Corrupci¨®n, agravio y ?elecciones?

Con el soniquete de fondo de un hipot¨¦tico adelanto electoral, el debate sobre el estado de la comunidad ha dejado a las claras las prioridades y estrategias de los partidos en una legislatura condicionada por el relevo sobrevenido en el liderazgo de las tres formaciones que tienen representaci¨®n en el arco parlamentario.

Pese a algunos trompicones con sus socios socialistas, IU est¨¢ c¨®moda en el Gobierno andaluz, apuesta por la continuidad y desde luego no est¨¢ interesada en que se precipiten los comicios. Aunque coquetea con la idea de apoyar una comisi¨®n de investigaci¨®n sobre los cursos de formaci¨®n, lo que supondr¨ªa una ruptura con el PSOE, no parece que vaya a plantear exigencias que hagan imposible el Presupuesto de 2015. La principal preocupaci¨®n de la federaci¨®n que lidera Antonio Ma¨ªllo es, de forma indisimulada, la irrupci¨®n de Podemos. Esta preocupaci¨®n existe tambi¨¦n en el PSOE, pero mientras este partido ha optado por un discreto desd¨¦n hacia la formaci¨®n de Pablo Iglesias, IU ha cortejado a Podemos de tal manera que parece encarnar el papel del pez chico que quiere ser devorado por el pez grande.

El PP sigue explotando el yacimiento de la corrupci¨®n, que ya fue el eje de su campa?a en 2012, cuando Arenas se qued¨® a las puertas del palacio de San Telmo. Desde entonces, en el PP hay dos corrientes sobre c¨®mo afrontar los casos de corrupci¨®n. La primera sostiene que se trata de un fil¨®n agotado que no va a aportar m¨¢s votos y que, aunque hay que mantener la presi¨®n sobre la Junta, es necesario buscar discursos alternativos. La segunda considera que es preciso pisar m¨¢s a fondo el acelerador hasta acorralar al Gobierno de PSOE e IU. Al fraude de los ERE se le ha sumado esta legislatura el de los cursos de formaci¨®n, un c¨®ctel que esta corriente cree definitivo. La decisi¨®n que adopte el Tribunal Supremo sobre los aforados en el caso ERE ser¨¢ fundamental. Si el Supremo ve indicios de delito, las bazas del partido que preside Juan Manuel Moreno se multiplican, m¨¢s si se tiene en cuenta que varios de los aforados terminar¨ªan tambi¨¦n salpicados en la investigaci¨®n de la juez Alaya sobre la formaci¨®n. En caso de que el Supremo d¨¦ carpetazo, el recorrido pol¨ªtico de la corrupci¨®n ser¨¢ menor.

El PSOE, mientras, ha vuelto a agitar la bandera de Andaluc¨ªa, una estrategia que le funcion¨® con ¨¦xito en los albores de la autonom¨ªa y que rescat¨® a mediados de los noventa del siglo pasado. Al igual que en la ¨¦poca de Aznar, el argumento es el castigo econ¨®mico a la comunidad. Entonces eran los 400.000 andaluces que no reconoc¨ªa el sistema de financiaci¨®n. Hoy, el reparto del fondo de convergencia, destinado a la igualdad y al equilibrio territorial. El Ministerio de Hacienda sostiene que criterios objetivos hacen que Andaluc¨ªa perciba solo 422 millones de euros de este fondo, por 700 millones Catalu?a y m¨¢s de 1.000 la Comunidad Valenciana. T¨¦cnicamente ser¨¢ as¨ª, pero pol¨ªticamente el reparto pone en bandeja a Susana D¨ªaz el discurso del agravio.

Y como bien saben los dirigentes del PP que vivieron el conflicto de los 400.000 andaluces, en pol¨ªtica, lo que no se puede explicar con argumentos pol¨ªticos, no tiene explicaci¨®n. Algo que, por cierto, tambi¨¦n se puede aplicar a un hipot¨¦tico adelanto electoral.