En busca de la salida
El presidente Artur Mas tiene desde ayer dos ofertas contradictorias para hacer frente al laberinto en que se ha convertido la pol¨ªtica catalana a prop¨®sito de la tan anunciada consulta electoral sobre el futuro pol¨ªtico de Catalu?a. Bien gestionadas, ambas pueden abrirle la posibilidad de esquivar el indeseado anticipo electoral al que el propio Gobierno catal¨¢n se ve abocado si no consigue llevar a cabo la consulta.
Sucede que ni Esquerra Republicana ni CiU ni el partido socialista est¨¢n en absoluto interesados en un adelanto electoral. En el caso de ERC, porque incluso en el veros¨ªmil supuesto de que lograra ganarlas es harto improbable que lo hiciera con una mayor¨ªa que le permitiera presentarlas como un plebiscito a favor de la independencia. ?Qu¨¦ podr¨ªa hacer con 45 o 50 diputados sobre 135? En el caso de CiU y PSC, porque es obvio que ambas fuerzas se hallan en un ciclo de fuerte declive electoral y de debilidad pol¨ªtica, por diversas razones.
La dimisi¨®n del Gobierno de Artur Mas ser¨ªa la consecuencia m¨¢s l¨®gica de la consumaci¨®n del fracaso del principal punto de su programa electoral, la consulta programada para el 9 de noviembre. Sin embargo, no es obligatorio que a una dimisi¨®n de este tipo debiera sucederle un adelanto electoral. Podr¨ªa formarse otro Gobierno, con otro programa y otra mayor¨ªa parlamentaria. Tampoco es necesario que lo presidiera un Artur Mas pol¨ªticamente abrasado. Podr¨ªa ser otro diputado de CiU, que deber¨ªa ser alguno de los menos comprometidos con la apuesta de Mas. O alguno de los que han se?alado sus debilidades. A que esto es matem¨¢tica y pol¨ªticamente posible con la actual composici¨®n del Parlamento catal¨¢n aludi¨® ayer el propio presidente, como si lo dijera de pasada. Pero pistas como estas no suelen darse por error en un debate parlamentario como el de ayer. La disposici¨®n mostrada por el nuevo l¨ªder del PSC, Miquel Iceta, para facilitar una pista de salida a Artur Mas permite barajar opciones de este tipo.
La oferta de Junqueras, en cambio, puede ser atractiva para el sector de Converg¨¨ncia que concibe un futuro sin la alianza con la Uni¨® Democr¨¤tica de Josep Antoni Duran. Es dif¨ªcil que Uni¨® quepa en un Gobierno o una coalici¨®n basada en el independentismo. El acercamiento entre Converg¨¨ncia y Esquerra apuntar¨ªa a la prefiguraci¨®n de algo as¨ª como un futuro partido nacionalista de Catalu?a, en sustituci¨®n de CiU. No es muy seguro que esto pueda ser aceptado por Esquerra. Pero s¨ª lo es, en cambio, que en las actuales circunstancias pol¨ªticas catalanas el estrechamiento de los lazos entre ERC y CiU est¨¢ resultando muy beneficioso para los republicanos y que, por lo tanto, a Junqueras le interesa seguir teniendo a Mas bien abrazado.
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