¡°Fue arriesgado, no ten¨ªa alternativas¡±
A los 30 a?os Miquel Torres pas¨® de construir barcos a crear guitarras
El artesano de la madera Miquel Torres cambi¨® de golpe el tama?o y la funci¨®n de sus obras ¨²nicas. Maestro d¡¯aixa (carpintero de ribera) construye instrumentos musicales. Dej¨® de hacer barcas, cascos que cobraba a mil euros el palmo de eslora y comenz¨® a armar guitarras y guitarrones que vende desde los 500 euros.
Las embarcaciones tradicionales, los lla¨¹ts mallorquines, tardaban ¡°un embarazo, nueve meses¡± en poder navegar tras alzar, quilla, costillar, cubierta, tras obrar, ajustar y calafatear los maderos y tablas. Los finos instrumentos de cuerda nacen de un proceso semejante que se prolonga dos o tres semanas. En ambas producciones Torres lo f¨ªa todo a la precisi¨®n, buen ojo, el tino y la lentitud.
¡°El proceso de cambio me cost¨® pero no el tomar la decisi¨®n. Hace 10 a?os dije ¡®!no!¡¯ de golpe a quienes me ped¨ªan hacerles ¡ªo reparar¡ª una barca y opt¨¦ por las guitarras¡±. Miquel Torres se apellida Obrador Adrover, dice que vive m¨¢s tranquilo y parece feliz. Es roquero, un guitarrista bajo duro y afable de ojos grandes, negros y media sonrisa. ¡°Fui arriesgado porque al dar el paso no ten¨ªa encargos alternativos de instrumentos. Pas¨¦ semanas sin vender y, de golpe, uno tras otro, hasta cuatro¡±.
A los treinta a?os dio un golpe de tim¨®n a su vida, pero sigui¨® en el astillero familiar
En su ruta interior de retorno y de adi¨®s a las grandes dimensiones ahora deja su grupo musical DiaryMade. ¡°No quiero hacer pop sino rock. Al principio era del blues¡±. Es de Mallorca, vive en Portocolom. Est¨¢ en los cuarenta a?os y tiene dos hijas; su mujer trabaja en un hospital. ¡°Ella nos asegura la subsistencia en caso de crac¡±, ironiza.
A los treinta a?os Miquel Torres dio ese golpe de tim¨®n a su vida. Pero no sali¨® del astillero donde ofici¨® como un carpintero medieval, all¨ª donde obraron lla¨¹ts su padre y su abuelo y ¨¦l mismo. Cada d¨ªa acuden a merendar con ¨¦l dos mec¨¢nicos n¨¢uticos y, a veces, un pintor.
Un astillero al lado el mar es un foro abierto de voces e historias. Un d¨ªa lleg¨® al puerto y al taller un lutier galo-rumano que hac¨ªa guitarras barrocas. Torres le cedi¨® un banco para trabajar y el maestro d¡¯aixa prob¨® ese otro oficio de formatos reducidos.
¡°Ha cambiado el tama?o de mis obras: las barcas, piezas ¨²nicas, de m¨¢s de 30 palmos ahora son otras barcas de dos palmos. Unos y otros tienen costillar, cubiertas y m¨¢stil¡±. Las maderos gimen su m¨²sica con las olas. Torres es el apodo, el mal nom, la marca familiar. El estilo queda en apenas 200 barcas hechas en 70 a?os. Las peque?as embarcaciones son para una isla: lla¨¹ts (faluchos), botes y lanchitas. Las mismas naves, apenas con variantes de color y detalles, tradicionales en el Mediterr¨¢neo.
¡°Navegando s¨¦ bien cuales son nuestras por sus l¨ªneas, la forma de surcar y asentarse en el mar. Mi padre ajustaba al mil¨ªmetro, miraba y remiraba¡±, recuerda. En una ¨¦poca la lista de espera para un lla¨¹t era de tres y cuatro a?os. Un torres en Portocolom no es un co?ac sino unas formas reconocibles: el navegar arm¨®nico, casco estilizado y cara de viol¨ªn. A Torres le irritan el estruendo y el oleaje de las motos n¨¢uticas y las grandes lanchas.
¡°El ¨²ltimo cliente me pidi¨® mutilar la proa, cortar el cap de roda, me negu¨¦ a a desfigurar la barca. Le dije ¡°si quieres hazlo tu¡± y lo hizo. La proa del lla¨¹t es f¨¢lica. En Catalu?a la coronan de rojo¡±.
La firma Torres se entrev¨¦ por el ojo de sus instrumentos de cuerda tradicionales para el folklore de Mallorca y Valencia. Tiene encargos para obrar guitarras el¨¦ctricas, su pasi¨®n privada de la que queda un disco con su exgrupo. Es fot¨®grafo e hizo un libro de im¨¢genes de una peregrinaci¨®n en Cuba con su amigo, el c¨¦lebre Pep Bonet que fue surfista. ¡°Dej¨¦ la c¨¢mara en dique seco¡±.
Confiesa que acab¨® harto (assaciat) de la urgencia del cliente de barcas de madera. ¡°Dejarlo fue una opci¨®n personal y el fruto de circunstancias, la crisis, la moda de las barcas de fibra. La gente en verano va con prisas para que le arregles ya su lla¨¹t¡±. Hay quien cree que el trabajo es caro, regatea el precio y hay mal pagadores. Torres tuvo un hijo enfermo en el hospital. ¡°De cada quince d¨ªas pod¨ªa ir al taller uno y la gente no lo entend¨ªa¡±.
Siempre trabaj¨® ¡°para pasar gusto¡± y su tarea sigue siendo el di¨¢logo con las maderas. Una barca est¨¢ tejida de encina y pino cortados con buena luna, macerados en el mar y el lodo. Las guitarras son de palosanto de India, cedro del Canad¨¢, abeto, cedro de Honduras y pino Oreg¨®n. ¡°Las maderas viejas de 200 a?os de derribos y de muebles viejos son las mejores para hacer m¨²sica¡±.
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