¡°Venimos a pasarlo bien. Es una fiesta¡±
M¨¢s de 1.500 autocares transportaron a unas 100.000 personas desde toda Catalu?a
A las nueve de la ma?ana ya hab¨ªa salido una primera avanzadilla de los m¨¢s de 1.500 manifestantes que se desplazaron este jueves desde Banyoles (Girona) a Barcelona en una treintena de autocares para formar parte de la manifestaci¨®n en forma de V. Pasado el mediod¨ªa, centenares de viajeros, convenientemente vestidos de rojo o de amarillo (seg¨²n el lugar que les correspondiera en la senyera gigante) buscan su autocar. El ambiente es reivindicativo, pero eminentemente festivo. ¡°Venimos a pasarlo bien, esto es una fiesta¡±, dice por el micr¨®fono del autocar n¨²mero 5 Jaume, uno de los voluntarios responsables de la marcha. La misma estampa se vivi¨® en todas las comarcas catalanas. En total, m¨¢s de 1.500 autocares trasladaron a unas 100.000 personas hasta Barcelona.
A la una del mediod¨ªa, el autocar est¨¢ lleno. No ha fallado nadie. Ni un asiento libre. El ch¨®fer, Francesc, es uno m¨¢s: ¡°Yo soy independiente e independentista¡±, comenta al arrancar, ataviado con la camiseta de la campa?a Ara ¨¦s l'hora, promovida por ?mnium Cultural y por la Asamblea Nacional Catalana, con una pulsera cuatribarrada y estelada, tocado con un sombrero de paja igualmente estrellado y la bandera catalana enrollada detr¨¢s de su asiento. ¡°Ayer me puse un rato 13 TV para calentarme la sangre¡±, bromea.
Familias, gente de todas las edades, muchos ni?os y ni?as sacando fotos desde la ventanilla. Coches tambi¨¦n engalanados pasan de largo a bocinazo limpio en direcci¨®n a la capital. Manda el buen humor, no el rencor. ¡°El esp¨ªritu no es de la kale borroka¡±, remarca Jaume, pero, por si las moscas, da unos cuantos consejos por el micr¨®fono mientras Francesc emboca ya la autopista: ¡°No pensemos en provocaciones. Si pasa algo, nos separamos y aislamos al provocador. Vamos a disfrutar¡±. No pasar¨¢ nada. La inmensa mayor¨ªa de los viajeros, ni?os incluidos, son veteranos en estas lides: ¡°Fuimos a la hist¨®rica Diada de 2012 e hicimos la cadena humana el a?o pasado¡±, recuerda Josep, que viaja con su mujer y su hija. Jaume sigue con los consejos y consignas por megafon¨ªa: ¡°La Asamblea no tiene subvenciones, como dicen algunos, pero sabed que las aportaciones particulares desgravan en Hacienda: ?no saben que son para la independencia!¡±. Cada desplazado desde Banyoles se ha pagado el viaje de su bolsillo.
Jaume, que se declara optimista, cuenta que se han cumplido las expectativas: ¡°No es f¨¢cil, porque este a?o apuntarse requer¨ªa m¨¢s datos, como el n¨²mero de m¨®vil o el del DNI, y la gente es reacia a dar estas informaciones; por eso, convocar a tanta gente tiene un m¨¦rito enorme¡±, dice el voluntario. Lo cierto es que, desde hace meses, no era posible alquilar autocares en Catalu?a para el d¨ªa de ayer. Muchos han tenido que ser contratados en Perpi?¨¢n, en Toulouse o en Montpellier¡ ¡°Pero los registros interesan a los pol¨ªticos, no a nosotros. ?Ya les gustar¨ªa a los partidos tener este poder de convocatoria! No hacemos demagogia. Somos gente de izquierdas y de derechas, o apol¨ªticos, nos une el derecho a decidir y, a la mayor¨ªa, luchar por la independencia¡±.
Los autocares se van aglomerando a la entrada de las rondas. Son las dos y cuarto, faltan tres horas para el gran momento y la expectaci¨®n crece entre los manifestantes. No hay c¨¢nticos ni gritos, simple buen rollo y ganas de pasarlo bien. Francesc pone el intermitente y sale de la ronda. Las avenidas est¨¢n llenas de autocares aparcados a uno y otro lado y centenares de manifestantes pululan antes de desplazarse a poner su granito de arena en la hist¨®rica V.
En la Diagonal la aglomeraci¨®n empieza a ser importante. El tranv¨ªa, repleto de manifestantes del cintur¨®n metropolitano, tiene que pararse porque los autocares han colapsado el cruce. ¡°?D¨®nde queda Travessera de les Corts?¡±, pregunta una mujer de la zona trasera del autocar. ¡°?Tendremos d¨®nde comernos la fideu¨¤ que he preparado?¡±, se interesa una madre de familia. Los menos prevenidos empiezan a preocuparse: los bares est¨¢n a reventar, ser¨¢ dif¨ªcil comer tranquilamente¡
Cerca de las tres de la tarde, el autocar echa el freno de mano. ¡°A las siete, todos aqu¨ª¡±, advierte Jaume. La gente saca banderas y mochilas del maletero y luce parafernalia estrellada de todo tipo. ¡°Yo cierro¡±, comunica Francesc, bandera ya al hombro y protegido del inclemente sol bajo su sombrero. Deja sus deberes de ch¨®fer para embutirse en su vocaci¨®n de independentista independiente. Hasta las siete de la tarde, cuando tocar¨¢ regresar a Banyoles.
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