El Soro, otra vez, camina o revienta
20 a?os despu¨¦s de dejar los ruedos, el torero valenciano reaparece este domingo en X¨¤tiva
El Soro vuelve a los ruedos. Han pasado 20 a?os, cuatro meses y ocho d¨ªas de aqu¨¦l 8 de abril de 1994. Fue la ¨²ltima vez que se visti¨® de torero, en Benidorm, para matar siete toros como ¨²nico espada. Aquel d¨ªa, a un toro de Victorino Mart¨ªn, le hizo una de las mejores faenas de su vida. Fue como una premonici¨®n. ?Una de las mejores faenas? ?La ¨²ltima? Casi la ¨²ltima. Un d¨ªa despu¨¦s, el 9 de abril, tore¨® un festival ben¨¦fico en la castellonense Segorbe. Ese d¨ªa se rompi¨® en mil pedazos la rodilla izquierda. Nunca m¨¢s volver¨ªa a pisar un ruedo vestido de torero. Han pasado 20 a?os, cuatro meses y ocho d¨ªas. Luego vinieron dos homenajes, en Valencia y Madrid, respectivamente, que intentaron encenderle una luz para un futuro no como torero, sino como persona. De la cima, a la sima.
En todo este tiempo El Soro, pas¨® de ser de ¨ªdolo de multitudes a ser un juguete roto. En estos 20 a?os, cuatro meses y ocho d¨ªas, El Soro vivi¨® la muerte de sus padres, el abandono de su familia, m¨¢s rencillas familiares, la p¨¦rdida de su patrimonio ganado a base de sangre ¨Cm¨¢s de 40 cornadas-, sudor y l¨¢grimas¡y un descenso a los infiernos. Se instal¨® en un lumpen donde lo m¨¢s cercano era la muerte. Perdi¨® la profesi¨®n, la familia; ¨¦l reconoce que incluso la dignidad. Y f¨ªsicamente una piltrafa: m¨¢s de cien kilos de peso y una cojera que adivinaba una inutilidad total. Bandazos por la vida y por quien nadie daba apenas nada. O s¨ª? Siempre, incluso en los momentos m¨¢s dram¨¢ticos, tuvo un ?ngel de la Guarda a su lado.
Pero este Soro, que casi siempre todo lo tuvo en contra incluso en los d¨ªas de vino y rosas, nunca ha sido un hombre de renuncios. Un d¨ªa se plant¨® frente al espejo y prometi¨® volver a torear. Una misi¨®n imposible en la que nadie cre¨ªa. Solo ¨¦l. Encontr¨® en el camino al doctor Pedro Cavadas y despu¨¦s de 37 operaciones en aquella maltrecha rodilla, una luz se encend¨ªa al final del t¨²nel. Volver a ser torero; volver a la vida. Ser torero de nuevo depend¨ªa de ¨¦l; para regresar a la vida encontr¨® a Eva, que en lugar de ofrecerle una manzana le tendi¨® sus manos. Y su coraz¨®n.
Ahora, 20 a?os, cuatro meses y ocho d¨ªas de despu¨¦s de aqu¨¦l 8 de abril, le espera de nuevo el traje de luces. Tres nuevos vestidos de torear. La cita es este domingo, 17 de agosto. El escenario, X¨¤tiva. Una plaza que sabe de la fiebre ¡°sorista¡± de los mejores a?os. En su pueblo, en Foios, la alegr¨ªa y la fiesta se ha vuelto a instalar como aquel 14 de marzo de 1982, cuando tom¨® la alternativa. De Foios, de la huerta, lleg¨® la revoluci¨®n taurina a la capital tras muchos a?os de sequ¨ªa.
La cita, este domingo 17 de agosto, en X¨¤tiva. Le acompa?ar¨¢n Daniel Luque y Rom¨¢n, dos de los j¨®venes toreros m¨¢s prometedores del momento. En aqu¨¦l 8 de abril de 1994, Luque ten¨ªa cinco a?os y Rom¨¢n dos. Qu¨¦ cosas.
El cartel de la vuelta a los ruedos de El Soro reza ¡°la fuerza de una pasi¨®n, la for?a de un poble¡±. ¡°He pasado muchos altibajos en mi vida durante estos a?os, con un estado de ¨¢nimo fatal que a punto estuvieron de llevarme al abismo¡±, ha dicho El Soro, que este domingo en X¨¤tiva estrenar¨¢ un par de banderillas de nuevo cu?o. Como en sus mejores tiempos.
Vuelve el Soro. Otra vez, camina o revienta.
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