¦ viajar a Nueva York cuando se puede tener a Mois¨¦s P. S¨¢nchez?". Y a ver qui¨¦n es el guapo que le lleva la contraria a Benny Golson.

Escuchar al octogenario gigante del jazz en Clamores se est¨¢ convirtiendo en una costumbre saludable, aunque s¨®lo sea por sus prolijas e instructivas presentaciones en genuino ingl¨¦s de Filadelfia. Eso s¨ª: la pr¨®xima vez, que sea con subt¨ªtulos (es una idea). Ah¨ª se fue la melodram¨¢tica descripci¨®n de la muerte de Clifford Brown en accidente de tr¨¢fico, de donde su I remember Clifford, acaso, el lamento m¨¢s versioneado en la historia del jazz; o ese Whisper not, que estren¨® el susodicho junto a "un tipo llamado Dizzy Gillespie". Todo, insisto, obra del quien, no por nada, est¨¢ considerado como uno de m¨¢s prol¨ªficos autores de est¨¢ndares del jazz en su historia. Y claro, cuando hay tanto para elegir, siempre se queda algo fuera, por ejemplo Killer Joe. Que Benny Golson no la interpretara en su concierto del mi¨¦rcoles es como si a los Rolling se les olvida tocar Satisfaction, que se entiende, pero fastidia. Luego que Golson es tan sobresaliente componiendo que a veces se olvida lo buen saxofonista que es, por no hablar de lo variado de su universo est¨¦tico, en el que cabe el grito y el susurro, la caricia y el uppercut. Lo que se dice, un creador con may¨²sculas.

Uno le tiene delante, y no puede por menos que estarle agradecido. En la edad en que otros viajan a Benidorm, Golson sale al mundo para dar a conocer su m¨²sica a quienes no la conocen, y a quienes s¨ª, que, uno piensa, han de ser abrumadora mayor¨ªa. Al final y al cabo, es un m¨²sico de jazz, y eso es lo que hacen los m¨²sicos de jazz. Tocar, y si es en compa?¨ªa de otros m¨²sicos de jazz, mejor. Nada gusta m¨¢s al m¨²sico y al aficionado que reunir sobre un escenario a quienes, ya que pasaban por ah¨ª, deciden sumarse al sarao, y salga el sol por Antequera. Los agraciados el mi¨¦rcoles fueron Inoidel Gonz¨¢lez y Jorge Vistel, cubanos y residentes en la Villa y Corte, tan a gustito ambos como el tr¨ªo r¨ªtmico de compartir escenario con un gigante del jazz. Total: un fin de fiesta a lo grande con 2 cl¨¢sicos del repertorio golsiano, Stablemates y Blues march. La cosa del mestizaje y la solidaridad entre artistas que, en Madrid, es ley, aunque a nuestra alcaldesa no parece que le guste demasiado. Se entiende: pudiendo privatizar un hospital...

Benny Golson act¨²a hoy y ma?ana en Clamores. 22.00, 18 euros. Estudiantes, 5 euros.