Robe Iniesta y la gratitud indeseada
Extremoduro mostr¨® en Villena (Alicante) durante algo menos de tres horas su solidez en directo. Se ech¨® en falta parte del repertorio m¨¢s duro ¡ªy cl¨¢sico¡ª del grupo
Los Extremoduro han conseguido muchas cosas en la m¨²sica espa?ola. Cosas de agradecer. Una de ellas, la principal, es que sigan girando, 25 a?os y 14 discos despu¨¦s, con un repertorio del que siempre se pueden sacar un par de horas de buen rock duro, dosis de poes¨ªa marginal y pol¨ªticamente muy incorrecta y, en fin, un pu?ado de himnos con los que cantar a voz en grito. Ayer mi¨¦rcoles, 15.000 personas agradecieron todo esto con una ovaci¨®n a la banda tras su actuaci¨®n en Villena (Alicante). Sin embargo, el frontman, el cantante, el compositor y ¨²nico miembro permanente del conjunto, Robe Iniesta, no estaba all¨ª, abrazado a sus compa?eros, para recibir el homenaje. Se hab¨ªa ido un cuarto de hora antes, no est¨¢ muy claro por qu¨¦.
Robe siempre ha tenido una relaci¨®n un poco trabada con su p¨²blico, con grandes picos y algunos grandes bajones. Igual le da consejos vitales en forma de verso que le suelta exabruptos, que a veces el respetable no termina de entender del todo bien. Desde la arena, unas veces le r¨ªen las gracias y otras le miran con gesto inquisitivo. Pero entre Robe y su p¨²blico, entre el p¨²blico y Robe, siempre ha habido un sentimiento muy puro y muy patente: la gratitud. ?l, a quien se lo han dado todo en su carrera, lo dice repetidamente y con diferentes f¨®rmulas a lo largo del show ("gracias a los que hab¨¦is venido adonde os quieren sin que veng¨¢is"), y ellos lo expresan con aplausos y dej¨¢ndose la garganta, cantando de memoria las canciones.
Ayer, un respetable que ya no se apretuja tanto ni suda a chorros asisti¨® a un concierto de cerca de tres horas ¡ªdescontando las pausas¡ª m¨¢s sosegado que en tours anteriores, con m¨¢s mimo y menos ruido. La banda plasm¨® en directo su cambio de rumbo en los ¨²ltimos tres discos. Por ejemplo, con el pasaje sinf¨®nico de cerca de 20 minutos que constituyen Dulce introducci¨®n al caos y Primer movimiento: el sue?o tocadas una detr¨¢s de la otra, como arranca el trabajo La ley innata (2008). O con los momentos tranquilos de Si te vas... o Tango suicida, ambos de Material defectuoso (2011). Quiz¨¢ esto jug¨® en detrimento del repertorio m¨¢s ca?ero (y, posiblemente, m¨¢s genuinamente extremoduro) de la banda.
Tocaron, claro, Puta, Prometeo, Tu coraz¨®n o Sucede. Pero se dejaron en el tintero Jesucristo Garc¨ªa (!), Pepe Botika, Deltoya o So payaso... por nombrar algunos imprescindibles. Es lo que conlleva tener un repertorio tan extenso y apostar fuerte por la instrumentaci¨®n. Esto el personal no lo agradeci¨® demasiado, y a la salida el tema de conversaci¨®n generalizado era cu¨¢ntos temas hab¨ªan dejado de tocar. O por qu¨¦ Robe se hab¨ªa ido de manera abrupta, dejando a sus compa?eros con los acordes del Si t¨² te vas de Platero y t¨² (gracias I?aki, por seguir ah¨ª, y por esos solos de guitarra de cerca de 10 minutos).
Lo que importa es que el espect¨¢culo estuvo imbuido del aura del grupo. Extremoduro irrumpi¨® durante la d¨¦cada de los 90 en la vida de miles de chavales ¡ªlos mismos que ayer escuchaban atentos en Villena, un pel¨ªn desmejorados y bastante menos gamberros¡ª d¨¢ndoles lo que ped¨ªan: una p¨®cima de rock duro callejero y poes¨ªa dura y callejera. Un postadolescente que se empieza a enfrentar la vida necesita todo menos correcci¨®n pol¨ªtica en la m¨²sica que escucha, y las letras de Robe nunca tuvieron reparos en describir desamores ¨¢cidos, pajas mentales ¡ªy no tan mentales¡ª o paseos por los diferentes niveles del mundo de la droga.
Otra cosa a agradecer. Y es que, tanto si uno empieza a verse expuesto a ese mundo sin tener ni idea, como si uno est¨¢ de vuelta y media, es bueno que haya alguien que hable de ello sin tapujos en sus letras; alguien que cuando llegue la pausa de 20 minutos de su bolo te suelte aquello de "nos vamos un ratillo a hacer lo que nos da la gana, vosotros haced lo mismo, pero cuidadito... ?que no os vean!" (Ya no sabemos si van a drogarse, pero la frasecita de marras ha devenido en momento obligado en los conciertos de Extremoduro). Es bueno porque el mundo de la m¨²sica y el audiovisual, el del arte mayoritario y masificado, est¨¢ lleno de yonkis encubiertos, que hacen las delicias de ni?os y mayores con su sensibilidad y su vida de cara a la galer¨ªa, en la que, por supuest¨ªsimo, no se drogan. Hasta que, poniendo el colof¨®n a un infierno de adicciones y depresi¨®n, se suicidan o mueren de sobredosis de manera inevitablemente estridente.
Quiz¨¢ sea por no haberse callado nunca, por vivir como quiere, por lo que Robe sigue un a?o tras otro cerrando las bocas de propios y ajenos, que le entierran prematuramente en cada gira, que siempre, "esta fijo que s¨ª", va a ser la ¨²ltima. Y nunca es la ¨²ltima.
Por ocupar este puesto de m¨¢rtir del rock, de Jesucristo marginal crucificado a base de pastillas ¡ªy por hacerlo con un sonido propio, inconfundible e inolvidable¡ª Roberto Iniesta y su Extremoduro siguen mereciendo la gratitud de su afici¨®n. Aunque esta est¨¦ un poco m¨¢s achacosa y brinque menos, y aunque aquellos toquen menos ca?a. El caso es que se llevaron la ovaci¨®n del p¨²blico. Pero Robe no la quiso recibir. Estar¨ªa bien saber por qu¨¦.
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